Edorexia: un trastorno silencioso
Es un tema muy actual hablar del problema de la obesidad, así como escuchar sobre las campañas y los esfuerzos a nivel mundial que se han realizado para frenar este grave problema, sin lograr obtener los resultados esperados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos proporciona datos alarmantes, por ejemplo: mil millones de adultos tienen sobrepeso, si no se actúa, esta cifra superará los 1,500 millones en el 2015. En el mundo hay más de 42 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso y… así podríamos seguir dando datos alarmantes.
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A raíz de esto, en la Universidad de Murcia (UMU), en España, el psicólogo y dietista, José Luis López Morales, realizó un estudio cuyo objetivo principal fue el de investigar cómo interactúan los factores psicológicos con los hábitos alimentarios y el estilo de vida.
“Ningún psicólogo había analizado antes el por qué una persona no puede parar de comer, y tampoco ningún nutricionista se había preguntado de donde surge esta conducta psicológica”, comenta el investigador.
Los hallazgos de la investigación describen un problema mental denominado “Síndrome de Edorexia”, palabra que se forma de combinar dos palabras latinas, “Edo” y “Orexis”, que significan “comer” y “apetito”, respectivamente, es decir, “comer por apetito”. Básicamente, es un trastorno en el cual las personas tienen la dependencia y necesidad de abusar en el consumo de los alimentos y no son capaces de controlar sus impulsos, así como tampoco lo son para modificar sus hábitos alimenticios. El componente más importante del síndrome, es el psicológico y sobre todo, se presenta en situaciones de estrés y depresión.
El psicólogo y dietista José Luis López invita a distinguir el significado entre “hambre” y “apetito”, ya que son dos conceptos totalmente diferentes. El primero es una sensación fisiológica positiva, porque lleva a las personas a alimentarse, mientras que el segundo representa únicamente el deseo de comer por comer.
Los factores que pueden desencadenar este síndrome, son:
- Una dependencia y adicción a la comida.
- El déficit de bienestar psicológico producido por: estrés, ansiedad o depresión; estos activan un mecanismo de recompensa que conduce al abuso de la comida.
- Factores cultuales y los hábitos alimenticios.
- Emoción negativa hacia la obesidad; la persona va a evitar comer en exceso, lo que no significa comer bien necesariamente.
- La persona termina comiendo menos por miedo a la obesidad.
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En la actualidad, el Síndrome de Edorexia es un problema difícil de diagnosticar. José Luis López trabaja junto con un grupo de especialistas en la creación de un cuestionario que ayude a evaluar al paciente para detectar si padece este síndrome. El psicólogo y dietista, hace hincapié en que el hecho de ser delgado no descarta la posibilidad de padecer Edorexia, ya que la persona puede comer mucho y sentirse culpable por ello, pero por poseer un metabolismo acelerado, no engorda, lo que complica aún más la detección del trastorno.
Entre las soluciones terapéuticas que se sugieren para afrontar el problema, se encuentran:
Afrontar y solucionar los problemas de estrés, ansiedad y depresión, pues son factores que la desencadenan.
Los expertos recomiendan aplicar la “abstinencia”; el psicólogo se encarga de ayudar al paciente a identificar los episodios edoréxicos y les enseña a superarlos.
No se busca que el paciente deje de comer, se trata de enseñarlo a controlar el apetito.
Se sugiere al paciente que lleve un registro de los alimentos que va ingiriendo a lo largo del día, para que haga conciencia.
Se sugiere al paciente que coma despacio para que aprecie los sabores y texturas, ya que la persona que padece el síndrome jamás disfruta de la comida, es gente que come únicamente por impulso.
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Por último, el psicólogo y dietista español hace hincapié en que este trastorno de la conducta alimentaria requiere, para su cura, un tratamiento multidisciplinario en el que intervengan especialistas, tanto en la parte psicológica como especialistas en adicciones (alimentarias), que permitan revertir el problema y lograr que el paciente disfrute nuevamente de la comida y logre controlar su apetito.
Y tú, ¿sufres ansiedad o estrés por “no comer”?, ¿has notado que comes por impulso y ni siquiera disfrutas lo que comes?
¡Recuerda… tú generas el cambio!
Gabrimar Lascurain es Fitness Manager
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