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Prevén un escenario con mucha volatilidad para la agricultura

ARGENTINA, Marcos Juarez: Siembra de trigo, variedad Lapacho, en Marcos Juarez, Cordoba, el 7 de Junio de 2016. LA NACION / Diego Lima
Podría haber una suba del área con trigo - Créditos: @DIEGO LIMA

El escenario geopolítico que enfrentan los commodities agrícolas en 2023 a nivel internacional está asignado por varias situaciones complejas. En primer lugar figura la continuidad de la guerra en Ucrania. “Lejos de verse una finalización, pareciera que el conflicto tiende a entrar en una cronificación a largo plazo”, observa Carlos Pouiller, analista de mercados de AZ-Group. Este factor podía determinar momentos en los que se interrumpa el suministro de granos por los puertos del Mar Negro, lo que podría imprimir volatilidad de precios al trigo, girasol, maíz, cebada y otros commodities que produce Ucrania.

Por otro lado, hay un conflicto que se podría encuadrar como una guerra fría entre Estados Unidos y China, dos potencias que luchan por el predominio mundial. “Es una contienda no resuelta, como lo demuestra el reciente derribo del globo aerostático en territorio norteamericano, con la acusación de espionaje por parte de China”, agrega Pouiller. Si este conflicto escala, también puede derivar en una situación complicada desde el punto de vista comercial, con potencial repliegue de China de los mercados de commodities de Estados Unidos.

Crece el apoyo a una protesta del campo y se suman más entidades

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Por otra parte, el mundo sigue con altos niveles de inflación, lo que obliga a mantener políticas de elevadas tasas de interés que resultan contrarias a una tendencia positiva en el precio de los commodities.

Las últimas estimaciones para la economía mundial proyectan una recesión para 2023, con Europa y Estados Unidos creciendo muy poco y China ubicándose muy por debajo de sus tasas históricas, lo que agregaría amenazas para la demanda de granos. A estos factores bajistas se le suma un dólar fuerte frente a una canasta de monedas, lo que quita poder de compra los países importadores de cereales y oleaginosas.

Aumentará el área sembrada con trigo

En el contexto nacional “se enfrenta un año de elecciones, con una economía totalmente desquiciada, que genera una tasa de inflación incontenible y una necesidad imperiosa de conseguir dólares para las reservas del Banco Central y las importaciones”, observa Pouiller. A ese combo se le agregan a disputas políticas internas en la coalición que gobierna y en la oposición, lo cual suma para un clima muy difícil para las empresas, con muchas incertidumbres.

El único factor positivo que vislumbran los empresarios para el mediano plazo es que hay una casi certeza de un gobierno a fin de año con signo distinto al actual, que ha demostrado, a lo largo de su gestión, su intención de apropiarse de cualquier mejora la rentabilidad de los productores, ha creado nuevos impuestos, ha cerrado importaciones de insumos básicos y mira a otro lado ante la tremenda sequía que afecta al país. “La posibilidad de cambio político es un aspecto anímico importante, que ayudará a encarar la campaña agrícola con una mentalidad más optimista”, proyecta el analista.

Más allá de este contexto macro, “tranqueras adentro” habrá muchas empresas -sobre todo las que arriendan campos- que saldrán muy golpeadas de la campaña 2022/23, en la que sufrieron quebrantos. Entonces, esas empresas tendrán necesidades de financiamiento importantes, al tiempo que no es abundante la oferta de créditos favorables para el sector; “este será un punto crítico para el desarrollo de la campaña agrícola que viene”, advierte el profesional.

Simultáneamente, hay posibilidad de que los costos de producción de cereales y oleaginosas sean inferiores a los de la campaña pasada, principalmente por la baja de precios de los fertilizantes, aunque el comportamiento seguramente será distinto en otros costos como fletes, salarios, etc.

De cara a la campaña 23/24, una clave básica será que se normalice definitivamente el régimen de lluvias y se pueda sembrar fluidamente la campaña de granos finos. “El área de trigo debería aumentar a más de 6M/ha, por la reducción de los costos de implantación, por la mayor disponibilidad de humedad esperada a la siembra y por la necesidad de los productores de volver a tener ingresos rápidamente”, anticipa Pouiller.

Para la siembra de la campaña 2023/24 ya hay cotización para diciembre este año en alrededor de 265US$/t. “Es un precio interesante, muy parecido al del inicio de del ciclo 2022/23″, compara.

Mientras, el escenario internacional del trigo pinta favorable para los productores argentinos. “Hay preocupación por la producción final de Estados Unidos, ya que más de la mitad del área del cereal de invierno ha sufrido escasez de humedad y hay dudas sobre su evolución una vez que se derrita la nieve”, alerta el técnico. También hay que tener en cuenta que los fondos especulativos que operan en Chicago están muy vendidos en trigo, por lo cual no sería raro que en algún momento empiecen a comprar, lo que sumaría volatilidad alcista al precio futuro.

Otro factor positivo para el trigo 2023/24 es la autorización del Gobierno de postergar por un año embarques de diciembre de 2022, enero y febrero de 2023 por la escasa oferta del ciclo anterior. “Las declaraciones juradas de venta al exterior anotadas se ubican en torno de 9M/t, pero las compras de los exportadores suman algo menos de 6M/t. Esta diferencia indica que por lo menos va haber un poco más de 3M/t que van a tener que embarcarse antes de diciembre de 2023 y en los primeros días de 2024, con obligación de compra por parte de los exportadores en algún momento, un factor que agrega demanda para el trigo nuevo”, adelanta Carlos.

Riesgo bajista para el maíz

De cara a la campaña de granos gruesos, Pouiller informa que hay bajos stocks de maíz y de soja de la campaña 2022/23 en Estados Unidos, sobre todo de la oleaginosa, de la que casi se agotó el saldo exportable. No obstante, hacia adelante, para el ciclo 2023/24, se estima un aumento importante del área sembrada con maíz en el país del norte. Si eso se confirmara próximamente, es de esperar un mercado del cereal un poco más pesado en el futuro, si la evolución climática acompaña.

La sequía afectó al cereal
La sequía afectó al cereal

Mientras tanto, hay pocas ventas de los productores argentinos por la pésima evolución de los maíces tempranos, pero se prevé un gran volumen de oferta a partir de julio con los tardíos, coincidente con el ingreso al mercado de la safrinha brasileña, que generaría una gran cosecha. Ambas producciones determinarían un mercado de maíz con tendencia a la baja en el mediano plazo. En ese escenario posible, “los productores deberían tratar de asegurar precios en dólares y salir de la conducta actual, que muestra mucho maíz sin cobertura y un ritmo de comercialización lento”, aconseja el especialista.

Soja importada

Brasil está generando una cosecha récord de 150M/t, que atrae a los compradores chinos ante el agotamiento de los stocks estadounidenses. Mientras tanto, el mercado de Chicago no ha mostrado bajas de precios a pesar del ingreso de la producción del país vecino, lo que evidenciaría fundamentos sólidos y posibilidad de mercado sostenido a mediano plazo.

“En la Argentina va a haber poca soja para embarcar como grano y va a ser muy reducida la oferta exportable de aceite y de harina” vaticina Carlos. Por esta causa, la harina muestra cotizaciones muy sostenidas, con tendencia a la suba, lo que podría dar una buena capacidad de pago de industria local. No obstante, seguramente la molienda va echar mano a la importación temporaria en grandes volúmenes desde Paraguay o desde otros países limítrofes, porque la cosecha local no le va alcanzar para cubrir sus habituales necesidades de procesado.

Cocecha de soja de segunda zona de Monte Buey Cordoba
30-04-20
Foto: Marcelo Ma
Los productores podrían vender solo lo necesario - Créditos: @Marcelo Manera

“Tranqueras adentro”, los productores venderán soja solo cuando se ofrezca un nuevo Programa de Incremento Exportador (Dólar soja 3). “Si no aparece una medida de ese tipo, los agricultores van a comercializar lo mínimo indispensable”, subraya el analista.

A modo de síntesis del escenario esperable para los granos en 2023, Pouiller indica que “el contexto mundial para los commodities presenta un panorama complejo, de difícil lectura y definición, y que genera incertidumbre y volatilidad, con más posibilidades de desembocar en un escenario mayormente bajista para los granos que produce la Argentina”. Por otra parte, la impresión del especialista es que el mercado de soja puede sostenerse más que el de maíz a lo largo de 2023, al que aconseja cubrir desde ahora. Finalmente proyecta que “en soja va a pesar la oferta de Brasil, que viene bien en general, y lo que hagan los productores locales, que van a cursar órdenes de venta solo cuando les ofrezcan un tipo de cambio diferencial, ya que se acostumbraron a eso”, concluye.