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A la serie de Tamara Falcó se le escapa uno de los mayores secretos de su familia

Cuando uno se dispone a ver Tamara Falcó: La Marquesa, lo que esperas encontrar es una vida de lujo de una chica adinerada que lo tiene todo. Y, por una parte, así es. Pero cuando te adentras en profundidad en este docureality de Netflix, te das cuenta de que va mucho más allá de los lujos y la riqueza. De una forma muy natural y gradual, se revelan situaciones e incógnitas con las que muchas portadas de revista hubieran soñado. Concretamente, hay un secreto familiar que nos hemos preguntado a lo largo de estos años y que ha sido gratamente contado por Tamara. Para mí, una de las revelaciones más importantes y grandes sorpresas de esta serie.

Tamara Falcó: La marquesa (cortesía de Netflix)
Tamara Falcó: La marquesa (cortesía de Netflix)

En menos de una semana, la nueva aventura televisiva de Tamara se ha colado en el cuarto puesto en el ranking de lo más popular de la plataforma. La acogida ha sido muy decente y parece que ha convencido con su manera tan peculiar y directa de contar las cosas. Como era de suponer, también le han llovido las críticas, muchas de ellas basadas en un estereotipo concebido de 'esa niña rica y pija que ahora se le antoja un reality'. Pero más allá de todo lo esperado, Tamara Falcó: La marquesa es una declaración de intenciones y de vida, un rincón donde Tamara comparte algunos de los detalles más personales y sensibles de sí misma.

No sabemos si a propósito o sin ella darse cuenta, la hija de Isabel Preysler ha compartido situaciones, momentos y relaciones en su vida por las que el papel couché y muchos programas de televisión hubieran pagado una fortuna que no necesita. Lo ha hecho, una vez más, a su manera, cómo y cuando ella ha querido y de una forma muy sutil. Con mucha naturalidad nos ha compartido algunos de los episodios más duros de su vida con lujo de detalles. Desde la muerte de su padre el Marqués de Griñón en 2020 por coronavirus y la carta de amor que dejó, hasta la tan comentada relación con su novio Iñaki Onieva y la supuesta infidelidad de la que todos hablan.

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Sin embargo, de todas estas puestas en escena ha habido una que me ha sorprendido más que ninguna, quizás porque no me la esperaba. Su serie está llena de invitados especiales y, aunque faltan muchos como sus hermanos Enrique, Chábeli y Julio José Iglesias, quienes solo salen en videos de recuerdos familiares, cuenta con otros que han cobrado un protagonismo que jamás me hubiera imaginado. Hablo específicamente del novio de su madre: Mario Vargas Llosa. El prestigioso escritor peruano de 86 años es una de las piezas claves de esta aventura audiovisual de Tamara. Especialmente sorprendente es la relación que ambos muestran en las muchas imágenes que comparten juntos. Es como ver, salvando las distancias, a un padre y una hija queriéndose y admirándose de verdad. Sus conversaciones, sus confesiones y cariño se muestra muy cercano, real y auténtico, sin pretensiones ni apariencias, mostrando el lado más sensible de una de las personalidades más destacadas, y también privadas, del mundo de la literatura.

Desde que su relación con Isabel se hiciera oficial en 2015, la curiosidad sobre la pareja ha ido in crescendo. Casi 8 años después siguen generando el mismo interés sobre cómo viven su romance y cómo es su vida. En esta serie queda más que expuesto y de una forma espontánea, como debe ser un reality. Su arranque de relación fue muy polémico ya que Isabel había enviudado de su marido Miguel Boyer y Mario estaba casado con su entonces mujer Patricia con quien, también hay que decirlo, hacían vidas separadas. El tema dio para unas cuantas portadas y debates televisivos hasta que ambos demostraron que lo suyo era una auténtica historia de amor.

A través de estos 6 episodios, el premio Nobel de Literatura se ha dejado ver tal cual es y como nunca antes. Casero, divertido, bromista y sensible, Mario ha mostrado su cara más familiar en la intimidad, una aspecto que los suyos ya conocían, pero toda una sorpresa para los que no tenemos ese placer. Hay que verlo para entenderlo. "Ha sido una suerte que mi madre encontrara un compañero de vida a esta edad. La verdad es que Mario ha resultado ser un compañero maravilloso... Te hace sentir como si tú fueras la persona más importante", explica en el episodio número dos durante su viaje a Nueva York en el que le acompaña la pareja. "Yo me voy de compras con mami y Mario se queda leyendo", cuenta divertida en una de las escenas. Del documental se desprende que, a pesar de las diferencias en muchas cosas, la pareja se respeta y se compagina a las mil maravillas. A Isabel le fascina la moda e ir de tiendas, a Mario, como es de esperar, las librerías. Pero luego, al final del día el encuentro en casa es de lo más amoroso y compenetrado.

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Lo que más me llamó la atención, entre otras cosas, fueron las conversaciones entre Tamara y el escritor. Además de mucha cultura y amor a los libros, hay muchas risas y carcajadas. La unión entre ambos es genuina, muy filio paternal y basada en un cariño y respeto máximo. Nunca me imaginé reírme y conmoverme tanto al verles juntos. Uno de los momentos más cómplices entre ambos ocurre en las calles de la Gran Manzana.

Tamara le dedica unas horas a Mario para visitar algunas de las librerías más prestigiosas donde llegan a ver primeras y ediciones limitadas de libros como uno firmado por Mark Twain que asciende a los 15 mil dólares. "Forma parte de un set", les explicó la librera. "¿Y cada uno de ellos vale 15 mil dólares?", soltó Tamara con gran sentido del humor. Entre librería y librería, las anécdotas que se comparten son entrañables. La empresaria llegó a contarle que ella desarrolló su amor por la lectura gracias a las personas de seguridad con quienes estaba de pequeña. Una confesión que enterneció el corazón de Mario, siempre muy atento y cariñoso con ella y sus historias. "Me recuerda mucho a Íñigo", dice Tamara en un momento sobre el parecido entre su novio y el de su madre. "Son inquietos, les gusta ir a todo, les gusta conocer todo, tienen tiempo para todo y nada les da pereza".

Sus amenas charlas son, al menos para mí, una de las grandes joyas de esta serie. Conocer más de cerca la historia de un grande de la literatura contada por él de una forma tan llana y sencilla, conmueve mucho. "Yo empiezo a escribir desde que estaba en el colegio, quedé deslumbrado viendo una obra de teatro que no respetaba, ni el espacio ni el tiempo, y la primera cosa que escribí mas o menos en serio fue después de ver esa hora de Arthur Miller, La muerte de un viajante, es una gran tragedia", cuenta el literato con gran emoción ante la atenta mirada de Tamara, quien se confiesa lectora asidua de sus obras. "Me salvaron tus libros", le llega a decir la protagonista de esta serie a Mario en un momento determinado. "Es una de esas personas tan superior intelectualmente hablando que no hace a nadie sentir que es menos", prosigue en su definición al escritor.

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Y como esta, hay varias escenas más entre ambos y con la familia, todas entrañables y cariñosas de las que se desprende no solo lo bien que se llevan y la relación tan bonita que han construido, sino también la forma de ser dicharachera y cercana de Mario, para mí, uno de los grandes descubrimientos de esta producción. En ningún momento se le ve forzado a contar lo que no quiere, todo lo contrario, ríe a carcajadas, cuenta anécdotas divertidas de su vida, como que nunca ha ido a una discoteca, y se muestra integrado y cercano a todos, siempre con una palabra atenta y amable, siempre con emoción. Obviamente, el documental no va a sacar nada que pueda perjudicar a ninguno de sus invitados, pero en este tipo de contenido de telerrealidad, la espontaneidad juega un papel fundamental donde se siente si la cosa fluye o no, y en su caso sin necesidad de aditivos ni momentos fingidos.

Hay que ver la serie para entender lo que cuento. Merece la pena por muchos aspectos, es entretenida, divertida y emociona. Pero, sin duda, la aparición de Mario y el acercamiento a su mundo es plus extra que te invita a no perdértela. Por primera vez, uno llega a entender cómo es la relación del novelista con Isabel y su familia, y también todo lo que hay más allá de un escritor sublime y multipremiado. Se conoce más de cerca a la persona detrás de esa pluma y su derroche de habilidades más allá de la escritura. La serie gana muchos puntos gracias a la presencia de Mario.

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