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Cómo será la recuperación de la economía Argentina: ¿se tocó fondo?

Argentina entró en recesión en el tercer trimestre del año pasado, y desde entonces, las medidas económicas implementadas tras el cambio de Gobierno han profundizado esta tendencia, como incluso advirtió  el propio presidente Javier Milei antes de asumir el cargo .

A pesar de que algunos indicadores muestran cierta desaceleración en la caída de la actividad económica, es importante analizar si es plausible esperar una recuperación en forma de "V" –una rápida y vigorosa recuperación, similar a la caída- en el corto plazo como algunos se animan a vaticinar.

El crecimiento o declive de la actividad económica se mide por la variación del Producto Bruto Interno (PIB), que representa el valor total de la producción de bienes y servicios de una economía. Se expresa de la siguiente manera: 

Producto Bruto Interno
Producto Bruto Interno

Producto Bruto Interno

Análisis

El consumo privado (C) es un componente crucial del PIB en la Argentina, representando más del 60% del total. El mismo depende principalmente del ingreso percibido menos el pago de impuestos y lo que se determina para el ahorro. Sin embargo los ingresos reales disponibles para los hogares han estado disminuyendo, como evidencian indicadores como el índice de salarios o la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), que muestra una caída del 19% desde noviembre de 2023 hasta febrero de este año.

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El reciente paquete de medidas fiscales presentado por el gobierno, que incluye la reintroducción del impuesto a las ganancias sobre los ingresos, probablemente reducirá aún más el dinero disponible para consumo. Además las declaraciones del Ministro de Economía Caputo indican una postura de contención en los aumentos salariales al no querer convalidar determinadas paritarias, lo que sugiere una ausencia de planes inmediatos para impulsar los ingresos.

En cuanto al gasto del Gobierno (G), es evidente que el objetivo principal del programa económico actual es reducirlo para lograr un equilibrio fiscal. Esto se ha reflejado en la drástica reducción de la inversión en la obra pública, la reducción de personal en diversas áreas y en la  movilización por la falta de fondos en las Universidades públicas que se realizará mañana.

La inversión (I) que típicamente depende de la tasa de interés, que al ser negativa podría impulsar la misma, pero también del nivel de actividad, que hoy se encuentra en caída, la utilización de la capacidad instalada, que en febrero 2024 registró casi 7,4 puntos porcentuales menos que el año previo y las expectativas sobre el futuro que están llenas de incertidumbre.

Qué pasa con el sector externo

En cuanto al sector externo, podemos esperar un buen desempeño de las exportaciones dado que este año no sufriremos los efectos de la sequía del 2023, aunque los precios han caído. Por otro lado,  las importaciones disminuirán en un contexto recesivo, y la finalización del gasoducto Néstor Kirchner reducirá la dependencia de importaciones energéticas.

En resumen, dadas las condiciones actuales con ingresos en declive, un gasto de gobierno que se busca reducir, una inversión que no posee las condiciones ideales para su expansión y un sector externo que sí podría ser positivo, pero sobre todo teniendo en cuenta la fuerte injerencia del consumo privado en la composición del PIB, no se ven las bases para una recuperación en V como algunos pronostican.

Argentina entró en recesión en el tercer trimestre del año pasado, y desde entonces, las medidas económicas implementadas tras el cambio de Gobierno han profundizado esta tendencia
Argentina entró en recesión en el tercer trimestre del año pasado, y desde entonces, las medidas económicas implementadas tras el cambio de Gobierno han profundizado esta tendencia

Argentina entró en recesión en el tercer trimestre del año pasado, y desde entonces, las medidas económicas implementadas tras el cambio de Gobierno han profundizado esta tendencia

Una economía como la Argentina necesita para crecer, y sobre todo para hacerlo fuertemente del consumo privado y eso sólo se logra con la recomposición de ingresos, algo que parece no estar en el centro de las políticas gubernamentales.

Si para volver a crecer necesitamos recomponer los ingresos debemos ver qué ha sucedido con los mismos en crisis similares. Una crisis en la que podemos ver una caída de los ingresos en términos reales similar es la del 2001, donde el piso se llegó recién en abril del 2003 y que para volver a los niveles previos tuvimos que esperar hasta el 2007.

Así, si bien los ingresos vienen cayendo desde el 2015, el desplome último comenzó en julio del 2023, lo que nos deja que la caída lleva menos de 1 año. A pesar que se logrará reducir el tiempo de duración y que a partir del segundo semestre comience una recomposición en términos reales, el tiempo necesario para lograr volver al nivel anterior, julio 2023, probablemente sea similar. Recordemos que el nivel de empleo privado, donde debería focalizarse la recuperación es bajo por lo que una oferta laboral amplia no favorece el incremento de los ingresos.

Si el programa del Gobierno tiene éxito la economía se recuperará, pero esa recuperación probablemente sea más parecida a la pipa de nike (suba pero menos pronunciada) que a una V.

Generar expectativas demasiado optimistas podría ser perjudicial si las mismas no se verifican.