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Alemania y Francia presionan a Grecia por propuestas creíbles

El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, anunció el lunes su dimisión, un día después de que los griegos rechazaran de forma aplastante las condiciones de un paquete de rescate. En la foto de archivo, Varoufakis sale de la oficina del primer ministro en Atenas el 28 de junio de 2015. REUTERS/Marko Djurica (Reuters)

Por Julien Ponthus y Lefteris Papadimas PARÍS/ATENAS (Reuters) - Francia y Alemania le dijeron a Grecia que presente propuestas serias para reiniciar las negociaciones por ayuda financiera, incrementando la presión sobre el primer ministro Alexis Tsipras para que se comprometa un día después de que su país votó abrumadoramente en contra de más austeridad. Tras reunirse en París, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Francois Hollande -los dos líderes más poderosos de la zona euro- dijeron que el Gobierno griego debe moverse con rapidez si quiere cerrar un acuerdo con sus acreedores internacionales y evitar abandonar la zona euro. Elevando la apuesta sobre Tsipras antes de una cumbre de líderes de la zona euro que se celebrará el martes, el Banco Central Europeo decidió continuar restringiendo el financiamiento para los bancos griegos. Al votar contundentemente contra las duras condiciones del rescate, como Tsipras había pedido, los griegos reforzaron su posición negociadora. Pero la crisis sigue agudizándose, con bancos que llevan más de una semana cerrados para evitar una fuga masiva de depósitos que podría hacerlos colapsar. Sólo la ayuda de emergencia del BCE mantiene los bancos a flote y evita que Grecia sufra una caótica salida de la zona euro que podría causar más dolor a su gente y dañar gravemente a la moneda, el símbolo más fuerte del intento de la Unión europea de construir una "unión cada vez más fuerte". El BCE decidió también el monto de colaterales que los bancos griegos deben colocar por cualquier préstamo. La medida no afecta a los bancos por ahora, pero es una advertencia a las entidades griegas de que sus destinos están en manos del banco central. En una señal de que el Gobierno griego quiere buscar un nuevo acuerdo, el combativo ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis renunció, aparentemente bajó presión de algunos de sus colegas de la zona euro que no lo querían como parte de las negociaciones. Tsipras prometió a Merkel que presentará una propuesta para un acuerdo de ayuda a cambio de reformas en la cumbre de emergencia que celebrarán los líderes de la zona euro el martes, dijo un funcionario griego. No quedó claro cuánto diferirá de otras propuestas rechazadas en el pasado. Luego de la reunión con Hollande, Merkel declaró: "Decimos muy claramente que la puerta a las negociaciones sigue abierta y que la reunión de líderes de la zona euro mañana debería ser entendida en esos términos". "Pero al mismo tiempo decimos que no están dados en este momento los requisitos para comenzar negociaciones sobre un programa ESM (de fondo de rescate de la zona euro)", agregó la mandataria alemana. Además, un funcionario del Ministerio de Finanzas de Alemania desestimó la idea de que su país esté dispuesto a conceder algún alivio a la deuda griega, algo que el gobierno de Tsipras viene buscando desde hace tiempo. Ewald Nowotny, miembro del consejo de gobierno del BCE, mencionó la posibilidad de un crédito puente para Grecia mientras se está negociando un nuevo programa de rescate. "Si bien es posible es algo que no ha sido discutido", señaló el funcionario a la televisión estatal austriaca. Hollande dijo "depende ahora del gobierno de Alexis Tsipras ofrecer propuestas serias y creíbles para que esta voluntad pueda ser convertida en un programa que dé una perspectiva de largo plazo, porque Grecia necesita una perspectiva de largo plazo en la zona euro con reglas estables, al igual que la zona euro". SIN MUCHO TIEMPO Hollande resaltó que no queda mucho tiempo, mientras que Merkel exhortó a Grecia a poner sus propuestas sobre la mesa de negociación esta semana. El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, dijo que Grecia debe aceptar reformas profundas si es que quiere permanecer dentro de la zona euro. Rutte señaló ante su parlamento que los acreedores no tienen planes de redactar una nueva propuesta después del triunfo del "No", y recalcó que Grecia tiene que presentar algo nuevo en la reunión del martes. Tras el abrumador triunfo del "No" en el referendo griego, los funcionarios en Bruselas y Berlín se manifestaron pesimistas y dijeron que la salida de Grecia de la zona euro parecía ahora más probable que nunca. Pero también mencionaron que las conversaciones serán más fáciles sin Varoufakis, un economista autoproclamado "marxista errático" que enfureció a sus pares de la zona euro con su estilo informal y sus sermones intimidantes. Varoufakis hizo campaña por el "No" en el referendo del domingo, acusando a los acreedores de Grecia de "terrorismo". Su sacrificio sugiere que Tsipras está decidido a alcanzar un compromiso de último minuto con los líderes europeos. El principal negociador en las discusiones de ayuda con los acreedores internacionales, Euclides Tsakalotos, un economista y profesor de modales suaves, fue nombrado en lugar de Varoufakis. Para lograr un acuerdo, Grecia debe superar la desconfianza de sus socios, sobre todo Alemania, el mayor acreedor y la principal economía de la Unión Europea, donde la opinión pública se endureció en favor de que los griegos abandonen el euro. Mientras los griegos celebraban su gesto de desafío nacional hasta tarde, había pesar en Bruselas. El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, dijo en rueda de prensa que no hay una salida fácil a la crisis y que el referendo amplió la brecha entre Grecia y otros países de la zona euro. Una fuente de la UE dijo que a menos que haya alguna concesión importante de Grecia, es más probable que los líderes de la zona euro discutan el martes cómo lidiar con la salida griega de la zona euro -y cómo reforzar al resto de la unión monetaria- que sobre algún programa de ayuda para Atenas. (Reporte adicional de Renee Maltezou, Deepa Babington, Lefteris Karagiorgiannis y Angeliki Koutantou en Atenas, Paul Carrel y Andreas Rinke en Berlín, Julien Ponthus en París, escrito por Paul Taylor; editado en español por Hernán García)