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Río de Janeiro, un destino casi inalcanzable para las vacaciones de invierno

En tan sólo un año, desde la gestión de la ex ministra de Economía, Silvina Batakis, a la actual de Sergio Massa, quienes quieran pasar unos días de vacaciones en uno de los mejores destinos de la región deberán pensar en duplicar o hasta triplicar los gastos con relación a la misma época. Se trata de Río de Janeiro y sus playas que, más allá de los "adicionales" que un turista argentino debe afrontar si quiere pagar con tarjeta, los precios de una estadía en alguno de los balnearios de la "cidade maravilhosa" se han ido "por las nubes".

La inflación local, la devaluación del peso y los diferentes cepos impuestos a los gastos con dinero plástico, entre otras, son razones para comprender que en 12 meses Río dejó de ser un destino accesible para convertirse en uno lejano, aún a pesar de los aumentos salariales que se dieron en la Argentina entre julio del 2022 y julio de este año.

Así lo constató este periodista durante la semana anterior, cuando se trasladó por ocho días a uno de los destinos más elegidos por los argentinos por su clima, su cercanía y sus paradisíacas playas. De esta manera, recorriendo las principales zonas, sus bares, restaurantes y comercios se puede asegurar que, en tan sólo un año, pasó a encarecerse a casi el mismo nivel que algún destino de Chile o Uruguay, así como algún centro vacacional argentino.

Esto, a pesar de que los precios en el país vecino se incrementaron menos que un 8% entre una temporada y la otra, donde Brasil acumuló una inflación que no superó el 8%.

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El año pasado a esta misma fecha, el llamado dólar turista o dólar Qatar costaba alrededor de $236 mientras que el dólar blue rondaba los $276 por billete, contra los $551 y los $495 actuales, a la cotización del Banco Nación.

A esto hay que sumarle que si se exceden los u$s300 de gastos por tarjeta a los porcentajes de impuestos que se venían aplicando al denominado dólar tarjeta, se suma una percepción a cuenta de Bienes Personales del 25% sobre los gastos que superen el tope, lo cual sube la alícuota y pasará del 35% al 45%, en el marco de las acciones oficiales destinadas a garantizar el equilibrio y promover la solvencia del Estado como promotor de la actividad económica.

Entre julio del 2022 y este julio, la
Entre julio del 2022 y este julio, la

Entre julio del 2022 y este julio, la "cidade maravilhosa" se encareció el doble para los turistas argentinos

De este modo, aquellos argentinos que opten por esta manera de descansar y utilicen sus tarjetas de crédito o débito en el exterior, verán convertidos esos gastos en el próximo resumen bancario de la moneda de origen a dólares y luego a pesos argentinos, según la cotización del dólar turista del momento de pago.

Más allá de esta variante, no es recomendable viajar con pesos argentinos ya que, además de tener una insignificante cotización de $0,02 por unidad, no es recibido en ningún local. Lo ideal es cambiar moneda norteamericana por reales, con una cotización que ronda los 4,8 reales por dólar.

Sumar dos ceros

Pero también pagando en efectivo o con reales, vacacionar en una de las más famosas ciudades del mundo -imagen de paraíso tropical desde que los primeros europeos llegaron a sus costas hace más de cinco siglos y  sinónimo de sol, playas, carnaval y por supuesto fútbol-, ya no será tan accesible como el año pasado.

Para resumir, a todo precio que se pague en alguna de sus zonas como Barra da Tijuca, Ipanema, Copacabana o Leblón, por nombrar las más famosas, hay que sumar dos ceros. Por ejemplo, una caipirinha en cualquier bar de playa oscila entre los 15 reales y los 28 reales, según el tamaño, lo que para un argentino significa pagar entre $1.500 y $2.800 por vaso.

Una lata de cerveza también tiene precios variados que van desde los 10 reales a los 16 reales, de acuerdo a la marca y el tamaño. Es decir, entre los $1.000 y los $1.600 por lata o botella que solamente llegan a los 600 ml.

Comer también es excesivo. Los menúes en los bares de playa no bajan de los 30 reales sin bebida ni postre, pero hay platos que superan los 260 reales, recordando que siempre se deben sumar los dos ceros al final para hacer la conversión a pesos. Cabe recordar que cualquier vendedor ambulante que recorre las playas de Río ofrece pagar las compras con tarjetas y hasta con alguna de las app de pagos por el celular sin que esa operación implique algún recargo en la cuenta final.

Por ejemplo, una caipirinha en cualquier bar de playa, oscila entre los 15 reales y los 28 reales, según el tamaño, lo que para un argentino significa pagar entre $1.500 y $2.800 por vaso.
Por ejemplo, una caipirinha en cualquier bar de playa, oscila entre los 15 reales y los 28 reales, según el tamaño, lo que para un argentino significa pagar entre $1.500 y $2.800 por vaso.

Una caipirinha en cualquier bar de playa, oscila entre los 15 reales y los 28 reales, o sea entre $1.500 y $2.800 por vaso.

El año pasado, tomar una gaseosa rondaba los seis reales (u$s1.10 o $237), lo mismo que un agua con o sin gas, siempre en uno de los bares que recorren las "beiramar" de los balnearios, famosos por la calidez en la atención del personal y por la calidad de sus propuestas gastronómicas.

Lo mismo ocurría al ir al supermercado, que en julio del 2022 le podía ofrecer al turista precios mucho más económicos que los que se pagaban en las góndolas argentinas, en especial para productos necesarios a la hora de llenar una heladera si se optó por pasar las vacaciones en un departamento alquilado a través de alguna de las páginas que ofrecen este tipo de alojamientos. En ese caso, una gaseosa en lata costaba dos reales que se transformaban en siete reales para una botella de litro y medio.

En tanto, la lata de cerveza se pagaba entre cuatro y seis reales, según la marca. Y si la idea es llevar sanguches a la playa, 250 gramos de jamón se pagaban 13 reales y otro tanto de queso de máquina, 11 reales.

Un litro de leche rondaba los 8 reales; un paquete de azúcar los 6 reales; medio kilo de café, entre 18 reales y 21 reales; el pan de molde cuesta de 7 reales a 8 reales. Todos, valores que, repetimos, luego se transforman en dólares en el resumen de la tarjeta para terminar siendo abonados en pesos, según la cotización del dólar turista.

Ahora, realizar compras en un supermercado para poder abaratar los días no es tan accesible. Los valores de los productos se mantuvieron en su mayoría, pero al tipo de cambio argentino se encarecieron de más. Este año, un litro de leche cuesta el equivalente a $850, mientras que el fiambre ronda en los $600 los 100 gramos de jamón cocido, al igual que la misma cantidad de queso de máquina.

Una gaseosa cola de las de 2,25 litros puede llegar a costar alrededor de los $1.600, mientras que el vino y el champagne es "un lujo" que pocos se pueden dar si se tiene en cuenta que los primeros van de los $4.000 en adelante y el espumante más barato sale $12.000.

El año pasado, a la misma fecha, el precio de una lata de cerveza servida bien helada en sobre la costa del mar llegaba a los 8 reales que eran u$s1,46 pero que luego se debían convertir a pesos según la cotización del dólar turista, algo así como $345.

En el caso de los cazones, filet, camarones o rabas y el acompañamiento, el costo iba de los 90 reales a los 130 reales, según el menú que se elija. Es decir, eran entre u$s23,84 y u$s18 que se convertían al valor de ese momento del dólar turista. Las caipirinhas en la playa se pagaban como este año, 20 reales o u$s3,66 que en aquel momento eran $900, aunque había, como ahora, algunos bares que ofrecían dos por uno en este tipo de bebidas.

Aéreos y estadía

Quizá el aéreo y el alquiler pueden encontrarse con precios parecidos a los destinos turísticos locales, en especial los del sur y del norte del país, si se tiene en cuenta que un ticket de ida y vuelta por Flybondi a Río sale un poco más de $100.000 si se lo adquiere con tiempo.

En cuanto a las estadías, los hoteles frente a las playas son los más caros, con habitaciones que arrancan en los u$s110 diarios, contra los departamentos que se pueden obtener en las app especializadas como Airbnb.

En nuestro caso, una unidad de dos ambientes, muy bien equipada, en el piso 11 de un condominio 5 estrellas, también frente a la playa de Barra da Tijuca, costó u$s750 que fueron divididos entre los tres que lo habitamos durante ocho noches. El año pasado, una habitación en un hotel de lujo, convertido a dólar turista rondaba los u$s59 para la última cotización o que podía bajar a u$s50 si la comparación era con el dólar blue.

Día de playa

En todo caso, pasar el día en la playa, incluyendo bebidas, alguna comida, alquiler de reposeras o "cadeiras" y sombrilla, para una persona puede llegar a costar hasta 100 reales o $10.000, sin incluir el consumo de algún " queijo" cuyo valor es de 10 reales, o de un choclo o "milho", que ronda el mismo valor.

Pasar un día en la playa puede llegar a costar más de $10.000
Pasar un día en la playa puede llegar a costar más de $10.000

Pasar un día en la playa puede llegar a costar más de $10.000

El año pasado, comer en la playa, pasar el día podía llegar a costar alrededor de $4.000 para dos personas, consumiendo entre cuatro y seis latas de cerveza, comiendo productos de mar como camarones, rabas, cazón o filet, acompañados por papas fritas y arroz, y tomando dos caipirinhas, por ejemplo.

De shopping

Lo mismo ocurre con la ropa, el calzado o cualquier otro producto o mercadería que se quiera comprar recorriendo los enormes centros comerciales con los que cuenta Río de Janeiro a los que, si no se alquila un auto, hay que trasladarse en taxi o Uber por las largas distancias.

Es recomendable solicitar la app de viajes que los tradicionales autos amarillos, ya que las diferencias de precios suelen ser muy altas, a pesar de que también se trata de traslados que no bajan de los 40 reales o $4.000, según el destino. Para quienes quieren optar con rentar un auto, además del costo del servicio, se debe tener en cuenta que un litro de nafta en Río llega a superar los 5 reales, es decir los $500.

En el caso de los shoppings, si bien hay indumentaria a valores accesibles, la mayoría de las propuestas cuestan el doble que en Argentina, con la salvedad que en el caso de las zapatillas deportivas se pueden conseguir modelos que en nuestro país brillan por su ausencia.

También es posible adquirir modelos de grandes íconos de la moda internacional que ya dejaron la Argentina, como Armani, Zegna, Boss, entre otros, con valores exorbitantes para los sueldos argentinos. La tecnología y los accesorios de belleza o las joyas también son inalcanzables, con valores que no bajan de los 600 reales y llegan hasta los 4.000 o aún más.

El año pasado, una remera de primera marca de una de las casas italianas más reconocida se pagaba 600 reales que eran cerca de u$s109, que al precio del dólar turista superaba los $23.000 mientras que al valor del blue llegaba a los $27.000. Lo mismo ocurría con un par de zapatillas top, cuyos valores rondaban los 1.000 reales que hoy son $100.000.

Calor y arena

Con este tipo de valores, el "mimo" lo brinda la temperatura ya que a pesar de ser invierno, en estos días de julio, en la ciudad que hizo famosa a la "garota do Ipanema" los días son de 24 grados y otros de hasta 30 grados y el sol que amanece bien temprano, a las 6 de la mañana, aunque oscurece también temprano, a las 17 horas.

Sus playas no son atractivas sólo por su mar, ya que también se transforman en puntos de reunión donde se mezclan turistas o residentes para ejercitarse, disfrutar del sol o jugar alguno de los famosos deportes de playa como el futevoley, o vóley sin manos, "made in Río".

Su clima es ideal para los amantes del mar, del sol y de los deportes acuáticos, con temperaturas cálidas durante casi todo el año.

En este sentido, para ingresar al estadio donde hacen de local el Flamengo y el Fluminense, recorrer su museo repleto de historia y llegar hasta sus tribunas cuesta 60 reales o $6.000.
En este sentido, para ingresar al estadio donde hacen de local el Flamengo y el Fluminense, recorrer su museo repleto de historia y llegar hasta sus tribunas cuesta 60 reales o $6.000.

ingresar al Maracaná y recorrer su estadio y su museo cuesta 60 reales o $6.000.

Con casi siete millones de habitantes, es la segunda ciudad más poblada de Brasil, rodeada de paisajes naturales e íconos creados por el hombre como el Cristo del Corcovado o el mirador del Pan de Azúcar, al punto que ha sido declarada como Patrimonio Mundial por la UNESCO. O dar un paseo por el mítico Maracaná.

En este sentido, para ingresar al estadio donde hacen de local el Flamengo y el Fluminense, recorrer su museo repleto de historia y llegar hasta sus tribunas cuesta 60 reales o $6.000.

En el caso del Cristo, existen diferentes valores según se adquiera el ticket con anticipación, por internet o en el mismo predio, pero que no bajan de los 40 reales.

Tours "salados"

También seducen a los turistas con tours por toda la ciudad, visitando los lugares más tradicionales de Río como el estadio Maracaná, el barrio de Lapa, las escaleras de Salerón, el Corcovado, el Sambódromo, la Catedral,el Cristo y el Pan de Azúcar, entre otros destinos. En este caso, los precios no bajan de los 300 reales o $30.000 por persona, con tours de 8 horas y en los cuales muchas veces también hay pagar los ingresos como extra.

Se pueden además visitar a otros balnearios cercanos como Arraial do Cabo, Cabo Frío y hasta pasar un día en Buzios. En todos los casos, con micro que recoge a los turistas en la puerta del hotel e incluye almuerzo sin bebida, con precios que van de los 170 reales a los 200 reales por persona.