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Cómo saber si trabajas para un superjefe

El gran músico de jazz Miles Davis era un superjefe. También lo fueron Bill Walsh, entrenador del equipo de fútbol americano San Francisco 49ers, el fundador de Oracle Larry Ellison y el famoso diseñador Ralph Lauren.

Al menos esta es la opinión vertida por el profesor Sydney Finkelstein de la Escuela de Negocios Tuck, en Estados Unidos, en su nuevo libro titulado “Superbosses: How Exceptional Leaders Master the Flow of Talent”. Tales líderes no solo son exitosos, sino que también difunden y comparten sus innovaciones, además de reclutar a discípulos que conforman una gran “red de talentos” en sus respectivos campos.

“Los superjefes son personas que ayudan a otra gente a mejorar, a lograr aquello que creían imposible”, explica Finkelstein en el vídeo de arriba. “Saben muy bien cómo motivar a la gente. Saben cómo alentar e incentivar”.

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No existe una receta para convertirse en un superjefe, pero sí que se pueden notar algunas características. Son estas:

- No suelen seguir el manual estratégico de la empresa.

- Tienen una gran capacidad de conectar con la gente.

- Son intensamente apasionados.

- Buscan trabajadores con talento en espacios no convencionales.

- Se sienten a gusto confiando a sus empleados –incluso a los más inexpertos− grandes responsabilidades.

- Enseñan con entusiasmo, más por instinto que por obligación.

- Se fijan metas ambiciosas para ellos y para sus trabajadores, y saben lograr que la gente exprima al máximo sus capacidades.

- Suelen animar a sus trabajadores estrella a buscar mejores oportunidades, porque confían en poder formar nuevos talentos. Además, al enviar a sus discípulos a trabajar por el mundo, logran ampliar sus propias redes de contactos.

Según Finkelstein, Lorne Michaels −el legendario productor del programa “Saturday Night Live"− pasa la prueba como superjefe. Varias personas del elenco de SNL −tanto el de años anteriores como el actual− describen un intenso ambiente de trabajo, con mucha competencia, pero también colaboración entre las personas para lograr que todo el mundo saque lo mejor de sí y obtener así los mejores resultados. Todas las semanas Michaels deja claro que el espectáculo es la máxima prioridad, no él ni otras estrellas. Si bien es cierto que el programa ha tenido sus altibajos, su notable longevidad –lleva en el aire 41 años− da buena cuenta del éxito de Michaels. Además, de SNL han salido una gran cantidad de talentos, desde John Belushi hasta Tina Feyun, algo sin precedentes en ningún otro programa.

Todos sabemos lo que hacen los jefes nefastos en contraste con los superjefes: van a lo seguro, se promocionan a sí mismos a costa de sus empleados, van ocupando posiciones políticas e incluso sacan rédito del trabajo de las demás personas. Si estás soportando a un jefe nefasto, puede que no haya mucho por hacer excepto dejar el trabajo. Y es que la resistencia al cambio suele ser una de las características de las personas cortas de miras.

Sin embargo, los líderes lúcidos aspiran a ser cada vez mejores. Finkelstein ofrece en su página web Superbosses.com un cuestionario con 12 preguntas que todo el mundo puede hacer para saber en qué punto de la escala se encuentra. “Cualquier persona que quiera llegar convertirse en un superjefe puede hacerlo, sin duda”, afirma Finkelstein. “Esta revelación no es únicamente para directores generales y presidentes, sirve para todo el mundo”. Estos son algunos de sus consejos: buscar más allá de las fuentes de reclutamiento habituales para encontrar grandes empleados, darles espacio para que exploten su creatividad y dejar que sean ellos el centro de atención. Y recuerda: cuando los empleados brillan, también brilla el jefe.

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Rick Newman