El trabajo y su evaluación

De acuerdo con la economía clásica que se enseñaba en los 60s y 70s, las instituciones funcionaban gracias al capital y al trabajo. Hoy en día esos conceptos han evolucionado para hablar de recursos financieros, materiales y capital humano.

El tema de hoy se refiere a lo que aportan los colaboradores de una empresa, es decir el trabajo. Los individuos ofrecen su trabajo a aquellas entidades que lo necesitan para cumplir con sus objetivos a cambio de una remuneración justa, que alcance a cubrir sus necesidades y que además esté de acuerdo con el nivel de responsabilidad asumido.

Derivado de lo anterior, la fórmula para dar valor al trabajo se complica al definir el valor que tiene la aportación de los individuos a la organización. Por un lado, están las tareas asignadas y por otro el nivel de responsabilidad que requieren esas tareas. Pero faltan elementos a la fórmula, como el nivel de conocimientos y el cúmulo de experiencia que requieren las tareas y responsabilidades asignadas. A estos cuatro elementos (tareas asignadas, nivel de responsabilidad, conocimientos y experiencia) lo definimos como perfil del puesto.

La asignación del valor, que normalmente lo traducimos en sueldo, salario o remuneración integrada, es determinado comparando el perfil de puesto con aquellos equivalentes en el mercado laboral. Basado en eso, la empresa establece un rango aceptable para cada puesto y eso sirve para, desde el presupuesto, hasta las contrataciones del personal.

Sin embargo, la administración de las empresas también debe considerar que las personas tienen diferentes ambiciones de crecimiento, tanto organizacional como económico.

Para esto, las empresas tendrán que determinar y definir un sistema de evaluación de desempeño, que esté dirigido a cumplir con los siguientes objetivos: grado de cumplimiento con las tareas asignadas, responsabilidad y disciplina para cumplirlas, aplicación de conocimientos e iniciativas de mejora a las tareas y toma de decisiones, trabajo en equipo, fidelidad y compromiso hacia la entidad, productividad y resultados y otros atributos relativos al área y nivel dentro de la organización.

La forma en la que dicha evaluación sea llevada a cabo también determinará el grado de eficacia de la misma. La eficacia de la evaluación del trabajo se refleja normalmente en un buen ambiente de trabajo y un alto nivel de satisfacción de los individuos que colaboran en la entidad. Esto significa que los empleados consideran que la administración aplica criterios justos y transparentes en las evaluaciones, que sus aportaciones hacia la entidad son reconocidas y que en general se aplican recompensas y acciones disciplinarias justas.

Uno de los métodos más utilizados hoy en día es la evaluación 360, que significa que cada miembro de la organización será calificado por todos los colaboradores con los que interactúa, tanto de niveles superiores como inferiores y pares. Esto significa que habrá una evaluación mutua, lo cual permite un análisis más objetivo.

Todas las entidades, independientemente de su tamaño, deberán considerar siempre tener un buen sistema de evaluación al desempeño, ya que esta herramienta ayudará a mejorar los resultados y el cumplimiento de sus objetivos.