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Preparar a los niños para el ‘cole’ supone una jornada extra de trabajo a la semana

Son tantas las tareas que hay que realizar antes de salir para el colegio que para conseguir llegar a tiempo solo hay una opción: restarle horas al sueño. Ya sea por la noche o por la mañana, porque, obviamente, algunas tareas solo se pueden hacer a primera hora. La marca de cereales Kellogg’s encargó una investigación para contabilizar en horas todo ese trabajo de preparar a los niños para la escuela y el resultado fue que los padres dedican tantas horas a ello como si trabajasen una jornada extra.

Un estudio cuantifica en tiempo las tareas que han de realizar los padres para preparar a los hijos para el colegio y el resultado se que hacen una jornada extra a la semana. (Foto: Getty Images)
Un estudio cuantifica en tiempo las tareas que han de realizar los padres para preparar a los hijos para el colegio y el resultado se que hacen una jornada extra a la semana. (Foto: Getty Images)

En el estudio, que la multinacional realizó como parte del lanzamiento de unas barritas de cereales, participaron 2.000 padres que revisaron qué es todo eso que tienen que hacer antes y después del trabajo para que sus hijos estén listos para ir al colegio. Contabilizaron hasta 43 tareas diferentes, aunque es cierto que algunas, como regar las plantas o sacar a pasear al perro, no son exclusivas de los padres.

Entre las que sí lo son se encuentran el preparar el desayuno de los niños, el almuerzo que se llevan al colegio para el recreo, el traslado a la escuela, lavarlos y peinarlo, hacer las camas (con niños son más que si no si se es un solo), organizar el material necesario para ese día, revisar que están los deberes hechos y ayudarles a hacerlos cuando toca, tener la ropa limpia y planchada, organizar las actividades extraescolares, firmar autorizaciones…

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A primera hora de la mañana todo son carreras en una casa con niños. “Fulatino, tómate la leche que no llegamos”. “Menganita, ¿te has lavado ya los dientes?”. “Mamá, ¿dónde están las zapatillas de fútbol, que no las encuentro?”. “Papá, ¿me ayudas con la trenza?”. Y así una tarea tras otra. Todo depende de la edad de los pequeños y de su autonomía, pero aún así son tantas, que no es de extrañar que la hora media a la que suena el despertador para los padres sea las 6.01 y que los haya que incluso se levanten media hora antes para llegar a tiempo a todo.

La lista completa de tareas que se han tenido en cuenta en el estudio puede consultarse en Metro, por ejemplo. En total 43, que incluyen algunas tan singulares y que quizá a muchos ni se les habría pasado por la cabeza como descongelar la cena para después, desenredar el pelo o mirar el pronóstico del tiempo para acertar con la ropa que se les pone a los hijos. Y todas ellas, por mínimas que parezcan, suman tiempo. O lo restan de otras cosas, según se mire.

En total, según el estudio de Kellogg’s, una media de 10 horas y 15 minutos a la semana que, todo hay que decirlo aunque en Metro no hagan referencia a ello, pueden recortarse a medida que los niños crecen y si se les enseñan buenos hábitos. Recoger los juguetes, vestirse, peinarse, lavarse o cepillarse los dientes es algo que, a según qué edad, ya deberían hacer ellos solos ayudando así a reducir esa jornada extra de los padres. Para lo de planchar y lavarse su propia ropa o encargarse ellos mismos del traslado al colegio, quizá hay que esperar a la adolescencia.

Con un ritmo tan frenético y un caos matutino así, no es de extrañar que a muchos padres se les olvide desayunar. Según la nutricionista Laura Clark, un 42% de los progenitores acaba saltándose el desayuno. A lo que añade, en sus declaraciones a Metro, que todo ese trabajo mañanero puede equivaler a una quema de más de 300 calorías.