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Si el desempleo disminuye en Estados Unidos, ¿por qué no suben los salarios?

Evolución de los sueldos de los trabajadores
Getty Images

Por Francisco Acosta Fragachan

Según los economistas clásicos, los factores de producción eran tres: tierra, trabajo y capital. No había complicaciones, el fenómeno social llamado economía comenzaba a tomar forma ante los ojos de sus pioneros Adam Smith, David Ricardo, etc. Pero en la medida en que las sociedades y el fenómeno productivo fueron siendo más complejos, los conceptos de tierra y capital han ido evolucionando. Lo único que ha permanecido a través del tiempo sin mayor modificación conceptual es el concepto de trabajo, en donde el ser humano a cambio de una remuneración determinada está dispuesto a ofrecer un número de horas de esfuerzo físico y/o mental con la finalidad de alcanzar un objetivo de producción específico.

El trabajo, como todo fenómeno económico, se considera sujeto a las fuerzas de oferta y demanda y es aquí donde a principios del siglo XXI comienza a presentarse una inconsistencia en la correlación de dos valores básicos que amenaza con negar lo que hasta hace poco era un axioma económico: a mayor demanda de trabajo, mayor el precio a pagar por él.

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¿Por qué afirmamos lo anterior? Porque a finales del último trimestre del 2016 la economía norteamericana presentaba 75 meses continuos de crecimiento de puestos de trabajo llegando a principios de este año a tener una tasa de desempleo alrededor de 4.4%. Lo que llama la atención es que, habiéndose registrado tan alto nivel de empleo (más o menos el 96%), la tasa de crecimiento de los salarios no ha crecido más del 2,5%, en comparación con el 4% que experimentó esta variable cuando la economía norteamericana presentó niveles de desempleos significativamente bajos, como los de ahora.

Las explicaciones

Algunos economistas alegan que la ruptura entre la relación oferta-demanda en el mercado de trabajo de los Estados Unidos se puede deber a la caída en el número de obreros registrados en los sindicatos de ese país, que se estima que este alrededor del 11% de la fuerza laboral total. Lo que supone un descenso de casi el 50% en comparación con el 20% de empleados sindicalizados durante los años 80. Ello podría explicar un debilitamiento de la capacidad de negociación de la fuerza laboral y, con ello, la generación de un rezago entre la demanda de trabajo y la remuneración del mismo.

Este argumento parece coherente pero desconoce la fuerza principal de todo mercado: “la ley de oferta y demanda”, la cual ha existido independientemente de la constitución de carteles o sindicatos. Si una empresa requiere recurrir al mercado de trabajo para cubrir sus metas operacionales y en ese mercado de trabajo los niveles de desempleo están cercanos al 0%, a esta empresa le queda una solo una salida: incrementar la remuneración ofrecida. En un ambiente de pleno empleo técnico no hay salida, los salarios deben subir.

Otros economistas hablan de la globalización como un factor que afecta la relación demanda-remuneración en el mercado de trabajo norteamericano. Pero esta tesis es absurda ya que el mercado de trabajo de los Estados Unidos no es un mercado de fronteras abiertas, es decir, no existe la libre movilización del factor trabajo entre los Estados Unidos y el resto del mundo, por lo tanto, los empleados de otros países solamente ocupan un puesto de trabajo en ese país cuando es demostrable que ningún ciudadano o residente tiene la habilidad para cumplir con los objetivos del puesto.

Por lo tanto, esto no parece explicar el extraño fenómeno que está ocurriendo en la economía norteamericana, donde en una situación de pleno empleo no se presentan alzas significativas en los niveles de remuneración.

La clave

Otras explicaciones existen pero la más sensata parece ser la expresada en un trabajo del economista principal de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jeremy Nalewalk, denominado Non-linear Phillips Curves with inflation regime- switching (la Curva de Phillips es un modelo matemático utilizado para representar la correlación entre niveles de empleo-remuneración e inflación). Este estudio explica que hay niveles de desempleo que no afectan directamente al comportamiento de la curva de Phillips pero que, al alcanzar cierto umbral, esos niveles de desempleo indiscutiblemente se manifiestan impactando en el comportamiento de dicha curva.

Atendiendo a la conclusión de dicho informe, lo más sensato es concluir que estamos acercándonos a ese umbral, y que pronto los niveles de remuneración en los Estados Unidos podrán comenzar a manifestar niveles de incremento consistentes con un estado de “pleno empleo”. Esto, a su vez, amenaza con desatar un fenómeno inflacionario para lo cual la Reserva Federal comenzó a principios de este año con una política de incremento de las tasas de interés.

Como mencionamos al comienzo de este artículo, el trabajo a través de los siglos es un concepto que se ha mantenido invariable y que, en una economía de libre mercado como la norteamericana, no escapa a las fuerzas de la oferta y la demanda. Sin duda, los salarios subirán o será verdad que hoy está ocurriendo lo que decía el presidente Donald Trump: la falta de veracidad de las cifras publicadas por el Departamento de Trabajo durante los últimos meses del gobierno de Obama.

Es poco probable, pero amanecerá y veremos.

Francisco Acosta Fragachan es economista