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Temor permanente en las centrales ucranianas a los bombardeos rusos

Una trabajador recorre una sala de control quemada tras un ataque en una central energética de un lugar indeterminado de Ucrania el 19 de abril de 2024 (Genya Savilov)
Una trabajador recorre una sala de control quemada tras un ataque en una central energética de un lugar indeterminado de Ucrania el 19 de abril de 2024 (Genya Savilov)

En esta central eléctrica ucraniana, los relojes se pararon en el preciso momento en que los misiles rusos comenzaron a caer. Los empleados, que viven con el temor permanente a los bombardeos, siguen retirando escombros carbonizados.

Este no fue el primer bombardeo ruso que presenció Oleksander, el director de producción de esta central, cuya ubicación no es revelada por temor a nuevos ataques. Pero esta vez, los daños fueron mucho mayores.

"Es mucho peor", dice el hombre de 51 años a la AFP, que pudo visitar la central.

En las últimas semanas, Rusia ha llevado a cabo varias oleadas de bombardeos devastadores contra la red eléctrica ucraniana, en represalia por los ataques contra sus refinerías.

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Al menos 12 de las 15 centrales térmicas ucranianas han resultado dañadas, obligando a las autoridades a imponer restricciones al consumo y a importar electricidad de la Unión Europea.

Los ataques también ponen más presión sobre las centrales nucleares ucranianas, que producían alrededor de la mitad de la producción eléctrica del país antes de la invasión rusa de 2022.

La mayor central nuclear del país, la de Zaporiyia, ubicada en el sur, está ocupada por las fuerzas rusas y sus seis reactores están apagados.

- Sobrecargadas -

Los ataques rusos pretenden dejar fuera de servicio las centrales térmicas e hidroeléctricas, explica Oleksander.

"Es posible que las centrales nucleares no puedan hacer frente a esta sobrecarga. Las consecuencias serían muy graves", estima.

Esta campaña de bombardeos no es nada nuevo. Rusia ya había atacado la red eléctrica ucraniana en el invierno de 2022, dejando a millones de personas sin electricidad ni calefacción.

Este año, sin embargo, los ataques están causando daños más difíciles de reparar porque Rusia utiliza armas más sofisticadas, según el ministro ucraniano de Energía, Guerman Galushchenko.

El ataque dejó un hueco en el techo, dañó las paredes y cortó sistemas de comunicación vitales. También se declararon varios incendios.

La mayoría de los empleados lograron bajar a los refugios, mientras que los trabajadores esenciales permanecieron en sus puestos en las zonas más seguras de la fábrica, atrincherados tras sacos de arena.

"Gracias a Dios no hubo muertos ni heridos", dice Oleksander.

- "Necesitamos defensas antiaéreas" -

El presidente Volodimir Zelenski estima que Ucrania necesita al menos otros siete sistemas antiaéreos Patriot para proteger sus ciudades e infraestructuras críticas.

La semana pasada admitió que Rusia pudo atacar una importante central eléctrica cerca de la región de Kiev porque los defensores ucranianos se quedaron sin misiles.

"Por encima de todo, necesitamos defensas antiaéreas", confirma Oleksander, que dice sentir un "sentimiento de frustración" por la falta de protección de su central.

"Todos los que trabajamos aquí sabemos que un ataque similar podría repetirse", afirma.

Yuri, de 47 años, jefe de equipo en la sala de turbinas, recuerda el momento del ataque, que tampoco fue su primero.

"Llevé a la gente a un lugar seguro, hubo varias explosiones en el camino", relata. "No sabíamos dónde caerían los siguientes misiles".

Cuando los periodistas de la AFP salían de la fábrica, comenzó a sonar una sirena antiaérea, instando a los empleados a dirigirse hacia los refugios.

am/jbr/pop/led/ber/meb/zm