Anuncios
U.S. markets closed
  • S&P 500

    5,064.20
    +45.81 (+0.91%)
     
  • Dow Jones

    38,225.66
    +322.37 (+0.85%)
     
  • Nasdaq

    15,840.96
    +235.48 (+1.51%)
     
  • Russell 2000

    2,012.12
    +31.89 (+1.61%)
     
  • Petróleo

    79.00
    0.00 (0.00%)
     
  • Oro

    2,313.90
    +2.90 (+0.13%)
     
  • Plata

    26.91
    +0.16 (+0.61%)
     
  • dólar/euro

    1.0731
    +0.0013 (+0.12%)
     
  • Bono a 10 años

    4.5710
    -0.0240 (-0.52%)
     
  • dólar/libra

    1.2536
    +0.0012 (+0.10%)
     
  • yen/dólar

    153.3010
    -1.8800 (-1.21%)
     
  • Bitcoin USD

    59,308.58
    +2,231.00 (+3.91%)
     
  • CMC Crypto 200

    1,274.54
    +3.79 (+0.30%)
     
  • FTSE 100

    8,172.15
    +50.91 (+0.63%)
     
  • Nikkei 225

    38,236.07
    -37.98 (-0.10%)
     

La principal prioridad económica de Biden no es lo que supones

El candidato presidencial demócrata Joe Biden tiene planes para expandir la atención médica, reconstruir las infraestructuras, ayudar a los estudiantes universitarios, abordar el cambio climático y construir viviendas más asequibles. Pero ninguna de esas cosas es su principal prioridad económica.

En cambio, la principal prioridad de Biden en materia económica es acorralar al coronavirus. “El control de virus es el primer paso. No podemos dar más pasos sin ese”, le confesó el asesor económico de Biden, Jared Bernstein, a Yahoo Finanzas en una entrevista reciente. “Se lo toma muy en serio”.

KENOSHA, WISCONSIN - SEPTEMBER 03:  Democratic presidential nominee Joe Biden speaks during a meeting with members of the community at Grace Lutheran Church on September 3, 2020 in Kenosha, Wisconsin. Biden met with family members of Jacob Blake earlier in the day and said Blake joined the meeting by phone from his hospital bed. Blake, a 29-year-old Black man, was shot multiple times in the back by Kenosha, Wisconsin police officers and left paralyzed, igniting racial tensions across the U.S. (Photo by Alex Wong/Getty Images)
El candidato demócrata Joe Biden habla con la comunidad en la iglesia luterana Grace Lutheran Church, en Kenosha, Wisconsin, el 3 de septiembre de 2020 (Foto: Alex Wong/Getty Images)

Biden reveló un plan para combatir el coronavirus a mediados de marzo, cuando todavía estaba luchando contra el senador Bernie Sanders por la nominación demócrata. Casi al mismo tiempo, el presidente Trump declaró una emergencia nacional para poder acelerar el desarrollo de las pruebas de coronavirus y la producción de equipos de protección individual. En ese momento, no sabíamos que el virus seguiría arrasando en la recta final de las elecciones de 2020 y que obligaría a cerrar empresas que les han costado sus puestos de trabajo a millones de trabajadores.

PUBLICIDAD

Sin embargo, ahora resulta evidente que el coronavirus será una presencia oscura mientras los estadounidenses vayan a votar este otoño y que se convertirá en un lastre importante para la economía hasta bien entrado el 2021. Es probable que el número de muertos en Estados Unidos por el virus supere los 200,000 en noviembre. El avance en varias vacunas parece prometedor y Trump podría declarar que ha logrado una vacuna antes del día de las elecciones, el 3 de noviembre, sea cierto o no. Pero aunque se encuentre una vacuna viable para fin de año, su distribución tardará meses y la economía no podrá volver a la normalidad antes. La pandemia incluso podría empeorar en otoño e invierno a medida que las personas empiecen a pasar más tiempo dentro de cuatro paredes.

El plan pandémico de Biden es notablemente diferente al de Trump. Trump ha minimizado constantemente el virus, ha evitado el uso de mascarillas y ha transferido la responsabilidad de las pruebas a los estados y ciudades. Biden, en cambio, consolidaría la respuesta ante la pandemia a nivel federal, haciendo que las pruebas gratuitas estén disponibles en todas partes, con el dinero del tío Sam, y cubriendo el costo de la atención relacionada con la COVID-19 para todos aquellos que lo necesiten. Biden también ha propuesto el uso obligatorio de mascarillas durante tres meses para todos los estadounidenses en público y dijo que restaurará la autoridad de las agencias de salud federales, como los Centros para el Control de Enfermedades, que han suavizado varias pautas pandémicas siguiendo las órdenes de la Casa Blanca de Trump. De hecho, los asesores de Biden son expertos médicos, como el excomisionado de la FDA, David Kessler, y el excirujano general Vivek Murthy.

La política de salud se ha convertido en política económica debido a las enormes variaciones que existen entre los estados y las ciudades a la hora de aplicar las pautas para contener el virus y reabrir los negocios. Tener estándares federales únicos sobre temas como las mascarillas y los umbrales de reapertura no agradará a todos, pero al menos aclararían la incertidumbre y, en algunos casos, brindarían a las empresas los procedimientos necesarios para operar de manera segura y limitar la responsabilidad legal. También podrían eliminar o reducir la toma de decisiones ad-hoc en algunos estados, un problema que ha dado lugar a oleadas de aperturas y cierres de empresas a medida que la gente intentaba volver a la normalidad y el virus se reafirmaba.

La principal prioridad económica de Biden no es lo que supones
En Estados Unidos hay más de 6 millones de casos. (Gráfico: David Foster/Yahoo Finanzas)

Si Biden gana y asume el cargo el próximo mes de enero, su siguiente paso en el orden del día después de acorralar la pandemia será organizar una nueva tanda de estímulos para acelerar la recuperación económica. El Congreso ha estado negociando un cuarto proyecto de ley de estímulo contra el coronavirus, pero los demócratas y los republicanos han estado muy divididos respecto a los detalles. El Congreso aún podría aprobar una medida de compromiso este otoño, pero quizá para el próximo año millones de estadounidenses necesiten ayuda para cubrir los costos de la atención médica, el alquiler y la comida, y miles de negocios podrían haber cerrado.

Solo cuando el virus retroceda y la economía se recupere, Biden se enfocará en los planes más audaces que han definido su candidatura, como establecer una nueva alternativa de sanidad pública, impulsar la energía verde, estimular la manufactura estadounidense o ayudar a los estudiantes a pagar la universidad. “Ese es el paso tres”, dijo Bernstein, quien fue el economista jefe de Biden cuando este era vicepresidente y ahora es un miembro principal del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, de tendencia izquierdista. “Esa es la nueva arquitectura de políticas permanentes a largo plazo para volver a conectar a muchas personas que se han quedado atrás en una economía en crecimiento”. Biden también ha propuesto diferentes aumentos de impuestos para pagar esos planes, que sumarían unos nuevos ingresos de aproximadamente 4 billones de dólares durante una década si entraran en vigor.

Además de ganar votantes moderados y vencer a Trump en noviembre, Biden necesitaría que los demócratas controlen ambas cámaras del Congreso si quiere aprobar incluso las versiones más modestas de sus planes de reforma, que podrían llegar en el segundo año de su presidencia. Por el momento, Biden supera a Trump por unos 7 puntos porcentuales en las encuestas nacionales y por márgenes más pequeños en estados pendulares como Wisconsin y Pensilvania. Así que la victoria está a su alcance. Pero quizá cambiar el control del Senado para que pase de manos republicanas a demócratas es un objetivo más difícil. Sin duda, Biden lo está intentando.

Noticias relacionadas

Rick Newman