Los problemas de Tesla generan dudas sobre su invencibilidad

BERLÍN — El miércoles, Elon Musk dio la impresión de que estaba de un ánimo desafiante frente a los empleados de la fábrica de Tesla cerca de Berlín, una semana después de que un pirómano le prendió fuego a una torre de alta tensión y paralizó la producción.

“No pueden detenernos”, les dijo Musk, director ejecutivo de la empresa, a los trabajadores en una carpa gigantesca junto a la planta.

Sin embargo, están proliferando indicios de que Tesla tal vez no sea tan imparable como alguna vez pareció. Las ventas de autos de la empresa ya no crecen a un ritmo dinámico. Las automotrices chinas y marcas consolidadas como BMW y Volkswagen están inundando el mercado con autos eléctricos. Y Tesla ha sido lenta en responder con nuevos modelos.

La gran cantidad de emprendimientos externos de Musk y su afición a realizar declaraciones políticas polarizadoras y atacar a personas con las que no está de acuerdo han generado cuestionamientos en relación al nivel de su interés en la gestión de Tesla. Wall Street está cada vez más preocupado por la empresa: el precio de las acciones de Tesla ha perdido una tercera parte de su valor este año, aunque los principales índices bursátiles han alcanzado máximos históricos.

“Una apuesta por Tesla siempre ha sido una apuesta por Musk”, opinó Eric Talley, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia, quien se centra en derecho corporativo, gobernanza y finanzas.

En una entrevista con el expresentador de televisión Don Lemon que se emitió en línea el lunes, Musk le restó importancia a la caída del precio de las acciones de la empresa pues lo considera como parte del ciclo.

“Las acciones suben y bajan, pero lo que de verdad importa es que estemos fabricando y ofreciendo grandes productos”, comentó Musk.

La pausa de una semana en la producción de la fábrica de Tesla en Grünheide, la segunda este año, tan solo fue un revés temporal. No obstante, la caída en el precio de las acciones indica que los inversionistas están reevaluando las perspectivas a largo plazo de Tesla y ya no están seguros de que la empresa —la cual sigue valiendo más que cualquier otra automotriz— algún día vaya a dominar la industria.

Musk puede atribuirse gran parte del crédito de haber urgido a otras automotrices a darle más atención a los autos eléctricos, al demostrar que podían ser prácticos, rentables y divertidos. El año pasado, el vehículo utilitario deportivo (SUV, por su sigla en inglés) de Tesla, el Model Y, fue el auto más vendido de cualquier tipo en el mundo.

Sin embargo, Tesla no ha sumado un vehículo de consumo masivo a su gama desde que el Model Y salió a la venta en 2020. Las automotrices chinas como BYD, SAIC y Geely Auto están sacando decenas de nuevos modelos. Según analistas, la Cybertruck de Tesla, una pickup futurista que salió a la venta en cantidades limitadas el año pasado, podría ser atractiva para un conjunto relativamente reducido de compradores debido a su alto precio y diseño poco convencional. Y, aunque Tesla está trabajando en un auto eléctrico que costaría unos 25.000 dólares, no se espera que salga a la venta en grandes cantidades sino hasta 2026.

“Me sorprende un poco que a estas alturas no haya salido el próximo modelo”, afirmó Michael Lenox, profesor de Administración de Empresas en la Universidad de Virginia, quien estudia las industrias que experimentan turbulencias tecnológicas.

Tesla ha ajustado los precios en repetidas ocasiones como respuesta a la demanda, reduciéndolos para impulsar las ventas y, luego, volviéndolos a subir a veces. Según analistas, aunque los recortes han ayudado a volver más asequibles los autos eléctricos, la estrategia ha erosionado las utilidades de la empresa sin hacer mucho por aumentar los ingresos. Los recortes también han reducido de manera dramática el valor de reventa de los autos Tesla, porque nadie paga más por un auto usado que por uno nuevo.

La estrategia les enseña a los compradores potenciales a “esperar una oferta”, comentó en X, antes conocida como Twitter, Gary Black, socio gestor del fondo Future Fund, quien tiene más de 400.000 seguidores en esa plataforma propiedad de Musk. Aunque Black ha sido durante mucho tiempo optimista de Tesla, hace poco el fondo vendió algunas de sus acciones en la empresa.

Tesla enfrenta una competencia particularmente intensa en China, el mayor mercado de automóviles del mundo, donde más de una tercera parte de las ventas de autos nuevos son eléctricos. BYD superó a Tesla en ventas mundiales de vehículos eléctricos en los tres últimos meses de 2023 con una amplia gama de sedanes, SUV y subcompactos baratos. Su modelo Seagull se vende por menos de 12.000 dólares en China.

Incluso después de los recortes de precios de Tesla, los sedanes Model 3 y los SUV Model Y fabricados en una fábrica de Shanghái son mucho más caros que muchos modelos chinos. Las automotrices europeas y chinas también están introduciendo nuevos vehículos eléctricos a un ritmo vertiginoso. Más de 150 saldrán a la venta a finales de año, según HSBC.

Al mismo tiempo, Tesla no está bien posicionada para competir en el mercado de lujo porque sus autos no ofrecen tantas comodidades como los que fabrican empresas como BMW o Mercedes-Benz, según John Helveston, profesor adjunto de Gestión de Ingeniería en la Universidad George Washington, quien ha estudiado los hábitos de compra de autos en China.

“En China hay tantas buenas opciones que Tesla se queda en medio”, afirmó Helveston. “Es un auto carísimo para el lujo que se obtiene de él”.

Tesla no les ha dicho a los inversionistas cómo recuperará terreno en China, país que genera la mayor parte de sus ventas. La empresa no respondió a una solicitud para ofrecer comentarios.

“¿Qué sacarán de su caja de herramientas aparte de los recortes de precios para seguir compitiendo en 2024?”, preguntó Tu Le, director gerente de Sino Auto Insights, una firma de investigación. “La herramienta del recorte de precios ha perdido su eficacia”.

El desdén de Musk por la manera tradicional de hacer las cosas, así como su amor por los grandes retos de ingeniería, ha dificultado que Tesla saque nuevos productos con rapidez, comentó Helveston. La Cybertruck es un ejemplo. Está hecha de acero inoxidable, el cual resiste mejor el óxido que el acero convencional, pero es famoso por su dificultad para ser trabajado. La camioneta llegó con dos años de retraso y absorbió recursos que se pudieron utilizar en productos con mayor atractivo.

“A Tesla le podría ir mucho mejor si hubiera sido menos agresiva a la hora de intentar hacerlo todo nuevo y si hubiera utilizado la mitad de los conocimientos que ya existen y funcionan”, opinó Helveston.

No obstante, hacer cosas nuevas emociona a Musk, quien se rio entre dientes con regocijo cuando le contó a Lemon sobre la versión renovada del deportivo Roadster de la empresa, el cual, según Musk, Tesla planea lanzar a finales de año. El vehículo combinará tecnología de Tesla y de su empresa de cohetes, SpaceX, “para crear algo que en realidad no es un auto”, comentó.

En Europa, el Model Y fue el auto eléctrico más vendido el año pasado. No obstante, Volkswagen y sus marcas Audi, Skoda y SEAT vendieron en conjunto más vehículos eléctricos que Tesla en el continente, según Schmidt Automotive Research. Las ventas del Model Y cayeron a finales de año después de que Alemania y otros países recortaron los subsidios.

Tesla también podría sufrir las restricciones que la Unión Europea está considerando imponer a las importaciones chinas. Todos los sedanes Model 3 vendidos en Europa y el Model Y con volante a la derecha para el Reino Unido se importan desde Shanghái. Tesla representa uno de cada cuatro autos fabricados en China importados a Europa, según Schmidt.

Dio la impresión de que la visita relámpago de Musk a Grünheide fue programada para mostrarles a los empleados en Alemania, algunos de los cuales habían expresado preocupación por su seguridad tras el incendio provocado, que sigue comprometido con la empresa y la fábrica. La planta produce unos 300.000 autos al año, pero su objetivo es llegar hasta el millón.

Cuando los reporteros le preguntaron si tenía la intención de apegarse a ese plan, Musk respondió: “Sí, por supuesto”.

c.2024 The New York Times Company