Risto Mejide a veces peca de duro en ‘Got Talent’, pero anoche tenía más razón que un santo

La pandemia del coronavirus paralizó el mundo tal y como lo conocíamos, y nos llevó a eso que se bautizó como nueva normalidad, algo a lo que todavía nos estamos acostumbrando. Este martes, Got Talent, el programa de talentos que presenta Santi Millán en Telecinco, nos contó una hermosa historia de superación de un concursante, que sufrió el dichoso virus en sus carnes. Y aunque su relato y su actuación fueron emotivas, para Risto Mejide fue insuficiente, y eso provocó una discusión con Edurne. Aunque el publicista suele ser duro en sus valoraciones, a veces de forma gratuita, debo reconocer que, por esta vez, me posiciono a su lado, pues entiendo que él quiere lo mejor para el programa (y también para los espectadores).

Todo comenzó con la llegada al escenario de Jesús Cortés, un hombre de 39 años, que, como tantos otros, iba a cantar. Él deseaba transmitir “lo que llevo dentro”, según sus palabras. Confiaba en su potencial, aunque no por ello iba a dejar los nervios a un lado. Y entonces contó su experiencia al jurado, al público en el plató y también a los que estábamos al otro lado del televisor. “Quiero demostrar que aún habiendo pasado el covid, estando muy, muy malito, puedo seguir cantando”, aseguraba.

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Así, siguió explicando cómo tras unos días con problemas para respirar fue al hospital, y se quedó encamado: lo tenían que intubar. Estuvo a punto de perder la vida “dos o tres veces”, y a su familia le dijeron que era un milagro que pudiera salir adelante. Pero lo logró, con una recuperación lenta, en la que soñaba con volver a cantar algún día.

En los dos minutos de su actuación, en la que cantó el tema ‘Eso’, dejó a todos cautivados. Bueno, a unos más que otros. Edurne tenía claro que debía seguir en el programa, y se interesó por su salud, preguntando si su voz era la de antes o le había cambiado. Era lo segundo: se le quedó una cuerda paralizada y un nervio dañado, pero él trabaja para seguir dando el do de pecho.

Y entonces llegó Risto, como nota discordante. Según su explicación, prefería que su plaza en la siguiente fase se la llevase otra persona, por un argumento de lo más simple. “No quiero una semifinal llena de cantantes porque para eso hay otros programas de música. Esto es Got Talent y aquí tiene que haber de todo”, razonaba.

Para Edurne, las palabras del publicista, que recordemos también hizo en su día una breve carrera como cantante, no cayeron en buen fondo. La representante de España en Eurovisión consideraba quelos cantantes “también” tienen que estar en el programa. Pero Risto siguió en sus trece: creía que el espectáculo de Jesús Cortés era bueno, “pero no extraordinaria”, y no daba un valor añadido a las condiciones previas del participante. Él buscaba la excelencia, y por eso, le dio un no.

Estoy de acuerdo con Risto en casi todo lo que dijo, sin despreciar el trabajo del artista que pisó el escenario. Y es que Got Talent debe apostar por una amplia diversidad en sus semifinales, aportando un contenido variado. Los jueces no pueden dejarse llevar por sus pasiones personales, en este caso, Edurne y la música, para hacer sus valoraciones. Del mismo modo que no pueden guiarse por sus filias y sus fobias a la hora de decir que no. Me viene a la cabeza todos esos números de faquires y similares que han recibido un no por argumentos como “es que a mí eso no me gusta y no he podido mirar mientras lo estabas haciendo”.

Al ser el verso libre del jurado, Risto Mejide quiso remar a favor de obra para que el programa fuese más variado en sus propuestas. Edurne puede estar tranquila, porque por supuesto que también habrá cantantes en las semifinales. Y en la final. Vaya, de cajón. Pero tiene que entender la posición de su compañero, porque dio argumentos muy fáciles de entender para cualquiera.

Por fortuna para Jesús, Dani Martínez y Paula Echevarría estaban de su lado. El humorista le dijo que había sido “fino como el coral” y la actriz apreció cómo a pesar de sus dificultades no había desafinado. Se llevó tres síes, y pasó a la siguiente fase. Igual, en su siguiente propuesta, consigue el publicista sí consiga ver un número extraordinario.

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