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El mapa rojo del dólar: sector por sector, cuáles son las actividades más complicadas

NOTA SOBRE LA SITUACION DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ
 EN LA PLANTA DE AUTOS  PROCESO DE PRODUCCION. SECTORES DE CHAPA Y MONTAJE. 
MAXIMILIANO AMENA
La escasez de dólares y las consecuentes restricciones para importar impactan en diferentes ramas de la industria y también en otras actividades - Créditos: @Maximiliano Amena

Las trabas a las importaciones siguen. Y, en consecuencia, la mayoría de los rubros económicos no logra regularizar su actividad. Las perspectivas que hay en las cámaras empresarias no son buenas; hay un convencimiento de que las restricciones de divisas continuarán y de que, por lo tanto, seguirán los problemas para ingresar al país insumos o productos y para pagarlos. Además de faltantes, hay un aumento de costos, porque los importadores usan dólares blue o MEP para comprar, a falta de los oficiales. Eso provoca que se encarezcan las transacciones.

Según números a los que accedió LA NACION, provenientes de fuentes sectoriales, en 2022 hubo importaciones para consumo por US$76.900 millones, lo que marca un récord (el anterior, de US$74.400 millones, fue en 2013). La mitad del monto corresponde a unas 60 empresas (incluidas las estatales, que importaron energía por unos US$12.000 millones). Así, los restantes 20.000 importadores que están inscriptos como tales hicieron operaciones por alrededor de US$38.500 millones. Eso demuestra que son las pymes las más perjudicadas por las restricciones.

Hace 70 días y tras el reclamo de los empresarios, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció algunas medidas. Fue durante la Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA). Sin embargo, hasta ahora no se cumplieron. Por ejemplo, Massa dijo que Diego Coatz, director ejecutivo de la entidad fabril, asistiría a la mesa integrada por el Banco Central, la Aduana y la Secretaría de Comercio, que otorga las autorizaciones en el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Pero Coatz no fue convocado.

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Tampoco se avanzó en la promesa de que el Banco Nación habilitaría un sistema de financiamiento para las empresas que no tienen acceso al mercado internacional. “Estamos esperando”, afirmó a LA NACION Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA. El dirigente planteó que, más allá de la llamada “agenda permanente” para el desarrollo con “estabilidad macroeconómica y previsibilidad institucional”, el sector productivo enfrenta “dos grandes desafíos urgentes”. Uno es que los permisos otorgados por el sistema SIRA permitan un “acceso fluido a los insumos que la industria necesita para continuar produciendo y abasteciendo tanto al mercado interno como a las exportaciones”. Y el otro es que sean atendidas las economías regionales.

El reclamo referido al SIRA también busca “que se garantice el acceso a las divisas” destinadas a los pagos. Funes de Rioja advierte que será “clave todo lo que se pueda lograr en articulación con el Banco Nación y el Banco de Brasil”, además de la puesta en funcionamiento de “mecanismos innovadores” para el financiamiento de las actividades productivas.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que los permisos SIRA no tienen previsibilidad. La regla es la falta de reglas, consigan. En medio de la incertidumbre, varios empresarios sostienen que el anterior Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), que también fue muy criticado, era mejor.

Según advirtió Fernando Furci, gerente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), “hay mucha incertidumbre y stocks quebrados; se están consumiendo los stocks de seguridad y las expectativas respecto del abastecimiento y del comercio internacional en general son muy malas”.

Desde la Secretaría de Comercio Interior indicaron que hay una “relación fluida” con la UIA y un trabajo con su departamento de Comercio Exterior. “Dos personas articulan con los equipos de la Secretaría las diferentes situaciones”, señalaron.

Respecto de los reclamos de los sectores, dijeron, ante la consulta de LA NACION, no poder responder a partir de “apreciaciones genéricas”. Y agregaron: “Acostumbramos a manejarnos con datos más precisos en relación a las empresas y a su programación de importaciones y, si bien puede haber algunas situaciones puntuales, nuestra percepción general es que el SIRA ha ordenado y mejorado el funcionamiento del comercio exterior”.

Productos médicos y ortopédicos

Desde la Cámara Argentina de Distribuidores, importadores y fabricantes de Productos Médicos y Ortopedias (Cadipo) dicen que existen problemas y que no se saben los tiempos con los que se manejan las autorizaciones. Y advierten que eso se traduce en faltantes.

Por ejemplo, una silla de ruedas demora hasta 120 días en llegar; hay esperas para bombas para alimentos y medicamentos y para cristales para lentes. “No hay una lógica de aprobación”, señalan desde la cámara.

Industria alimenticia

Funes de Rioja, que preside la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), sostiene que hay momentos de “crisis más aguda” con los bienes importados y otros momentos en que los problemas son menores. Advierte que enero es siempre un mes “atípico” con vacaciones programadas, por lo que los problemas se notaron más es aspectos como repuestos porque se hacen mantenimientos.

La industria de alimentos y bebidas se abastece en el exterior de insumos para la producción básica y también, por ejemplo, para envases que usan materia prima importada. No contar con esos insumos traba la cadena, y productos terminados como latas, por caso, no ingresan hace cuatro meses con regularidad.

Sector automotor

Las terminales automotrices y las empresas autopartistas están trabajando, pero con “poco margen”. Según señalan fuentes del sector, la actividad depende de “poder ir superando” los problemas. Las fábricas señalan que no hay demoras en la entrega de insumos y que, por el tema de los plazos de pago, están trabajando a través de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) con el objetivo de ajustar las SIRA con términos por fuera de lo acordado. Para las autopartistas, ese punto genera más problemas que las SIRA. El presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), Norberto Taranto, insiste: “Ahora están más regularizadas, con plazos de 90 y menos días, pero los proveedores ponen períodos para la financiación más cortos y, con la escasez de materia prima en origen hay quienes piden pago anticipado”.

Agroquímicos y fertilizantes

Por la sequía que afectó al agro hay stock de fertilizantes y también de agroquímicos, pero desde el sector indican que desde enero no se aprueban SIRA y hay preocupación. En el caso de los agroquímicos, se importa la droga base. La proximidad de la siembra de trigo –será en marzo– hace que las empresas reclamen autorizaciones para contar con los insumos. “Debe haber una solución a corto plazo, porque ya queda muy poco stock”, dicen.

Electrónica

Los componentes de productos electrónicos están en un momento “crítico” en cuanto a las autorizaciones para importar. Hay pocos fabricantes en el mundo –están en Estados Unidos, Japón, Corea y China– y “no dan crédito” para los pagos; incluso, piden cancelación anticipada. Un ejemplo de los efectos: hay una empresa gráfica que espera autorización para comprar microchips que cuestan US$4 y que integran un producto de US$100: “Recaudan menos, porque producimos menos y vendemos menos”, dicen sus directivos.

Román Irazusta, presidente de la Cámara de la Industria Energética de Córdoba e integrante del directorio de la Unión Industrial de Córdoba, plantea que, entre otros temas, se deberían volver a tipificar con Licencias Automáticas de importación las posiciones arancelarias de insumos industriales no fabricados en el país; permitir el ingreso de toda la mercadería que constituye insumos productivos y ya se pagó, y dar automáticamente un cupo adicional del 20% de la facturación a las pymes industriales, para transferir al exterior.

Productos plásticos

La dependencia externa existe en los “plásticos de diseño”, necesarios en el 75% de la industria. Una empresa que tiene, desde el inicio del sistema SIRA, un pedido para importar por US$220.000 consiguió autorizaciones por US$7500.

Hay firmas con líneas de producción “frenadas” por falta de insumos, mientras que otras tienen stock para un máximo de 45 días. “Desde que sale una SIRA hasta que llega el insumo pueden pasar entre 75 y 120 días, por lo que ya se sabe que habrá problemas”, explica Marcelo Martínez, secretario de la Cámara de la Industria Plástica de Córdoba. Otras, directamente abandonaron los segmentos con materia prima importada.

Los problemas de la industria se trasladan al mercado, porque no se puede definir un precio y saber cuánto se puede mantener, ni se puede fijar un plazo de entrega. “Hay que ser gurú para responderles a los clientes”, ironiza un empresario.

Ferreterías

Desde la Cámara de Ferreterías y Afines de la República Argentina, califican de “grave” la situación que atraviesan por el faltante de productos. Su presidente, Sergio Angiulli, afirma que desde octubre todo empeora. Se repite lo mismo que en otros rubros: no solo hay desabastecimiento de productos finales importados, sino que la producción local está “complicada”, porque depende de bienes intermedios del exterior.

Desde repuestos para máquinas hasta determinados clavos y tornillos, pasando por cerraduras y adhesivos industriales, los faltantes se extienden en las ferreterías. Además del stock, los precios subieron porque hay importadores que, al no acceder al dólar oficial, pagan con el MEP.

Neumáticos

No hay mayores dificultades en la provisión para las tres fábricas que producen en el país (Bridgestone, Pirelli y Fate). En cuanto a los neumáticos importados, hay escasez de algunas marcas y medidas, pero “no al nivel” de la que había en setiembre u octubre de 2022, cuando el sector atravesó una crisis por un conflicto entre el sindicato y las empresas y el no ingreso de productos importados. Sin embargo, hacia adelante no hay optimismo, porque en el sector entienden que la escasez de divisas seguirá y porque a nivel mundial faltan algunos insumos.

La producción nacional cubre 60% de la demanda de autos y camionetas; 20% de la de máquinas para el campo; 50% de la de camiones y “muy poco” de lo que requiere la maquinaria para obras de ingeniería y viales.

Telecomunicaciones

Las principales compañías y cámaras empresarias de las telecomunicaciones advirtieron, mediante una solicitada, que la falta de insumos genera riesgos de cortes de servicio, a la vez que impide ampliar la oferta de infraestructura. La “Mesa Tic”, integrada por las grandes compañías privadas y las cámaras del sector, enfatizó la existencia de complicaciones en el acceso a insumos desde la llegada de las SIRA.

Ariel Fernández Alvarado, presidente de la cámara de cooperativas de telecomunicaciones Catel, subraya que las 500 entidades que prestan servicio “en el interior del interior” pide respuestas hace varios meses. Explica que la situación es complicada pero los equipamientos centrales.

“No está claro cómo es el procedimiento, cambian las reglas, mutan las condiciones –describe–. No tenemos la capacidad de las grandes compañías y reclamamos reglas para entender cómo manejarnos. A los proveedores no les aprueban las SIRA y con insumos escasos los precios empiezan a cambiar, porque compran con un dólar que no es el oficial. Hay tarifas que aumentan por debajo de los insumos. Insostenible”. No hay reemplazos locales para lo que requieren las redes.

Construcción

Hay empresas que son importadoras directas, aunque la mayoría depende de proveedores. Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, comenta que en la actividad tienen “los mismos problemas que la industria en general, es todo fluctuante; hay meses con más autorizaciones y otras con menos. Entre las nuestras y las de los proveedores, hay muchas SIRA esperando. No hay una regla a la que se puede adherir y estimar un plazo”.

Desde una empresa focalizada en las conexiones domiciliarias de gas indican que por el faltante de una pieza de US$3 llevan meses de retraso en trabajos pautados. Ese tipo de inconvenientes se repite en conexiones de agua y de depuradoras cloacales y en la instalación de tableros eléctricos. La estimación es que desde que rige el sistema, se aprobó entre 25% y 30% de las SIRA pedidas. Las empresas habitualmente trabajaban con un stock de diez meses; ahora es de dos meses.

Industria naval

Domingo Contessi, presidente de la Federación de la Industria Naval, advierte que las demoras de las autorizaciones para importar y los sobrecostos que se pagan para contar con insumos están “ralentizando la construcción de buques y el proceso de renovación de la flota pesquera, que este Gobierno había impulsado fuertemente”.

Un barco pesquero lleva unos 3000 ítems distintos y el 35% es importado. Y los de producción local también dependen de importaciones. Por el atraso cambiario de 2021 y 2022, todos los productos fabricados en el país y los importados revendidos por terceros, aumentaron en términos del dólar oficial. Y a partir de las restricciones, las subas de los importados por terceros “se volvieron intolerables”, porque “se traen a dólar blue o MEP”.

Repuestos de autos

La situación es definida como “complicada”, porque los stocks se agotan. Las trabas son “cada vez mayores” y “es más difícil pagar”. Los locales plantean que no hay precios de referencia y que están operando sin saber a qué atenerse. “En un comienzo se podía hacer un listado de faltantes, pero ahora ya es algo generalizado –describe un repuestero–. La industria nacional cubre 15%, pero también depende de materiales del exterior”.

Indumentaria y botines

Si se buscan botines de fútbol, no hay variedad. En la Cámara del Calzado dicen que no hay reclamos, pero en los locales de deportes afirman que “no está ni la mitad de lo que solía haber otros años” y que la situación lleva meses. Los modelos importados ingresan en función de las autorizaciones. También faltan materias primas para calzados deportivos fabricados en el país.

Respecto de la indumentaria no deportiva importada, es ilustrativo el caso de la tienda brasilera Renner, que llegó al país hace tres años y abrió cuatro locales (dos en CABA y dos en la ciudad de Córdoba). Hoy, dos están cerrados por falta de stock.