A esta rescatista de animales el temporal le destruyó su refugio: cómo ayudarla

Aunque todos los perros se encuentran en buen estado, el refugio de la Asociación Protectora de Animales (APRANI) quedó destrozada por el temporal y necesita ayuda para su reconstrucción. La fuerza del viento derribó varios árboles, causando daños en paredes, alambrados, cuchas, portones y cables, dejando el lugar sin suministro eléctrico. A través de las redes sociales, Alicia Barreto, la fundadora del refugio, solicita donaciones de dinero, materiales de construcción y la colaboración de mano de obra calificada para retirar los árboles y restablecer el servicio eléctrico en el predio.

Una semana antes de la tormenta, iProfesional entrevistó a Barreto, revelando su conmovedora historia de dedicación y amor por los animales, pero ahora, en este momento crítico, no puede hacerlo sola; ella y los 200 animales que allí viven y necesitan el apoyo de todos. Conocela:

Una vida dedicada a los animales

Envenenaron a su perro Malí y murió en sus brazos. Ese día, Alicia Barreto, triste, se prometió a sí misma que dedicaría su vida a salvar todos los animales que pudiera y eso hizo. Primero estudió veterinaria y después fundó en 2006 APRANI, la Asociación Protectora de Animales en Moreno. Desde entonces lleva rescatados, rehabilitados y reubicados a miles de animales desde perros y gatos hasta cabras, chanchos, aves, conejos, tortugas y caballos.

"Los primeros perros que rescaté eran del barrio y los llevaba a mi casa, llegué a tener siete y si bien a mis padres le encantaban los animales y siempre tuvimos alguno y me permitieron tenerlos, pero siete fue un límite, ya no había lugar para que se quedaran. Así fue como empecé entonteces a rescatarlos, para cuidarlos y darlos en adopción", recuerda Barreto.

Graduada de veterinaria en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Barreto ingresó a trabajar en relación de dependencia en un laboratorio farmacéutico. Aunque sabía que era un pequeño desvío hacia su objetivo, tenía un plan: ganar dinero, ahorrar y adquirir experiencia en gestión para fundar, algún día, un refugio para animales abandonados. "Tener un refugio fue la meta de todo lo que hice, incluso la carrera universitaria porque no estudié para tener mi propio consultorio, sino para darle lo mejor posible a los animales que pudiera rescatar. Respecto al trabajo, puedo decir que me sirvió mucho porque tener un refugio es como tener una pequeña Pyme y hay que saber administrarlo", explica.

Ese momento llegó en 2006 cuando, tras  haber sido desvinculada del laboratorio, donde llegó a ser directora de relaciones comerciales, invirtió su indemnización en la compra de un terreno de 2 hectáreas en la localidad de Francisco Álvarez en Moreno y fundar APRANI. Para ese entonces, cuenta, ya se había casado y en su casa tenía 25 perros.

110 perros rescatados se quedaron sin sus cuchas por el temporal que azotó con el refugio para animales APRANI

En el predio que compró, describe, hay alrededor de 35 parques y 30 caniles grandes con una casa, tipo casco de estancia. Allí, los perros y gatos reciben atención veterinaria, alimentación y cuidados básicos. También los hacen participar de actividades de socialización y entrenamiento, para facilitar su adopción.

Barreto se especializó en fisioterapia para terapias de rehabilitación y aliviar el dolor de los animales con displasias, enfermedades degenerativas, epilepsia, artrosis y artritis, solo por nombrar algunas de las patologías que puede tratar. Pero también los ayuda con terapias alternativas como acupuntura, homeopatía, antroposofía e inmunoterapia.

APRANI hoy no tiene capacidad para recibir más animales. Allí hoy viven más de 200 animales rescatados de la calle, con denuncia policial y abandonados por sus familias. "De tanto en tanto, alguno ingresa, pero siempre oriento a quien acude al refugio para que sepa qué hacer o dónde ir con el animal. Incluso en varias ocasiones hemos pagado los gastos veterinarios y colaborado en  la difusión del caso para encontrarle un hogar definitivo", cuenta Barreto, quien en su casa además tiene 10 perros, 40 gatos, 5 conejos, 3 tortugas y 20 gallinas; todos rescatados, dice orgullosa.

Los primeros años, en APRANI funcionó un geriátrico de perros y gatos como negocio para solventar el refugio, pero no funcionó porque, dice Barreto, la gente se olvida de sus mascotas longevas y a los 3 años dejan de pagar la cuota. "Entonces hice los trámites y me convertí directamente en una ONG, y mis tres hijas trabajan fuerte en lo que es la comunicación del refugio para contar en las redes sociales qué vamos haciendo", explica.

Actualmente, la fundación se mantiene fundamentalmente gracias al aporte de diferentes donantes, personas que apadrinan perros y quienes adoptan animales. Pero también, cuenta, oficiando de banco de sangre para cuatro clínicas veterinarias a cambio de sus servicios. "Es un intercambio virtuoso porque algunos perros están en condiciones de ser donantes de sangre y salvar la vida de otros. Como contrapartida, ellos me atienden a los animales cuando me aparece alguno con algún problema de salud. También me hacen descuentos para cirugías."

Desde APRANI en todo momento tratamos de concientizar sobre la importancia del control poblacional bajo el paraguas de dos pilares, uno que tiene que ver con educar para que no haya tantos animales tristes, abandonados y enfermos en la calle y el otro más pragmático que tiene que ver con la esterilización quirúrgica.

A los 12 años prometió que dedicaría su vida a los animales y hoy tiene a su cargo más de 200

La importancia de la educación

APRANI también trabaja en la educación y concientización sobre la importancia del cuidado animal. La organización organiza charlas y talleres en escuelas, centros comunitarios y otros espacios públicos. "Niños, pero también adultos, porque necesitamos que se entienda bien que tanto los perros como los gatos son seres sintientes y como tal deben ser considerados y valorados. En estas charlas nos dimos cuenta de que hay mucho desconocimiento acerca de los cuidados básicos de los animales, desde qué darles de comer hasta que se los tiene que vacunar una vez al año", explica.

En el conurbano bonaerense, cuenta Barreto, está de moda tener como mascota perros potencialmente agresivos como Pitbull. "Mi análisis sociológico del tema es que cuando una familia vive carencias y tiene un perro que genera miedo y respeto, sienten que, de alguna manera, al salir a pasear con ese perro las eleva. Pitbull es la raza más común en el conurbano profundo; todas las casas tienen uno y salen a la calle y, por estar mal educados o entrenados para pelear, terminan haciendo desastres. Como cualquier perro, el Pitbull bien educado es un perro perfecto", opina Barreto.

Por día, dice la rescatista, recibe al menos 50 correos de personas que quieren desprenderse de su Pitbull porque mordió a alguien o porque se pelea con otros animales. Ella hoy ya no tiene capacidad para recibir más perros, pero de los 110 perros que viven en el refugio, unos 40 son Pitbull que llegaron con problemas de conducta.

Una de las especialidades que Barreto adquirió como médica veterinaria es la etología, es decir, el estudio del comportamiento de los animales. Por lo tanto, con terapias conductivas y farmacología trata a los perros agresivos. "Así uno redirige al perro al lugar que socialmente tiene que ocupar en la escala jerárquica, pero con los humanos. Lamentablemente, la convivencia de estos perros con el resto es imposible, muy rara vez se logra. Donde sí podemos encontrar mejoras es en la relación con los seres humanos", explica.

Algunos de los perros agresivos se quedan viviendo en el predio de la ONG y otros van a Cuartel 5, otro espacio que Barreto dispuso para poder trabajar exclusivamente con estos perros. "Aquí los perros están en caniles y Luis, la persona que trabaja con nosotros, se encarga de hacerles a diario la terapia conductual para que estén en condiciones de ser adoptados por familias donde no haya otras mascotas y, por las dudas, niños pequeños".

Por ello, explica, es clave la reconstrucción del refugio, "tenemos muchos perros que son potencialmente agresivos y deben estar entonces separados del resto".

Alias para donaciones: apraniprotectora