Esto superó la cirugía como el método de aborto más común. ¿Pudiera la Florida intentar prohibirlo?

En el East Cypress Women’s Center, un proveedor de servicios de aborto en Fort Lauderdale, los teléfonos no paran de sonar desde que el viernes la Corte Suprema anuló el fallo del caso Roe vs. Wade.

La mayoría de las pacientes que llaman quieren saber si seguirán teniendo acceso al aborto con medicamentos o a las llamadas pastillas abortivas, misoprostol y mifepristona, que fueron aprobadas por la FDA hace más de 20 años.

“La gente está asustada”, dijo Leda Lanza, asistente médico de East Cypress que ha estado contestando llamadas. “La gente dice: ‘Dios mío, ¿todavía puedo hacer esto?’”

Las pastillas, que se usan en las primeras 10 semanas de embarazo, están más ampliamente disponibles desde diciembre de 2021, cuando la FDA levantó las restricciones sobre dónde se podían dispensar los medicamentos, permitiendo a los médicos prescribirlos en línea y a las pacientes recibirlos por correo.

Desde enero, al menos 20 estados han propuesto proyectos de ley que restringen o prohíben las pastillas abortivas, según Pew Stateline. La Florida no es uno de ellos, aunque la ley estatal exige una visita en persona para que un médico prescriba los medicamentos.

El Departamento de Justicia advirtió a los estados que no restrinjan el acceso a esos medicamentos, aunque muchos esperan que puedan convertirse en el próximo campo de batalla legal. Las pastillas son un ejemplo de cómo la investigación y el desarrollo médico pueden complicar o incluso frustrar los esfuerzos decididos del poder legislativo por reducir drásticamente el número de abortos.

Sería difícil restringir o prohibir el acceso a las pastillas sin comprometer la relación médico-paciente, dijo Kenneth Goodman, fundador y director del Instituto de Bioética y Política Sanitaria de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami.

“Supongamos que intentan prohibir las pastillas y alguien recibe una píldora por correo. ... ¿Cómo propondría el estado de la Florida averiguar si alguien recibió esa píldora sin infringir los derechos de privacidad de esa persona?”, dijo Goodman. “No hay manera de hacer cumplir eso sin infringir las leyes de privacidad, que están garantizadas por la Constitución de la Florida”.

Incluso si la Florida prohibiera las pastillas, los activistas del acceso al aborto dicen que una prohibición no impediría que las pacientes las obtengan en otros estados o las reciban por correo desde Europa.

“Legal no significa accesible”, dijo Alyx Carrasquel, coordinadora de admisión de la Access Network de la Florida, que financia abortos para mujeres que no pueden pagarlos. “Los fondos para el aborto van a garantizar que las mujeres tengan acceso a abortos seguros independientemente del estado en el que vivan”.

La ley exige en la Florida que las pacientes se reúnan con un médico en persona al menos 24 horas antes de tomar una píldora abortiva, aunque eso no ha impedido su uso. Casi la mitad de todos los abortos en la Florida en 2019 se indujeron usando medicamentos, según un reporte de los CDC.

A nivel nacional, los abortos con medicamentos han representado más de la mitad de todos los abortos reportados en Estados Unidos desde 2020, según el Guttmacher Institute, una organización de investigación y política a favor del derecho al aborto.

Se espera que la demanda de pastillas abortivas aumente a raíz de la decisión de la Corte Suprema sobre el aborto, y los opositores al fallo de la Corte Suprema han estado trabajando para difundir que hay muchas maneras de conseguirlas.

Amy Merrill es cofundadora de Plan C Pills, una organización sin fines de lucro que ofrece información sobre cómo se puede acceder a las pastillas abortivas en los 50 estados, incluidos los que restringen su acceso. Dijo que los medicamentos permiten a las mujeres que no tienen acceso a una clínica de aborto cercana poner fin a su embarazo en casa.

“Estas pastillas tienen que estar en manos de las personas que las necesitan”, dijo Merrill. “Nadie debería ser penalizado por atenderse médicamente”.

A las personas que solicitan pastillas abortivas en la Florida, Plan C las remite a Aid Access, un grupo sin fines de lucro que pone en contacto a las pacientes con médicos en Europa que pueden proporcionar medicamentos abortivos por correo, aunque la entrega tarda semanas en lugar de días.

El proceso de aborto con medicamentos consiste en tomarse dos fármacos a lo largo de 48 horas: la mifepristona, que pone fin al embarazo, y el misoprostol, que provoca calambres y hemorragia para vaciar el útero.

La mayoría de las visitas a East Cypress comienzan con un examen médico para determinar el estado de la gestación y ofrecer asesoramiento si es necesario, dijo Lanza.

Las pacientes aprobadas para la medicación toman la primera pastilla en presencia del médico, dijo. Después de completar el primer curso, la paciente es enviada a casa con un sobre que contiene cuatro pastillas más, que deben tomarse 24 horas más tarde, todas al mismo tiempo y con el estómago vacío, dijo Lanza.

“En las primeras cuatro o seis horas, una vez que las pastillas se disuelven, es cuando se produce el aborto en casa”, dijo.

Se pide a las pacientes que vuelvan para una visita de seguimiento dos semanas después, dijo, cuando el médico hace una ecografía para asegurarse de que el embarazo terminó. Si el embarazo no ha terminado, dijo Lanza, entonces el médico llevará a cabo un aborto quirúrgico, aunque esa opción pudiera ser excluida si la Legislatura de la Florida sigue el ejemplo de algunos otros estados e impone una prohibición general, poniendo fin efectivamente a la actividad de las clínicas.

El próximo viernes entra en vigor una ley aprobada durante el reciente período de sesiones legislativas que reduce el plazo para abortar de 24 semanas de embarazo a 15 semanas. Aunque aplaudieron en gran medida el fallo de la corte, los legisladores republicanos de la Florida, mayoritarios en ambas cámaras, no han dicho nada sobre si podrían restringir aún más los abortos o prohibirlos por completo, ni cómo lo harían. Las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses se opone a la prohibición del aborto, aunque no está claro el grado de motivación que podría representar durante las elecciones intermedias de noviembre.

El Herald se puso en contacto con dos senadores de la Florida y varios representantes del Partido Republicano para conocer el camino a seguir por el partido en relación con las pastillas abortivas, pero no tuvo éxito.

Mientras tanto, los abortos quirúrgicos no son una opción para muchos en Estados Unidos, donde nueve de cada 10 condados no tienen una clínica dedicada a ello, según el Guttmacher Institute, cuyos datos también muestran que el número de clínicas de aborto en la Florida disminuyó de 2014 a 2017.

Para Merrill, de Plan C, la reducción de las clínicas de aborto es una gran razón por la que creó un grupo para compartir información sobre las pastillas.

“La gente ha estado eludiendo obstáculos para obtener atención”, dijo.