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Temporada de huracanes

Según la meteorología, los huracanes comienzan a gestarse, dadas las condiciones adecuadas. La onda tropical puede ser el germen de un huracán, pero para que este se desarrolle con toda su potencia arrasadora, necesita de "bombas" de energía  del calor y el viento, para ayudar a crear esa tormenta devastadora.

Claramente la macroeconomía argentina, está desde hace tiempo en estado terminal,  y como un cuerpo en decadencia, donde todos los órganos comienzan a fallar, lo mismo sucede aquí , donde comienza a empeorar en todas sus áreas. La devaluación se acelera, la inflación  se espiraliza y el déficit fiscal crece sistemáticamente. La cercanía de las  definiciones políticas de las próximas elecciones,  es como tirar nafta al fuego generando aún más incertidumbre a la coyuntura. Y la especulación sobre los resultados de las diferentes combinaciones en las próximas elecciones del 22 de octubre, generan aún mayor temor en la economía. 

Por todos estos factores que crean la tormenta perfecta, se avizora en el horizonte, un panorama muy delicado, con posibles situaciones de desenlaces complicados.

Desde hace años que nos encontramos en una posición muy vulnerable desde el punto de vista económico, que cada vez  empeora y  que ha puesto a la población en una situación de hastío, angustia y desolación. Pero, este no es el peor escenario. No podemos hablar de una luz al final del túnel, porque según parece , todavía no hemos tocado fondo.

Panorama complicado

Desde el punto de vista fiscal la brecha recaudación/gasto continúa ampliándose a diferenciales históricos. Entre los planes "platita",que crecen de manera sistemática, la baja en la recaudación, los déficit gemelos, entre otros motivos, el déficit fiscal se encuentra en el 15% del PBI. Lo más grave en este campo es que de ese 15%, el 9% corresponden a las Leliqs. 

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En cuanto a la situación monetaria, el crecimiento del M1 ( el circulante + depósitos de cta. cte. en los bancos) es exponencial, para poder mantener la situación lo más en calma posible, y continuar financiando los subsidios, planes, asistencia social, etc. Esto no hace otra cosa que generar una espiralización muy preocupante en cuanto a política monetaria. Como se sabe,  las medidas en política económica tienen un efecto no inmediato en la calle,  así que podemos deducir que esto solamente puede empeorar en los próximos meses. Como ejemplo; en los últimos 12 meses se emitieron para financiación de Leliqs la suma de $7 billones. 

la macroeconomía argentina, está desde hace tiempo en estado terminal
la macroeconomía argentina, está desde hace tiempo en estado terminal

La macroeconomía argentina está desde hace tiempo en estado terminal

Este contexto monetario, si bien aún no está cerca de una hiperinflación, va camino a estarlo. Nos encontramos frente a un modelo inflacionario mixto. La suba de precios se inició claramente en un contexto de inflación por costos y este duró varios años. Actualmente, producto de esta situación, la demanda de dinero es cada vez más baja, la gente no quiere pesos y cuando los tiene los hace circular con velocidad para evitar la inflación, esto acelera el proceso de velocidad de circulación lo que genera "inflación por demanda". Ni que hablar sobre los recientes comentarios de Milei sobre la no renovación de los plazos fijos y el desprenderse de los pesos cuanto antes. 

Por el lado cambiario, a la situación macro se le suma la incertidumbre política lo que genera aún más temor en el mercado. El crecimiento de los diferentes tipos de cambio crecen de manera exponencial. La brecha entre el dólar oficial y el dólar blue se encuentra en el 200%, esto es un valor extremadamente elevado. El mercado descuenta una devaluación importante para el dólar oficial (aprox. a valores de $770) para diciembre, y de $1000 para enero. Además de ser refugio ante la incertidumbre política vigente, en este contexto el precio del dólar siempre se ajusta mínimamente a la tasa de inflación y si no lo hace por algún tiempo, lo ajusta de forma (como está pasando ahora).

Inflación creciente

Como corolario final, esperamos ver una inflación creciente en el tiempo, con riesgos de hiperinflación, con un crecimiento del déficit fiscal superando el 15% del PBI. El precio del dólar, que ya ha dado muestras de su rápida escalada, estaría cercano o superando los 1500 antes de fin de año.

Si la situación no cambia, mejora o merma, las consecuencias de la crisis van a ser mínimamente como hace 20 años o aun peores, donde los riesgos de hiperinflación, plan Bonex o un Rodrigazo, están a la vuelta de la esquina. La temporada de huracanes  ya comenzó, y lo que no se sabe, es cuándo terminará.