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Catástrofe y desolación: solo eso quedará si se sigue sobreexplotando los depósitos de arena

sunrise over Dismal River meandering through Nebraska Sandhills at Nebraska National Forest, aerial view of summer scenery
La arena de ríos, lagos y mares es un recurso que se da por sentado pero lo cierto es que se extrae de forma masiva por ser la materia prima de la mayoría de las construcciones del mundo (marekuliasz via Getty Images)

El edificio o la casa en la que vivimos está hecho con arena, así como el centro comercial al que vamos, la oficina en la que trabajamos y el puente que cruzamos. La fabricación de concreto, asfalto y vidrio no se detiene, así como tampoco la creación de otros objetos que también necesitan de este material tales como el teléfono celular del que hemos pasado a depender, así como las computadoras, televisores y los lentes que usamos para ver todas esas pantallas “arenosas”.

La arena, en especial la de ríos y lagos, es el secreto del desarrollo comercial, industrial y residencial de los países y ciudades y se extrae legal e ilegalmente en todo el mundo para satisfacer las crecientes necesidades del ser humano en su búsqueda insaciable por una mejor calidad de vida.

Y aunque es un recurso renovable, la capacidad de producción natural de la arena es más lenta que la demanda de algunos países que avanzan en ese 'desarrollo', demoliendo a su paso toda la naturaleza de la que se puedan servir.

Más demanda que oferta

Se calcula que la demanda anual de arena y grava es de unos 50.000 millones de toneladas cada año según un informe de Naciones Unidas de 2019 en el que se estima que cada día se extraen 18 kilos de arena y grava por persona en el mundo para la fabricación de concreto, asfalto o vidrio, entre otros materiales.

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(VIDEO) Las graves heridas ecológicas que deja la explotación de arena

La arena, la que fabrica la naturaleza, nace de un proceso perfecto que se inicia cuando se desprenden rocas o piedras de las montañas que caen en los lechos de los ríos que se encargan de erosionarlas y llevarlas al mar. Es un trabajo lento que puede tomar siglos, mientras que en sólo décadas se construyen inmensas ciudades con moles de concreto cada vez más grandes.

Esa arena erosionada, en su ruta hacia los ríos y mares, se consigue con otros obstáculos creados por el hombre como represas y diques, lo que hace aún más difícil su proceso de renovación natural.

“La demanda de arena y grava está creciendo, especialmente en países como India y China que tienen grandes poblaciones y un importante desarrollo económico y de infraestructura”, explica el biólogo y conservacionista Charles van Rees.

Sand and gravel factory plant producing sand materials for construction industry, aerial view.
Se estima que China es el principal productor de cemento del mundo (Bim via Getty Images)

Se estima que China es el principal productor de cemento del mundo y usa el 57% de este material y los cálculos apuntan a que India supere al “gigante asiático” en 2027 en este puesto.

Entre 2013 y 2016 Pekín construyó siete islas artificiales con las que ha querido dejar claro su dominio sobre el Mar de China Meridional con la instalación de empresas estatales petroleras y pesqueras y, más recientemente, grandes bases militares que han surgido como respuesta a los reclamos de países vecinos como Vietnam, Indonesia, Malasia, Brunei y Filipinas ante la pérdida de recursos submarinos que los chinos han ganado al erigir estas islas.

Singapur también ha ampliado su territorio de forma artificial con el uso de arena y ciudades como Dubai se han levantado con el desplazamiento de millones de toneladas de este recurso natural.

Aerial view of The Palm Jumeirah Island, Dubai Downtown skyline, United Arab Emirates or UAE. Financial district and business area in smart urban city. Skyscraper and high-rise buildings at sunset.
Ciudades como Dubai se asientan sobre camas de arenas que fueron extraídas de otras costas (tampatra via Getty Images)

El mencionado informe de Naciones Unidas señala que en los últimos 20 años la demanda de arena se ha triplicado y lo peor es que aún no se ha conseguido un buen sustituto para crear materiales de construcción parecidos al concreto que permita dejar en paz a este recurso que es soporte de desarrollos naturales de vital importancia para el planeta.

La arena está viva

Piper es el nombre de un conmovedor corto de Pixar en el que se cuenta la historia de un pequeño pájaro, pichón de correlimos tridáctilo, que debe perder el miedo al agua pues su alimentación se basa en moluscos.

En la vida real, el modo de alimentación de Piper está en peligro, así como su sobrevivencia, en esas costas en las que se está permitiendo la extracción de la arena sin respetar los ecosistemas.

Así como esta especie, muchas otras como flamencos y muchos tipos de patos, verán sus restaurantes de arena cerrar sus puertas.

El biólogo van Rees subraya que “en los lagos, ríos y especialmente, en las áreas marinas, es importante recordar que la arena está viva, contiene comunidades enteras de invertebrados y otras formas de vida que tienen sus propias funciones importantes”.

Con esa extracción de arena, además, los peces ven esfumarse el lecho en el que depositaron los huevos, la rica vegetación que bordea los ríos desaparece, e incluso los humanos que viven en comunidades costeras sufren por la falta de alimentos que, en consecuencia, se genera.

La arena, por ejemplo, es la casa de los cangrejos, no solo de playas marinas, sino también de ríos y bosques de manglares. La disminución de estos crustáceos no solo acarrea consecuencias en el ecosistema sino que además, las poblaciones costeras que se alimentan de ellos perderán un importante nutriente rico en zinc, yodo, hierro y calcio.

La ingeniera en calidad ambiental María Elena Salgado, que además es investigadora del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Naturales de la Universidad Centroamericana de Managua, Nicaragua, señala que esta extracción masiva de arena causa alarma en la comunidad científica pues genera un desequilibrio importante.

En los últimos 20 años la demanda de arena se ha triplicado y China e India son los principales consumidores
En los últimos 20 años la demanda de arena se ha triplicado y China e India son los principales consumidores (shunli zhao via Getty Images)

“La disponibilidad de alimentos de muchas especies, se ve amenazada, así como su capacidad de supervivencia”, dice y agrega que estas condiciones, a las que se suma el ruido causado por la extracción, también ahuyenta a las aves que usualmente llegaban a esas costas en las que está sustrayendo la arena.

Además, en lagos y lagunas, estos procesos de extracción de arena pueden desencadenar un proceso denominado eutrofización, “que es un exceso de nutrientes que acelera el crecimiento de algas, las cuales compiten por el oxígeno disponible y ocasiona una disminución sustancial de las otras formas de vida presentes en el ecosistema acuático”.

Inundaciones y devaluaciones

La falta de arena en las costas de ríos y playas deja a los pueblos desnudos y expuestos a las inundaciones y también a la pérdida de la actividad turística, económica y ecológica.

Para un turista que quiera estar en la clásica playa de arenas blancas con la obvia biodiversidad de fondo ya no será una buena inversión ir a un lugar del que han desaparecido estos atractivos.

Así lo ilustran en el documental de DW llamado ¿Vacaciones sin playa de arena? Una materia prima cada vez más escasa, en el que aparece el ejemplo de la isla alemana Sylt que desde hace décadas sufre una erosión tan extrema que cada año llevan grandes buques de arena para devolverla a sus costas.

La extracción de arena “posibilita las inundaciones y daños materiales a las comunidades cercanas y a las estructuras que se encuentren en el área”, dice la ecóloga Johanna Segovia, investigadora asociada del Instituto de Ciencia y Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia de El Salvador que también destaca la pérdida del valor ecológico y socioeconómico de las poblaciones tras remoción de este recurso.

sand pipers feeding at the Oregon Coast
Correlimos tridáctilo, los Piper en su estado natural (WestWindGraphics via Getty Images)

Devolver a la vida

Existen millones de edificios abandonados en todo el mundo, muchos de ellos nunca han sido habitados y sin embargo están ahí, siendo tumbas de concreto, como las llamadas “ciudades fantasmas” de China, país en el que se calcula que hay unas 65 millones de viviendas deshabitadas.

La ingeniera civil alemana Andrea Kustermann trabaja en estudios para lograr el reciclaje del viejo hormigón y crear con ese material nuevas piezas de construcción, una idea que aportaría un alivio a la explotación desaforada de la arena del mundo.

Asimismo, de acuerdo con la bióloga María Elena Salgado, actualmente se evalúa el uso de materiales como bambú, tierra, paja y también plástico reciclado lo que a su juicio es una “de las mejores soluciones que se pueda implementar porque estaríamos dando respuesta a dos problemas de gravedad al mismo tiempo” como lo son el reciclaje del plástico y la disminución de la extracción de arena.

¿Y la arena de los desiertos?

Lamentablemente no se puede usar la arena de los desiertos en la construcción porque sus granos se vuelven redondos con la exposición continua lo que impide que se unan para lograr un material de construcción durable.

En cualquier caso, el informe de Naciones Unidas advierte que se deben tomar medidas en este sentido pues “las operaciones legales e ilegales” de extracción de arena “se reportan cada vez más” incluso “dentro de las reservas de biodiversidad establecidas y las áreas protegidas” en las que no se deben realizar actividades económicas “que no sean compatibles con la integridad biofísica de estos ecosistemas”.

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