La carne de oso se vende como pan caliente en máquinas expendedoras en Japón
El éxito de las máquinas expendedoras en Japón es indudable. Después de iniciar el año ofreciendo carne de ballena en esos dispositivos, ahora comercializan carne de oso pese al rechazo feroz de los conservacionistas.
El lugar de la extravagante oferta es Akita, una prefectura aislada y montañosa ubicada a unos 680 kilómetros al norte de Tokio. Se trata de una región de densos bosques durante la primavera y el verano y de fríos montes nevados durante el otoño y el invierno.
Allí un club de caza local tiene permiso para matar un número determinado de osos que se acercan a las poblaciones locales en busca de alimento. En vez de desperdiciar la carne del animal, unos emprendedores se asociaron con el restaurant Soba Goro para ofrecer la preciada carne en una máquina expendedora ubicada en la estación Tazawako del “tren bala”, que comunica la ciudad de Semboku con la capital japonesa.
Por su rareza y escasez, el precio de venta de la carne de oso es de unos 17 dólares por 250 gramos, unos 68 dólares el kilo. En la actualidad, venden de siete a 10 paquetes de un cuarto de kilo en una semana.
La máquina expendedora con carne de oso fue instalada en noviembre como una manera de hacer más atractiva la oferta turística regional. La zona es visitada por los amantes de los deportes extremos y también por los aficionados a la historia que desean viajar al pasado y conocer sobre los ritos de la cultura Samurái.
Los osos del norte
La costumbre de los japoneses de comer carne de oso viene de tiempos remotos. En la antigüedad, el oso era considerado un animal sagrado, con poderes mágicos y curativos. Pero a pesar de su estatus de deidad, su contenido proteico y calórico era tan importante que su carne también era consumida en las tribus del norte desde la prehistoria.
Según la medicina tradicional japonesa, la carne de oso era efectiva para tratar enfermedades como el asma y la artritis. Además, se creía que comer carne de oso aumentaba la virilidad y la energía.
La caza excesiva amenazó el número de osos que habitaba la regiones montañosas de Japón y a finales del siglo XIX, el gobierno japonés prohibió su caza, aunque en algunas regiones se siguió consumiendo de manera furtiva o gracias a los permisos especiales como el que poseen los cazadores de la prefectura de Akita.
Un portavoz Soba Goro le dijo a la prensa local que la carne de oso "sabe limpia y no se pone dura, incluso cuando está fría". "Se puede disfrutar en una amplia variedad de platos, desde guisos hasta filetes", dijo al diario Mainichi Shimbun.
Hablan defensores y detractores de los osos
La reacción de las organizaciones protectoras de los derechos de los animales fue inmediata. Nick Stewart, director del World Animal Protection, dijo en un comunicado enviado al diario The Guardian que se trataba de otro golpe bajo contra la vida silvestre.
“Los osos son de gran importancia para el ecosistema en el que viven. Si los protegemos, su hábitat y los animales y plantas que lo habitan también se beneficiarán. Esto no es más que una explotación animal enloquecida. Los osos son animales salvajes, no un alimento de conveniencia. Déjenlos en la naturaleza para que vivan una vida salvaje”.
Gracias a las estrictas políticas ambientales, la población de osos en el norte de Japón no está en peligro. Ahora el problema es que merodean las zonas pobladas para alimentarse. Según el ministerio del ambiente japonés, los encuentros con osos ha aumentado de 4.800 en 2009 a más de 20.000 en 2020.
"Los osos pueden ser peligrosos cuando llegan a la ciudad, por lo que los cazadores colocan trampas o les disparan", dijo Daishi Sato, uno de los propietarios de la máquina expendedora.
Los osos en Japón son conocidos como "kuma" y se dividen en dos especies: el oso negro asiático y el oso pardo. Aunque ambos osos pueden ser peligrosos, el oso pardo es el más grande y agresivo de las dos especies y es responsable de la mayoría de los ataques a humanos en Japón.
Algunos expertos han señalado que sacrificar a los osos es la única manera de neutralizarlos cuando se acostumbran a buscar alimentos en los centros urbanos. "Las pistolas tranquilizantes generalmente tardan de 10 a 30 minutos en ser efectivas, por lo que en el proceso, el oso podría entrar en pánico y provocar más incidentes", dijo al diario The Washington Post Shinsuke Koike, especialista en osos de la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio.
Lo que dice Jay Bot
Los usuarios de la plataforma Japan Reference preguntaron en un foro respondido por un bot de inteligencia artificial sobre el consumo de carne de oso en Japón.
The Jay Bot dijo que aunque había máquinas expendedoras en Japón que comercializaban carne de oso, “es importante señalar que la venta de carne de oso está muy regulada y requiere una licencia especial, y no es un artículo común vendido en máquinas expendedoras o en supermercados”.
Advirtió que existían consideraciones éticas en torno a la captura y el consumo de animales silvestres, además de que hay que tener en cuenta los riesgos asociados con el consumo de carne de caza silvestre. “Si está interesado en probar la carne de oso, se recomienda hacerlo bajo la guía de un profesional capacitado y con licencia que pueda garantizar que la carne sea segura y de origen ético”, dijo el bot.
En 2021, la Asociación de Fabricantes de Sistemas de Venta de Japón dijo que habían unas 2,7 millones de máquinas expendedoras en el país.
La compañía ballenera Kyodo Senpaku vende en máquinas expendedoras carne de ballena roja, que los japoneses usan para el sashimi y bistecs poco hechos; piel; tocino; y ballena cocida enlatada de distintos tipos. Los precios varían entre los 1.000 y 3.000 yenes (7,67 dólares hasta 23,01 dólares).
Fuentes: The Guardian, Japan Today, Japan Reference, Insider
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