Roma, donde conducen todos los caminos del viaje: cómo llegar y qué no te podés perder de esta ciudad

Más que visitantes, la capital italiana tiene fans, que siempre quieren volver a sus calles a recorrer sus atractivos, su larguísima historia y su gastronomía envidiable. Desde el Coliseo a las caminatas por el Trastevere, Roma es una ciudad que hace que los días queden muy, pero muy cortos. Vamos a recorrerla en esta nota con los lugares básicos que tienen que conocer sí o sí.

Cómo llegar a Roma y medios de transporte

Si parten desde Buenos Aires, Roma tiene conexiones directas todos los días por  Aerolíneas Argentinas e ITA -la empresa que reemplazó a Alitalia. Los vuelos directos se venden desde $350.000 ida y vuelta. También tienen otras aerolíneas que hacen ese recorrido con escalas, como los casos de Lufthansa y LATAM, entre otras. Esta conectividad convierte a Roma en unos de los destinos más sencillos de visitar en Europa.

En el caso de los vuelos desde esta parte del mundo, aterrizan en el aeropuerto de Fiumicino Leonardo de Vinci, el principal de la ciudad. El aeropuerto de Fiumicino está a algo más de 25 kilómetros de la ciudad. Está conectado por varios medios de transporte. Tienen un tren directo que los llevará al centro de la ciudad, y que sale aproximadamente cada media hora hacia la principal estación de trenes de Roma, que es Termini. El viaje toma 32 minutos y cuesta 14 euros por tramo. Hay otro servicio de tren que sale desde la estación Roma Tiburtina, y que es un poco más barato: 9 euros. Pero en este caso se detiene en varias estaciones y tarda un poco más. A la llegada, los tickets para el tren se pueden comprar directamente en el aeropuerto. En cuanto a los taxis, tienen una tarifa fija de alrededor de 50 euros para llevarlos hacia el centro de la ciudad.

La visita a El Vaticano es otro de los recorridos obligados en Romay el ingreso a la Basílica de San Pedro es gratuito

Si llegan en tren desde otra ciudad italiana, lo más probable es que su punto de llegada sea Termini. Desde allí hay muchas líneas de buses. Tengan en cuenta que el metro de Roma no es muy amplio; tiene sólo tres líneas, debido a que es difícil excavar en la ciudad por la gran cantidad de restos arqueológicos.

Van a poder llegar a lugares como el Coliseo en el Metro, pero en otros casos van a tener que combinar con buses o caminar. El metro está abierto hasta las 23:30 en días de semana, y hasta la 1:30 los fines de semana. Si tienen que visitar zonas cercanas a la ciudad, hay varias líneas de trenes suburbanos.

Para viajar hay un sistema unificado de boletos, que pueden adquirir en las boleterías del metro o en kioskos de revista. Muy importante: no se puede comprar tickets en el bus, ya tienen que abordarlo con el pasaje comprado. Cada viaje sale 1,5 euros, pero hay alternativas más convenientes. El boleto que sirve para todo el día cuesta 7 euros y se puede usar en todos los transportes. Hay opciones para 3 días, por 18 euros, y de 7 días, por 24 euros.

Qué recorrer en Roma

Van a poder llegar a lugares como el Coliseo en el Metro

La primera actividad es uno de los clásicos: el Coliseo Romano. Tengan en cuenta que siempre hay mucha gente, y que van a tener que hacer filas bastante largas en particular en la temporada alta de julio y agosto. La entrada cuesta 17 euros, y el Coliseo está abierto todas los días desde las 8:30. Si pueden vayan temprano para tener más tiempo de recorrerlo. La entrada sirve también para entrar al Foro Romano y el Palatino, dos zonas arqueológicas donde van a encontrar vestigios de construcciones de la Roma Imperial. A esta zona se llega muy fácil en la línea B de Metro, estación Colosseo.

La visita a El Vaticano es desde ya otro de los recorridos obligados en Roma, más cuando tenemos un Papa argentino. Aquí tienen que llegar en bus. Entre otros, las líneas 40, 62 y 64. Éste último es el que pasa por Termini, la principal estación de tren. Pueden llegar hasta la zona en la línea A del metro, pero desde allí tienen algo más de 10 minutos a pie.

A la plaza San Pedro van a ingresar luego de pasar por la zona de seguridad, que es similar a la que tienen que pasar por ejemplo en un aeropuerto. El ingreso a la Basílica de San Pedro es gratuito, pero tengan en cuenta que pueden tener que hacer filas extensas a la entrada. Si quieren ingresar a los Museos del Vaticano, donde se encuentra la capilla Sixtina, hay que pagar 17 euros, más 4 euros si quieren evitar las filas.

La primera actividad en Roma es uno de los clásicos: el Coliseo Romano

Los museos son realmente muy interesantes, y hay salas espectaculares, como la dedicada a los mapas. Pero mucha gente sigue de frente hacia la Capilla Sixtina, la espectacular obra de Miguel Angel. En su interior está prohibido tomar fotos, y hay mucha seguridad para hacer cumplir esa directiva. Están avisados.

La Fontana de Trevi es otro de los clásicos romanos. Es una bellísima fuente de agua donde la tradición es arrojar una moneda por encima de los hombros, de espalda a la fuente, ya que la leyenda dice que eso garantiza volver a Roma. La cantidad de turistas aquí es realmente impresionante, y van a tener que ser pacientes hasta tener su momento para tomarse una foto.

El Panteón es otro de los lugares que hay que visitar. Es uno de los pocos edificios romanos que sobreviven en la ciudad con su estructura casi intacta. El mayor atractivo es su impresionante cúpula, una verdadera hazaña arquitectónica para su época, ya que fue construido hacia el año 123 después de Cristo.

Uno de los barrios más visitados de la ciudad es el Trastevere, que se encuentra cruzando el río Tíber. Es una de las partes más tradicionales y características de Roma. pero ya desde hace tiempo que la demanda turística en la zona ha llevado a Trastevere a convertirse en polo gastronómico y de oferta de alojamientos para visitantes. El barrio no es demasiado grande y se puede recorrer sin problemas en un rato. Desde Piazza Venezia, una de las principales zonas de la ciudad, los deja el tranvía 8.

Y por cierto, como cierre: tomen café en los bares romanos. Los locales hacen un culto de esta bebida, servida como espresso o ristretto. Van a poder tomar muy buen café por todos lados, desde elegantes bares hasta las estaciones de tren, por un valor que va del euro a los dos euros. Podrá parecer una taza muy pequeña de café, pero está tan concentrado que será suficiente para despertarlos y darles energía por varias horas.