Llegan las baterías LFP, capaces de cargarse en 6 minutos y disparar la autonomía de los autos eléctricos

Las baterías de litio-hierro-fosfato (LFP) ya alimentan la mayoría de los vehículos eléctricos del mercado chino, pero están empezando a introducirse en Norteamérica. En realidad no son nuevas, ya que se inventaron aquí, pero hasta hace poco los fabricantes de automóviles que vendían vehículos eléctricos las evitaban porque los compradores querían más autonomía de la que podían ofrecer razonablemente. Todo esto está cambiando, y en los próximos años veremos muchos más LFP, ya que se espera que la diferencia de rendimiento se reduzca gracias a empresas como, Desten, Our Next Energy (ONE) y Mitra Chem, según explica el medio español Xataka.

Casi todos los vehículos eléctricos vendidos en Norteamérica utilizan baterías de iones de litio con cátodos que contienen alguna variación de la química níquel-cobalto. Estas baterías han ofrecido la mejor combinación de autonomía, potencia y tamaño, pero eso tiene un alto precio. Actualmente, el níquel y el cobalto cuestan más del doble de lo que costaban en 2021, tras las fuertes subidas de precios que se produjeron a raíz de la invasión rusa de Ucrania y el aumento de la demanda de vehículos eléctricos. Los productos químicos de níquel-cobalto también son algo propensos a la fuga térmica si están físicamente dañados o tienen defectos de fabricación, lo que ha dado lugar a seis retiradas diferentes en los últimos tres años, incluido el Chevrolet Bolt.

El desbordamiento térmico se debe a la presencia de oxígeno en las mezclas de níquel y cobalto, que se libera cuando la célula sufre un cortocircuito interno y se calienta. Como el fuego requiere combustible, oxígeno y una fuente de ignición, si se le quita alguno de estos elementos, se apaga. Sofocar un incendio con agua o espuma tiene por objeto privar al fuego de oxígeno para extinguirlo. Sin embargo, una vez que se inicia el fuego en una batería de níquel-cobalto, produce su propio oxígeno, razón por la cual estos incendios son tan difíciles de extinguir.

Las baterías de LFP no contienen O2, por lo que, aunque pueden desprender algunos gases en caso de cortocircuito, no arden como una batería de níquel. Esto las hace mucho más seguras y duraderas, aunque a costa de una menor densidad energética. Normalmente, una batería LFP fabricada con una arquitectura similar a la de una batería de níquel tiene una densidad energética entre un 30 y un 40% menor, pero puede durar miles de ciclos de carga y soportar el "abuso" de una carga más rápida.

Desten presenta una batería LFP revolucionaria con un tiempo de carga de 6 minutos

Tal y como destaca Business Wire, Desten, empresa pionera en tecnología punta de baterías de iones de litio, ha presentado una innovadora célula de fosfato de hierro y litio (LFP) que promete revolucionar los sectores de los vehículos eléctricos y el almacenamiento de energía. Esta innovadora tecnología de baterías ofrece una asombrosa carga del 20% al 80% en sólo seis minutos, abordando un importante reto en la adopción de los vehículos eléctricos y mejorando la eficiencia de los sistemas de almacenamiento de energía.

La nueva célula LFP de Desten cambia las reglas del juego en el mercado de los vehículos eléctricos. Con su capacidad de carga ultrarrápida, reduce significativamente el tiempo de inactividad de los vehículos eléctricos, haciéndolos más prácticos para el uso diario. Esta innovadora tecnología también tiene implicaciones de gran alcance para los sistemas de almacenamiento de energía, ya que proporciona soluciones rápidas, seguras y rentables.

Una de las características más destacadas de la célula LFP es su excepcional perfil de seguridad. Su química, basada en el fosfato de litio y hierro, garantiza una estabilidad química y térmica sin parangón. Esta característica es especialmente importante para responder a las preocupaciones sobre los riesgos relacionados con las baterías, y ofrece tranquilidad tanto a los consumidores como a los expertos del sector.

La última innovación de Desten puede cambiar el funcionamiento de los vehículos eléctricos y de las redes de energía. Los tiempos de carga rápidos, junto con una mayor seguridad, abren nuevas posibilidades para la adopción de los vehículos eléctricos y la integración del almacenamiento de energía. Este avance se alinea con el impulso global hacia la sostenibilidad y el uso eficiente de la energía.

Desten está colaborando estratégicamente con empresas de Norteamérica, Europa y Asia para integrar esta tecnología de vanguardia en nuevas plataformas de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento de energía en baterías. El objetivo de estas asociaciones es facilitar la adopción sin fisuras de las células LFP de carga ultrarrápida, allanando el camino hacia un futuro más ecológico y eficiente.

¿Cuándo podremos conducir carros dotados de este nuevo tipo de baterías? Esperemos que muy pronto.

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