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500 dólares al mes, sin condiciones: el experimento de una ciudad de California

En 2018, un grupo de habitantes de la ciudad de Stockton, California, recibirá dinero simplemente por existir, por vivir allí, en un experimento socioeconómico pionero.

REUTERS/Robert Galbraith/File Photo
REUTERS/Robert Galbraith/File Photo

La idea de un ingreso básico universal –que una persona reciba dinero que le permita la subsistencia básica por el mero hecho de ser, sin que para ello deba trabajar o realizar actividad específica– es una propuesta que ha ido cobrando fuerza como una opción para paliar la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades.

También es una noción avanzada en el campo de los derechos humanos fundamentales, pues puede decirse que si una persona carece del mínimo para una vida digna, se encuentra en grave riesgo de que se le conculquen las garantías básicas.

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Dar ‘dinero gratis’ es complicado, tanto en términos ideológicos como económicos. Pero la noción de que las personas y las sociedades, sobre todo las que generan importante riqueza pero la distribuyen de modo desigual, no tendrían por qué estar sumidas en la pobreza es un argumento de peso.

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Un antecedente, aunque de características algo distintas, se da en Alaska. En ese estado, todos los residentes que cumplan ciertos requisitos reciben cada año un pago de dividendos de un fondo creado por los ingresos petroleros estatales, cantidad que ha fluctuado entre unos 1.000 y 2.000 dólares al año. Actualmente unas 640.000 personas que viven en Alaska son beneficiarias de ese pago.

Pero no se trata de un ingreso universal sino de dividendos de un fondo mayor pensado para dedicarse, en el futuro, a dar opciones económicas a las futuras generaciones cuando el petróleo de Alaska se agote.

En ese contexto, el experimento con el ingreso básico universal que emprenderá la ciudad de Stockton es una primicia en EEUU, pues aunque hay iniciativas privadas similares en otras zonas de California, será la primera emprendida por una entidad pública. Y es singular no solo por su lanzamiento sino porque Stockton, como relata el portal Vox, estaba hace unos tres años en la bancarrota.

El plan allí es seleccionar aleatoriamente a un grupo de habitantes (cuya población es de poco más de 300.000 habitantes) y asignarle a cada uno de los participantes un ingreso de 500 dólares al mes, para un total anual de 6.000 dólares.

Podría parecer una cifra menor considerando el costo de la vida en California, pero se trata de un dinero que no tiene ningún requisito ni actividad que deba prestarse a cambio y que, cabe decir, es equivalente o superior al salario de millones de personas en otros países, por ejemplo en América Latina. Y que, al ser gastado, no solo aportará a la persona beneficiada un poder adquisitivo para cubrir sus necesidades básicas sino que podría dinamizar la actividad económica en su comunidad.

El experimento está financiado con 1 millón de dólares del Economic Security Project, organización que impulsa el esquema de ingreso básico y cuyos fondos iniciales fueron aportados por Chris Hugh (uno de los fundadores de Facebook y exeditor de la revista The New Republic). Su objetivo y el de los que impulsan ese proyecto es redistribuir parte de la riqueza generada por el conglomerado tecnológico de Sillicon Valley y para ello eligieron Stockton, una ciudad muy cercana pero que enfrenta fuertes problemas de pobreza.

Michael Tubbs, alcalde de Stockton, California. (Yahoo/Business Insider)
Michael Tubbs, alcalde de Stockton, California. (Yahoo/Business Insider)

En ello también participa el joven alcalde de Stockton, Michael Tubbs, de 27 años, quien estará a cargo de la operación del experimento de ingreso básico.

Al parecer, de acuerdo a The Atlantic, uno de los graves problemas económicos en Stockton es la creciente alza del precio de la vivienda, que merma las opciones de la población local. Allí la media de ingreso per cápita es 23.046 dólares al año, 6.000 menos que la media estadounidense y 8.500 menos que la de California. Por ello, aunque hay vivienda disponible, pocos en Stockton pueden pagarla.

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El ingreso básico es, así, una opción para compensar ese problema y propiciar un mayor acceso a vivienda digna a un precio asequible. Y también podría tener otros usos: según testimonios recogidos por The Atlantic, vecinos de Stockton comentan que si recibieran esos 500 dólares al mes lo dedicarían a pagar sus facturas cotidianas, a comprarse un automóvil o a ahorrarlo para abrir un negocio.

Algunos criticaran que mucho del dinero podría perderse en despilfarro y gastos superfluos, pero también puede ser un apoyo clave para abrir oportunidades a las personas y familias de bajos recursos.

El proyecto aún está en su etapa de planeación y no comenzaría a asignar los 500 dólares al mes sino hasta, cuando más temprano, agosto de 2018. No es claro todavía cuántas personas lo recibirán, aunque la matemática simple de dividir 1 millón de dólares entre 6.000 dólares al año indica un máximo de 166.66 beneficiarios, a lo que quizá haya que descontar ciertos costos de operación.

No será, así un esquema masivo pero sí de gran significado. Podría, de dar buen resultado, ser un ejemplo para nuevas y mayores iniciativas de filantropía y acción gubernamental para reducir la desigualdad y la pobreza con ideas diferentes.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro