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Los bancos de tiempo: una forma diferente de ver la economía... y el mundo

‘El tiempo es oro’ ya no es sólo un dicho, es una realidad. En una sociedad donde el dinero es la base de la economía, algunas personas han formado comunidades especiales en los que compartir un bien inmaterial: las horas, minutos y segundos de su vida. Son los bancos del tiempo cuya moneda de intercambio es el propio tiempo.

Aunque parezca algo muy novedoso, ya a principios del siglo XIX se daban intercambios de divisas basados en el tiempo. Un ejemplo es el del ‘Cincinnati Time Store’, creado por Josiah Warren en 1827 para demostrar el valor económico de la actividad de la mano de obra basada en el esfuerzo físico y el tiempo. Pero cuando realmente nace el concepto de “banco del tiempo” es en la década de 1980. Su fundador: Edgar Cahn.

Cuando Cahn concibió la idea, se encontraba en un momento muy complicado de su vida: acaba de sufrir un paro cardiaco que le había destruido el 60% de funcionalidad de su corazón. La situación era tan grave que los médicos le dieron dos años de esperanza de vida y se vio obligado a someterse a dos horas diarias de cuidados intensivos. En estas circunstancias de dependencia total hacia otros, Edgar comenzó a pensar en una forma de recompensar a aquellos que lo cuidaban.

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Foto: Getty
Foto: Getty

Así puso en marcha su concepto de un banco del tiempo, cuyo cimiento principal es la convicción de que en las bases del capitalismo existe una ‘grieta’ fundamental. Para él, el liberalismo económico es un sistema monetario que valora lo escaso y devalúa lo abundante, de tal forma que lo percibimos como algo inútil. “Lo que devalúa es ser un ser humano, porque no somos escasos” afirma el fundador a la BBC. Es decir, el precio de cuestiones universales, como el tiempo, es casi cero porque es algo universal, todo ser humano dispone de tiempo. Pero para muchos otros, el tiempo es el bien más preciado y más escaso que cada persona posee y, por eso es el más valioso de todos.

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Bajo estas premisas, nace el concepto de banco del tiempo, en el que cada persona invierte X horas de su tiempo en beneficio a un tercero y después, es recompensado con la actividad de otro equivalente a la misma cantidad de horas. Por poner un ejemplo: un individuo (A) corta el césped y riega las plantas de un individuo (B) durante una hora y después la actividad del individuo (A) es retribuida con una hora de clases de inglés impartida por otro individuo perteneciente al banco.

Aunque en un principio esta especie de sistema de trueque regulado por medidas temporales recibió muchas críticas, hoy en día es todo un movimiento internacional de éxito. De hecho, Timebanks USA, la organización fundada por Edgar Cahn en 1995, cuenta con unos 40.000 miembros que han intercambiado más de dos millones de horas. También han surgido otros modelos similares como los ‘Timebank Repair Café’, repartidos en 1.500 establecimientos a lo largo del mundo, o el ‘Time Republik’, una startup con más de 100.000 usuarios que ofrece y recibe tiempo haciendo cosas como dar clases o sacar de paseo a los perros.

En un mundo cada vez más caracterizado por el egoísmo y el individualismo más radical, esta tendencia basada en el concepto de comunidad, ayuda y colaboración entre personas puede arrojar algo de luz a un futuro colectivo verdaderamente incierto. Ojalá sirva para desmonetizarnos y hacernos un poquito más humanos.

Laotracaradelamoneda

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