La República Argentina de Fútbol y el ejemplo de "La Scaloneta" para la política que nuevamente falló

Lo qué hay que rescatar es que más allá de algunos incidentes hubo una gran espontaneidad con la que la gente que se volcó a las calles en el AMBA para festejar la consagración de la selección argentina como campeón del mundo y realizar lo que muchos medios llaman "la fiesta más grande de la historia" en nuesto país.

Esto deja en evidencia una gran diferencia con respecto a las grandes movilizaciones políticas que se realizaron en nuestro país.

El disparador fue solo y nada más que el futbol. El homenaje al cuerpo técnico encabezado por Lionel Scaloni y a los jugadores liderados por Lionel Messi que ganaron la tercera copa del mundo para Argentina en el Mundial de Qatar 2022 con un fuerte apoyo de un organismo como la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y de empresas públicas como YPF y Aerolíneas Argentinas al que también se sumaron empresas del sector privado.

Esta vez los puentes de acceso a la Capital Federal no fueron copados por distintos movimientos sociales para protestar y acampar en la 9 de Julio, sino que hubo más de 5 millones de personas que se movilizaron en forma pacífica sin ningún tipo de apoyo político con mucho desorden y desorganización para homenajear a los campeones del último mundial de fútbol celebrado en Qatar.

Para entender el número sólo basta decir que el último ganador de las elecciones en la provincia de Buenos Aires sacó 4 millones de votos o que en la Capital viven 3,5 millones de personas.

La gran rivalidad política no existió se juntaron habitantes de la provincia y de la ciudad sin ningún tipo de problemas. No hubo ismo demagógico convocante. Ni kirchnerismo ni macrismo, ni peronismo ni radicalismo. Los militantes de la derecha, del centro y de la izquierda convivieron pacíficamente. La maldita grieta se cerró por unas horas por nada más y nada menos que por el fútbol.

La movilización de cinco millones de personas se transformó en la más grande de la historia argentina

Argentina, el fútbol, la economía y la política

Argentina es un país que como dice el gran relator Rodolfo Di Paoli "vive el fútbol, siente fútbol, sueña fútbol y transpira fútbol".

El ejercicio es tratar de extrapolar lo que logró el fútbol a nivel internacional en la Argentina con la política y la economía.

El trabajo, el mérito, la convicción, la identificación con un proyecto, la conducción unificada, el convencimiento de un esquema o de un modelo futbolístico para aplicar, el grupo humano conformado por más de 100 personas del sector privado junto al acompañamiento de empresas públicas y privadas se unieron para lograr algo de que todo el mundo habla.

En este aspecto hay que señalar que siempre que traccionen juntos el sector público y el sector privado el objetivo de una mayor eficiencia y eficacia es probable que se logre.

Por lo tanto, tratemos de imaginar en este ensayo un país que lo único que produce son jugadores de fútbol que luego vende en el mercado local y también y que exporta al mercado externo y que de lo único que vive es del fútbol.

El país en cuestión lo podríamos llamar República Argentina del Fútbol con un sector público con solo dos ministerios: el de producción y el de exportación.

El operativo policial fracasó y hubo algunos incidentes por el centro porteño

Los movimientos políticos y el fútbol

Los movimientos políticos podrían ser encabezados por los técnicos que ganaron los tres mundiales de fútbol. La Scaloneta de Lionel Scaloni, el Bilardismo de Carlos Bilardo y el Menottismo de Cesar Luis Menotti.

Los tres lograron su objetivo: salir campeones del mundo en 2022, 1986 y 1978. Los signos monetarios serían el Messi, el Maradona y el Kempes o el Lío, el Diego y el Marito en referencia a Lionel Messi, Diego Maradona y Mario Kempes los ídolos futbolísticos indiscutidos de esos equipos.

Alguien podría pensar que con esos movimientos políticos del fútbol como la "Scaloneta", el "Bilardismo" y el "Menottismo" y con esos signos monetarios como "el Lio", "El Diego" o "el Mario" la República Argentina del Fútbol hubiese gastado más de la cuenta para generar un gran déficit fiscal que luego habría que financiar con más deuda o con una mega emisión de Líos, Diegos o Marios como ocurre en la actualidad con la mega emisión de pesos y mayor endeudamiento en pesos y en dólares para financiar el déficit fiscal.

Alguien podría pensar que los referentes que manejarían la República Argentina del Fútbol se endeudarían en dólares en el mercado de capitales internacional o con FMI frente a monedas fuertes como el Messi, el Maradona o el Kempes.

Alguien pensaría en imponer algún tipo de restricción como un cepo cambiario para que la gente no compre dólares estadounidenses porque vende los Messi, los Maradona o los Kempes como ocurre hoy con los agentes económicos que se desprende de los pesos que pierden valor por la alta inflación para comprar dólares o bienes y activos dolarizados.

Algún funcionario se atrevería a poner una retención a las exportaciones de jugadores de fútbol para que el estado aumente su recaudación de impuestos y para que no se vendan tantos jugadores al exterior como ocurre hoy con las retenciones a las exportaciones que se aplican a las exportaciones del sector agroindustrial.

Los jugadores decidieron no concurrir a la Casa Rosada

Alguien se atrevería a fijar precios máximos para los jugadores en el mercado local.

Alguien dudaría del éxito y de la permanencia de ese país ganador. Alguien cree la gente preferiría un dólar estadounidense frente a un Messi, un Diego o un Kempes Argentino.

Alguien cree que harían falta tantos planes sociales para gente que no tiene trabajo y que en algunos casos son indigentes que no tienen para comer si en vez de dólares o pesos circularán los Messi, los Diegos o los Kempes los dioses de mayor valor que el fútbol le dio a la Argentina.

El fracaso en la planificación del operativo

Por último, la planificación del operativo para que la selección nacional argentina viaje desde el predio de la AFA en Ezeiza transitando por la Autopista Richieri para bajar en la avenida 9 de Julio para llegar al icónico Obelisco y luego regresar a Ezeiza incluyó a las cinco fuerzas de seguridad que operan en el AMBA.

El operativo fue coordinado por el ministro de Seguridad de la Nación Aníbal Fernández, el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires Sergio Berni y el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires Marcelo D’Alesandro. Sin embargo, el micro no pudo llegar al Obelisco y ni siquiera pudo entrar a la Ciudad de Buenos Aires.

El equipo técnico y los jugadores tuvieron que volver en helicóptero a Ezeiza porque las condiciones de seguridad no garantizaban un final feliz de ese viaje al Obelisco.

La selección se pudo coronar por tercera vez campeona en un Mundial de Fútbol

Poco importa saber porque no pudo llegar el micro y el porqué de las internas políticas que se desataron en medio del viaje.

Lo cierto es que todo el operativo montado no sirvió y el objetivo que era llegar al Obelisco no se cumplió. Una vez más la política y los intereses cruzados se interpusieron para no poder tener un final feliz con los jugadores dando la vuelta en la plaza del Obelisco para luego volver a Ezeiza.

La desorganización argentina volvió a salir a flote con un innecesario feriado nacional que contribuyó para que más de 5 millones de argentinos se volcaran a las autopistas, avenidas y calles para saludar al micro de la selección nacional.

El desorden y la desorganización del gobierno quedó en evidencia nuevamente y se contrapone con el orden y la organización que mostró el equipo argentino en Qatar fuera y dentro de la cancha.

La vuelta olímpica en el aire en helicóptero es tal vez la figura que muestra el fracaso del operativo. No fue una idea genial de un funcionario iluminado sino la consecuencia de un micro que casi no podía avanzar y las condiciones de seguridad de quienes viajaban allí no eran las mejores.

Lo importante para destacar es que mientras la selección nacional estuvo en Qatar hasta el 18 de julio todo funcionó a la perfección y se pudo coronar por tercera vez campeona en un Mundial de Fútbol.

El problema es que lo único que debía hacer la política que consistía en dar seguridad para recorrer un trayecto de unos 15 kilómetros entre Ezeiza y el Obelisco no lo pudo hacer y el micro fue reemplazado por dos helicópteros.

Lo cierto es que el triunfo de Argentina frente a Francia marca la tercera copa del mundo que ganó nuestro país que quedó cuarto en el ranking de las selecciones con más títulos. Por delante están Brasil con 5 títulos, Alemania e Italia con 4 y Francia con 2.

La Argentina fue tres veces campeona del Mundo. En 1978 jugando de local con un gobierno militar que organizó una Copa del Mundo muy cuestionada por su costo de más de 1.000 millones de dólares y por las violaciones a los derechos humanos y en 1986 en México durante el gobierno de Raúl Alfonsín en pleno apogeo del Plan Austral.

Fueron dos años en los que la economía tuvo buen desempeño y por último en Qatar 2022 en un año en que la inflación proyectada supera el 95 % para fin de año, el dólar paralelo y los dólares financieros alternativos valen en promedio 330 y 328 pesos respectivamente frente a un dólar oficial de 170 pesos.

Los vaivenes de la política y la economía se manifiestan a través de fuertes devaluaciones del peso frente al dólar y de aumentos de la inflación. En cambio, triunfos como el de la selección en Qatar solo producen un fuerte aumento en la cotización del equipo de los jugadores y del cuerpo técnico algo que la política no toma en cuenta cuántos se toman decisiones que por lo general van en contra de la gente.