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Pese a la crisis en Medio Oriente, el precio del petróleo baja: por qué para Argentina no se diluyen los riesgos

Al final, ¿no era tan grave para la economía mundial una escalada de las hostilidades en Medio Oriente? Es lo que hoy se preguntan en todo el mundo, después de ver que los principales indicadores de riesgo no solo no reaccionaron con pánico, sino que hasta mostraron una distensión.

Para empezar, claro, por el precio del petróleo, el indicador por excelencia del riesgo de crisis internacional cada vez que hay un conflicto que involucra a una potencia productora, como es Irán.

La nación islámica figura en el octavo puesto del ranking mundial de productores de crudo, y es uno de los principales exportadores. Pero, además, tiene la llave de entrada al estrecho de Ormuz, por donde transitan diariamente más de 21 millones de barriles diarios de petróleo.

Estos datos son suficientes como para que se dispare el precio del petróleo cada vez que Irán aparece involucrado en una situación conflictiva. Sin embargo, contrariando los temores iniciales, la cotización del barril Brent no solo no subió, sino que bajó tras el ataque a Israel.

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La cotización había subido a casi u$s93 el viernes anterior al ataque, pero el martes ya había bajado a la zona de u$s90, sumiendo al mundo en una confusión. Esto, naturalmente, incluyó a Argentina, que ya se había acostumbrado a sufrir el impacto directo de las crisis internacionales -el antecedente de la invasión rusa a Ucrania en 2022 es bien sintomático al respecto-.

Es así que las previsiones iniciales sobre una escapada del petróleo y, por consiguiente, una suba en la inflación internacional, están ahora dejando paso a una cierta cautela, con las precauciones del caso. De hecho, las propias autoridades iraníes anunciaron su compromiso con un mantenimiento de la exportación petrolera.

"Seguimos haciendo todo lo posible para garantizar que las exportaciones de energía en nuestra región se realicen sin problemas; estamos comprometidos con la estabilización del mercado energético", declaró el viceministro iraní de petróleo, Morteza Shahmirzaei durante una visita oficial a Rusia.

El gobierno iraní ratificó la continuidad de la producción y exportación petrolera, a pesar de la escalada conflictiva
El gobierno iraní ratificó la continuidad de la producción y exportación petrolera, a pesar de la escalada conflictiva

El gobierno iraní ratificó la continuidad de la producción y exportación petrolera, a pesar de la escalada conflictiva

Distensión tras primera evaluación

¿Cómo se explica que, pese a las hostilidades y a la posibilidad de un contraataque israelí haya una relativa calma en los mercados? Los expertos en la materia anotan varios argumentos:

*Fue un ataque anunciado. Tras la explosión de su embajada en Damasco, Irán había prometido una represalia. De manera que los mercados ya se adelantaron al acontecimiento con una suba que llevó el precio desde u$s86 hasta u$s93,12.

*Como consecuencia de lo anterior, solamente se habría justificado una suba adicional del precio en caso de que se previera una escalada bélica que interfiriera directamente con la exportación petrolera. De hecho, el precio del viernes ya era considerado por encima del precio de mercado.

*Los países de la OPEP tienen una reserva que puede llegar a 5 millones de barriles diarios, lo cual excede en 50% toda la capacidad exportable de Irán. De manera que, en un caso de retracción de la oferta iraní, podrían suplirla solamente usando su capacidad ociosa.

*Ninguna de las grandes potencias, empezando por Estados Unidos, quiere una suba del precio del crudo. Eso significaría mayor inflación internacional, presiones recesivas y una demora en la baja de las tasas de interés: todo lo que el gobierno estadounidense quiere evitar en un año electoral.

*Pero, sobre todo, el principal motivo para la calma viene de los análisis militar y geopolítico: Irán demostró que su potencial ofensivo es menor que el que se temía y que no constituye una amenaza grave para la seguridad de Israel. Por otra parte, quedó en evidencia su falta de apoyo de otras naciones islámicas, como Irak y Jordania, que ayudaron a la defensa israelí el sábado de los ataques.

El recuerdo traumático de Ucrania

En los primeros análisis, Argentina parece mejor cubierto ante las volatilidades económicas ahora que en la crisis generada hace dos años tras la invasión rusa a Ucrania.

En aquel momento, el impacto sobre el mercado energético mundial fue grande: el precio del petróleo, que estaba un poco por debajo de los u$s100, llegó a tocar picos de u$s129. Y mucho peor fue el caso del gas, que multiplicó casi diez veces su valor: de los u$s4 por millón de BTU antes de la guerra, llegó a picos de u$s40.

El alto costo por la importación de gas licuado fue uno de los lastres económicos que
El alto costo por la importación de gas licuado fue uno de los lastres económicos que

El alto costo por la importación de gas licuado fue uno de los lastres económicos que dejó la invasión rusa a Ucrania en 2022

Para Argentina, fue una tormenta perfecta, porque justo ese año hubo un invierno más frío que el promedio, y el país estaba con dificultades de producción. En consecuencia, hubo una mayor necesidad de importar los barcos de gas licuado, a un precio muy por encima del histórico.

Para ponerlo en números, el año previo a la guerra las importaciones por energía -gas licuado, mayoritariamente- habían sido de u$s5.800 millones, mientras que en 2022 la cuenta ascendió a u$s12.800 millones. De esa manera, las compras de gas se transformaron en la piedra del zapato para la gestión de Alberto Fernández, que vio desatarse una crisis de reservas en el Banco Central.

Es cierto que, al ser Rusia y Ucrania grandes productores agrícolas, también hubo una suba de precios en las materias primas que exporta Argentina -la soja tuvo picos de u$s650 por tonelada en el mercado de Chicago-, pero la mejora por esas exportaciones no llegó a compensar el encarecimiento de las importaciones en el rubro de energía.

Argentina, mejor preparada para una crisis

¿Cómo podría afectar ahora el conflicto israelí-iraní a la economía argentina? A primera vista, el país tiene mejores condiciones para soportar una volatilidad internacional en los commodities. Para empezar, claro, porque se tornó mucho menos dependiente de la importación de gas -aunque todavía no logró la autosuficiencia en ese aspecto-, gracias al aumento en la producción de hidrocarburos y por el avance en la obra del gasoducto Kirchner.

De hecho, la expectativa de los expertos del sector es que este año la balanza energética podría, después de muchos años, tornarse superavitaria en un monto de hasta u$s4.000 millones.

Desde ese punto de vista, podría pensarse que si una nueva crisis geopolítica dispara el precio del petróleo, hasta se tornaría una situación beneficiosa para el país. Sin embargo, hay otros factores a tener en cuenta. Uno de ellos es que hay insumos de la agricultura que están ligados al petróleo, y por lo tanto podrían encarecerse, haciendo más difícil la ya complicada ecuación económica de los productores rurales.

Pero, además, es inevitable que un eventual incremento en el precio global del crudo le ponga presión al precio interno. Actualmente el "barril criollo" que las petroleras venden a las refinerías está en un 75% del precio internacional, y si se produjera un alza internacional sería una cuestión de tiempo para que se viera el impacto en las estaciones de servicio locales, justo lo que el gobierno quiere evitar en este momento.

Aún no se disipan los posibles cimbronazos de la crisis internacional: posibilidad de presión sobre el combustible y también una mayor presión devaluatoria
Aún no se disipan los posibles cimbronazos de la crisis internacional: posibilidad de presión sobre el combustible y también una mayor presión devaluatoria

Aún no se disipan los posibles cimbronazos de la crisis internacional: posibilidad de presión sobre el combustible y también una mayor presión devaluatoria

El inesperado coletazo financiero

Finalmente, hay un costado financiero ligado a la situación geopolítica del Medio Oriente. El aumento de la tensión llevó a que se sumaran más argumentos para posponer un recorte en las tasas de interés en Estados Unidos, que quiere alejar las presiones inflacionarias. Es una decisión que, a esta altura, los analistas creen que no ocurrirá antes de septiembre.

Y, como consecuencia, también se demorará el flujo de capitales hacia los mercados emergentes, dado que los inversores harán el "flight to quality" típico de situaciones de crisis.

Esta situación empezó a verse en movimientos incipientes de monedas de la región. Por caso, el real brasileño se está devaluando rápidamente: ya cotiza a 5,27 por dólar, cuando hace un mes la relación era de 4,90.

Una devaluación generalizada en la región es una de las peores situaciones que le podrían ocurrir al plan económico de Toto Caputo, que se basa en el ancla cambiaria, a tal punto que se generalizan las acusaciones sobre un retraso en la cotización del dólar. El hecho de que los vecinos ganen competitividad por la vía devaluatoria agregaría mayores presiones a la política cambiaria argentina.