Nacionalismo y negocios. Los desafíos de las marcas chinas para conquistar EE.UU

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Shein es un éxito de ventas en Estados Unidos y ahora prepara su lanzamiento en la Bolsa
Shein es un éxito de ventas en Estados Unidos y ahora prepara su lanzamiento en la Bolsa - Créditos: @GettyImages

Los fanáticos del fútbol americano que vieron el último Super Bowl disfrutaron de un sorprendente comercial de televisión. En el aviso una mujer cambiaba mágicamente su vestuario, con prendas muy elegantes pero económicas mientras se desplazaba por una aplicación de compras móvil llamada Temu. El jingle: “Me siento tan rico; Me siento como un multimillonario”, hace referencia a la posible sensación de riqueza que genera la interminable elección y los precios bajísimos de la ropa de Temu. Desde su lanzamiento en septiembre pasado, Temu se ha convertido en la aplicación para iPhone más descargada de Estados Unidos. El récord representa una hazaña para una marca joven con sede en Boston, pero es aún más impresionante cuando se descubre que Temu proviene de China.

Este es un momento crítico para las empresas chinas en Occidente. Por un lado, las marcas chinas nunca han sido más populares en Estados Unidos. Pisándole los talones a Temu en las descargas de iPhone están CapCut (un programa de edición de videos) y TikTok. A la lista se suma Shein, una cadena de tiendas de moda, que se ubica por encima de Amazon y este año puede lograr una de las ofertas públicas iniciales (OPI) más grandes del mundo.

La “tiktokización” de los negocios: cómo los algoritmos predictivos están ganando la batalla

En paralelo a este buen momento, crecen las sospechas sobre los negocios chinos, junto con la intensificación de las tensiones geopolíticas entre China y Occidente. Estados Unidos prohibió las operaciones de Huawei, un fabricante chino de equipos de telecomunicaciones, en su territorio y aplastó sus esfuerzos por capturar los mercados occidentales. El 6 de marzo se informó que el gobierno de Alemania estuvo a punto de obligar a los operadores móviles a dejar de comprar kits de Huawei y a reemplazar los equipos chinos instalados. TikTok puede recibir un trato igualmente duro. Varios países, encabezados por Estados Unidos, están discutiendo la prohibición total de TikTok debido a las preocupaciones sobre el uso de la plataforma por parte del gobierno chino para la propaganda antioccidental o para quedarse con los datos personales de los usuarios occidentales (TikTok niega ambas acusaciones).

Para las empresas chinas que buscan compradores occidentales adinerados esta condición presenta un enigma: ¿cómo hacer negocios en lugares donde cada vez son menos bienvenidas? Compañías como Shein, Temu y TikTok están dando respuestas que tienen mucho en común. Si lo logran o no, determinará la suerte del comercio chino en Occidente.

La China corporativa comenzó a tener una marca global en la década de ‘80, cuando los extranjeros invirtieron en fábricas chinas que luego enviaban productos baratos a Occidente. Los consumidores los comprarían casi exclusivamente a través de cadenas como Walmart o de marcas occidentales que obtienen productos de China. Luego, a mediados de la década de 2000, las empresas chinas comenzaron a construir una presencia en los mercados extranjeros. Hasta que el Tío Sam cortó sus alas, Huawei vendía su propio kit de redes y teléfonos en todo Occidente. Otros gigantes chinos como Haier, un fabricante de electrodomésticos, compraron e impulsaron el desarrollo de marcas occidentales, como en el caso de GE. Entre 2011 y 2021, las empresas chinas adquirieron marcas extranjeras minoristas y de consumo por valor de casi US$90.000 millones, según la compañía de datos Refiniti.