El mentor de desempeño interno de FTX está igual de sorprendido que ustedes

En la semana que ha transcurrido desde que el otrora multimillonario Sam Bankman-Fried se convirtió en el mayor villano del mundo empresarial, muchos de sus amigos, socios e inversionistas se han quedado callados, ya sea por vergüenza o por la recomendación de sus abogados.

Así que me sorprendí el lunes, cuando un psiquiatra llamado George K. Lerner me llamó.

Desde el año pasado, Lerner ha trabajado como mentor interno de FTX, un cargo que le ha dado acceso a una perspectiva cercana del funcionamiento de la firma. Vive en las Bahamas, donde se ubican las oficinas centrales de FTX, y dedicó la mayoría de su tiempo antes del colapso de la empresa a aconsejar a sus empleados sobre temas como el manejo del estrés y la planificación profesional. (Los mentores de desempeño internos son comunes en las grandes firmas de operaciones bursátiles; los seguidores del programa “Billions” recordarán que el fondo de cobertura ficticio Axe Capital tenía uno).

También ha sido el terapeuta de Bankman-Fried, según una semblanza halagadora publicada en septiembre por Sequoia Capital, un inversionista importante de FTX. (La semblanza, ya eliminada, decía que Lerner parecía ser un “excelente psiquiatra”). Le escribí un correo electrónico, sin esperar que respondiera; me llamó y hablamos durante más o menos media hora.

Una de las subtramas más atractivas del drama de FTX es cómo Bankman-Fried, que alguna vez fue aclamado como el modelo del altruismo bienhechor, logró engañar a tantas personas que creían conocerlo. Algunos de sus amigos se han alejado de él desde el colapso, incluidos los miembros del FTX Future Fund, un grupo filantrópico que él fundó, quienes renunciaron en masa la semana pasada. William MacAskill, mentor desde hace tiempo de Bankman-Fried, dijo en un hilo de Twitter que sentía “tristeza y autodesprecio por haber caído en este engaño”.

Lerner comentó que llegó a conocer más a fondo a Bankman-Fried hace años mientras trabajaba como psiquiatra en San Francisco; se rehusó a dar más detalles sobre su relación en aquel entonces, debido a requisitos de confidencialidad. (También habló con Vice vía correo electrónico). Se mudó a las Bahamas en junio, relató, y empezó a ofrecer servicios como mentor a empleados de FTX 32 horas a la semana, mientras veía a pacientes aparte en un pequeño consultorio privado.

Bankman-Fried no respondió de inmediato a nuestra petición de ofrecer comentarios.

Bankman-Fried, quien fue un donador demócrata importante y mecenas del movimiento de altruismo eficaz antes de su caída en desgracia, debe dar cuenta de muchas cosas. Aún hay muchas preguntas sobre cómo fue que el manejo que dio FTX a miles de millones de dólares de clientes dejó a los inversionistas con las manos vacías cuando la firma colapsó. Esta semana, en su declaración de bancarrota, FTX admitió que podría deberle dinero a más de 1 millón de personas y organizaciones. Sus negocios están siendo investigados por múltiples agencias reguladoras y de seguridad, y su fortuna personal, que alguna vez se calculó en 16.000 millones de dólares, se ha desvanecido. En Twitter, la gente lo llama el “Madoff milénial”, comparándolo con uno de los estafadores más infames del mundo. (A quien aún no se le han presentado cargos por ningún delito).

Lerner —que no está sujeto al acuerdo de confidencialidad paciente-doctor en su calidad de mentor en FTX, a diferencia de su trabajo como psiquiatra— dijo que le impactó la insinuación de que Bankman-Fried era un genio criminal.

“Simplemente no me lo imagino haciendo eso, para ser honesto”, mencionó Lerner. “Es decir, supongo que tendría que sentarme a charlar con él y entender por qué. Pero me es difícil cambiar esa imagen que tengo de él”.

Lerner, que hasta el martes tenía una dirección de correo electrónico activa de FTX, relató que no sabía con certeza si todavía tenía trabajo tras la declaración de quiebra de la firma.

A lo largo de la semana pasada, Lerner ha visto en primera fila la implosión del imperio de Bankman-Fried. Primero, ocurrió el dramático colapso de FTX, que sucedió después del equivalente a un pánico bancario detonado por una casa de cambio de criptomonedas rival. Luego, vinieron las revelaciones sobre un déficit de miles de millones de dólares en el balance general de FTX, que según informes se debió a los fondos que desvió a Alameda Research, un fondo de cobertura de criptomonedas muy cercano a FTX, y a un hackeo misterioso que desvaneció más de 500 millones de dólares de las arcas de FTX. Y ahora, los numerosos clientes furiosos de FTX, así como reguladores y autoridades exigen saber qué pasó y a dónde se fue todo el dinero.

Lerner se negó a revelar si había hablado con Bankman-Fried desde la declaración de bancarrota. Más bien afirmó que se ha enfocado en ayudar a los empleados de FTX a comprender y aceptar lo sucedido.

“Me he dedicado a ser un hombro y un apoyo, asegurándome de que las personas regresen a salvo a casa”, comentó.

En los últimos días, se han hecho muchas conjeturas sobre la cultura corporativa inusual de FTX. La empresa, que tenía unos 300 empleados, en gran medida era dirigida por veinteañeros, algunos de quienes compartían el interés de Bankman-Fried en el altruismo eficaz. Algunos trabajadores de FTX vivían juntos en una casa comunitaria palaciega. Varios están o estaban en relaciones románticas con sus colegas, incluido Bankman-Fried, quien había salido con la directora ejecutiva de Alameda Research, Caroline Ellison.

Lerner, de 46 años, describió FTX como una empresa repleta de jóvenes diligentes e intelectuales que creían fervientemente en la misión de la firma. Muchos se habían mudado a las Bahamas desde grandes ciudades en Estados Unidos y Asia, indicó. Pocos empleados salían de noche o hacían amistad con lugareños; en su mayoría, pasaban largas jornadas, día y noche, en la oficina, relató.

“Trabajaban demasiado”, opinó. “Habría sido más saludable si hubieran tenido mejores relaciones amorosas”.

Durante la primavera y el verano, cuando el mercado de las criptomonedas se derrumbó y FTX intervino para rescatar a varias criptofirmas atribuladas, Lerner narró que el ambiente en la sede de FTX se volvió más tenso. Atribuyó el aumento de estrés al hecho de que muchos empleados tenían sus propias inversiones en criptomonedas que estaban perdiendo valor y que les preocupaba la salud financiera de la firma.

Más o menos en la misma época, FTX empezó a usar los fondos de sus clientes para pagar préstamos que pidió Alameda Research, según una reunión entre empleados de Ellison y Alameda sobre la cual informaron The New York Times y otros medios de comunicación. Aún no se conoce con exactitud la suma de estos préstamos ni quién dentro de FTX sabía de ellos en aquel entonces.

Sin embargo, mientras el resto del mundo despotrica contra Bankman-Fried y se pregunta cuánto sabían las personas cercanas a él, Lerner dijo sentirse mal por los empleados de FTX que se están hundiendo con el barco.

“Esas personas realmente sentían que eran parte de una familia”, aseguró. “Creo que por eso es tan doloroso para todos nosotros que esto haya acabado”.

© 2022 The New York Times Company