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Una billetera, una piedra y los trajes de Willy Chirino, lo que no sabías de su vida y carrera

Bailar es una cosa muy seria para los latinos y para los miamenses. Por eso aquel que traiga alegría al cuerpo, tiene su eterno agradecimiento, lo elevan al estatus de estrella y le entregan su corazón. Willy Chirino es una de esas estrellas de Miami y de Cuba. Ahora el museo HistoryMiami inaugura, este viernes 27 de enero, una exposición dedicada a sus cinco décadas de carrera.

Su canción Ya viene llegando estremeció a la isla en los años 1990 al nivel de lo que consiguió más recientemente Patria y vida. Y en Miami no se ha dejado de bailar ni un segundo en los teatros, en las calles y en celebraciones privadas con temas como Soy, Oxígeno, Medias Negras, San Zarabanda, Soy Guajiro, Lo que está pa’ ti y Mister Don’t Touch the Banana. El DJ los pone y se calienta la fiesta. Hay que ver la cara de pícaros que ponen los bailadores cuando alertan: “Banana belong’ to Changó”.

Para probar ese estatus especial en el corazón del público están los premios que Chirino ha recibido en 50 años de carrera, que ahora se muestran en el museo HistoryMiami, junto a artículos de valor personal para el cantante como los trajes que él y Lissette Alvarez usaron el día de su boda; las fotos de su bautizo en su natal Pinar del Río, o la instantánea de un Willy adolescente con la banda de música que integró en los años 1960 con un grupo de chicos cubanos recién llegados como él, en los albores de un exilio que ninguno imaginó se prolongaría 64 años.

Lissette y Willy Chirino se han casado dos veces, la primera en una ceremonia privada, el 6 de abril de 1980. Lissette estaba embarazada de seis meses de Nicole, y la segunda, tres años después, en Las Vegas. En la exhibición de HistoryMiami se muestra el vestido de boda de Lissette.
Lissette y Willy Chirino se han casado dos veces, la primera en una ceremonia privada, el 6 de abril de 1980. Lissette estaba embarazada de seis meses de Nicole, y la segunda, tres años después, en Las Vegas. En la exhibición de HistoryMiami se muestra el vestido de boda de Lissette.

Pero más importante que los trofeos, son un recorte de periódico, una piedra y una billetera usada y con valor entrañable para Chirino. Estos objetos atestiguan la ocasión en que Chirino se convirtió en héroe al salvar la vida de dos personas.

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En marzo de 1976 pasó cerca de un canal en Hialeah y vio un auto hundiéndose. Hacía frío, pero sin pensarlo, sin quitarse la ropa, se lanzó a rescatar a los dos hombres atrapados. Trató de romper el cristal de la ventana empujando con los puños y los pies, pero no funcionó. Hasta que del grupo de personas que se fueron aglutinando alrededor del accidente le tiraron una piedra que sirvió a Chirino para vencer el cristal cuando el carro ya estaba de cabeza en el canal.

“Las dos personas ya se habían pasado para el asiento de atrás y estaban con una cara de desespero que no hay actor que pueda duplicar”, rememoró Chirino, sentado en una butaca del museo en el downtown de Miami, frente a una pared que da la bienvenida al salón donde se ve la piedra que los dos sobrevivientes, trabajadores de la Eastern Airlines, convirtieron en un premio.

“I owe my life to you”, dice el letrero en la piedra encerrada en un cristal, que incluye el nombre de las personas salvadas y el agradecimiento de su familia.

“Esa era la cartera que tenía mi padre cuando murió y en ella lo único que guardaba era un recorte de periódico donde salía la noticia”, explicó Chirino sobre la relación entre la billetera, la piedra y el recorte de periódico.

“Eso era lo que más le tocaba el corazón a él, que esa piedra hubiera existido, y que yo hubiera hecho lo que hice”, añadió Chirino, indicando que en un momento como ese, que tanto orgullo le produjo a su padre, “uno no se siente héroe, lo hace por instinto, sin pensarlo dos veces”.

Un llanto, una felicitación y una bandera para el “Balsero Mayor”

Chirino también fue héroe para los balseros cuando viajó a la Base Naval de Guantánamo a “rescatarlos” con su música, en 1994.

En ese éxodo, en el que más de 35,000 cubanos escaparon de la isla en embarcaciones frágiles, a veces en gomas de camión, o en tablas que no podían resistir las aguas bravas del estrecho de la Florida, sus canciones –que siempre hablan de libertad– estuvieron presentes como inspiración.

En la exposición, la foto de unos pedazos de madera así lo atestigua. “Felicidades, Chirino”, dicen las palabras escritas a la carrera en una balsa vacía, seguramente encontrada por la Guardia Costera norteamericana.

Se le ponen los pelos de punta a uno imaginando qué pasó con sus tripulantes.

A unos pasos, una bandera cubana firmada por los balseros en Guantánamo rodea los hombros del maniquí que exhibe la ropa que Willy usó para su concierto en la Base.

“Mientras estuve allí, que fue todo el día, desde por la mañana temprano hasta el anochecer, mantuve mi calma, saludando a todos. Pero cuando me monté en el avión [de regreso a Miami], el ataque de llanto fue violento”, dijo Chirino, contando que los balseros lo bautizaron “El Balsero Mayor”.

“Fue la primera vez que me enfrenté a un público netamente cubano, que no había experimentado vivir en otras circunstancias que no haya sido la dictadura”, dijo Chirino.

Willy Chirino cantó para los cubanos del éxodo de los balseros en la Base Naval de Guantánamo, en 1994.
Willy Chirino cantó para los cubanos del éxodo de los balseros en la Base Naval de Guantánamo, en 1994.

Su música estaba prohibida en Cuba y había oído muchas anécdotas de personas que fueron encarceladas, golpeadas, por escuchar sus canciones.

Su canción Nuestro día (ya viene llegando), como se llama el tema que forma parte del disco Oxígeno (1991), fue un himno para los balseros, y para los cubanos de Miami que se esperanzaron con un cambio en la isla después del fin de la Unión Soviética.

“Encontrarme allí con esta gente, que había experimentado lanzarse al mar, sin tener la certeza de llegar a tierras de libertad, fue muy hermoso”, reconoció Chirino, que añade otra anécdota sobre el día que Lissette y él acompañaron a José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate, en uno de los vuelos que hacía la organización para localizar balseros.

“De pronto, a lo lejos, vimos como a seis o siete personas en una balsa. Nos fuimos acercando, y el ataque que me dio al ver esa balsa, esa gente desesperada dentro de un mar infinito”, recordó con la voz quebrada, “y nosotros no podíamos hacer nada”.

Como no podían rescatarlos, los pilotos solían lanzar agua y alimentos y notificar a las autoridades para que los buscaran.

Willy Chirino recorrió emocionado la exposición ‘Willy Chirino: 50 Years of Music’, que se presenta en el museo HistoryMiami hasta el 10 de septiembre. Una bandera firmada por los balseros en la base de Guantánamo se exhibe junto a la ropa que Chirino usó para su concierto en 1994.
Willy Chirino recorrió emocionado la exposición ‘Willy Chirino: 50 Years of Music’, que se presenta en el museo HistoryMiami hasta el 10 de septiembre. Una bandera firmada por los balseros en la base de Guantánamo se exhibe junto a la ropa que Chirino usó para su concierto en 1994.

Dos películas y una batería

Chirino reconoce que es “un hombre de lágrima fácil”, como prueba al emocionarse contando en esta entrevista, que la exhibición contiene fotos de su niñez que ni siquiera había visto.

Fueron sus hermanas quienes las recopilaron y luego entregaron a Gonzalo Rodríguez, su mánager, pieza clave en la coordinación de Willy Chirino: 50 Years of Music con el museo HistoryMiami.

“Desde Cuba tenía obsesión con la música”, confesó Chirino, indicando que dos películas que vio en su pueblo de Consolación del Sur, en Pinar del Río –donde “había cine tres veces a la semana”– alimentaron su interés.

“La historia de Gene Krupa, el baterista que inventó el solo de drummer, que fue pionero en destacar la batería dentro de la orquesta de jazz”, explicó, “y la otra, la historia de Glenn Miller, que incorporó un clarinete a su sección de saxofones e hizo un sonido muy peculiar e extraordinario”.

Chirino es un conocedor profundo de la historia de la música. Bien sabida es su afición por los Beatles, a quienes dedicó su disco, My Beatles Heart (2011) y de ese proyecto se exhibe en la muestra la chaqueta al estilo “Sgt. Pepper” que usó para la portada del disco, y que le confeccionó un sastre haitiano muy avezado, que tiene su taller en Wynwood, contó.

‘Willy Chirino: 50 Years of Music’ incluye trajes que el cantante cubano usó en conciertos, cover de discos y ceremonias de premiación como el Grammy Latino.
‘Willy Chirino: 50 Years of Music’ incluye trajes que el cantante cubano usó en conciertos, cover de discos y ceremonias de premiación como el Grammy Latino.

Pero antes Krupa le dejó el gusto por la batería. Con unos calderos al revés y unos palos de perchero se construyó su propio instrumento, con el que imitaba a los bateristas que veía en televisión o escuchaba en la radio en Consolación del Sur, dijo Chirino, que salió de Cuba en agosto de 1961 por la Operación Pedro Pan, en la que 14,000 niños cubanos emigraron a Estados Unidos sin sus padres.

“Tenía el total convencimiento de que íbamos a estar seis meses, aprender un poco de inglés, y regresar a Cuba. Esa era la mentalidad de todos los que salimos en esa época, por eso se hizo menos doloroso”, apuntó Chirino, que entonces tenía 14 años y pasó un año antes que pudiera reunirse con sus padres.

Su historia no fue tan traumática como la de otros niños del éxodo de Pedro Pan, que fueron enviados a lugares lejanos, a veces a orfelinatos, señaló, poniendo como ejemplo el caso de su esposa Lissette, que fue enviada a Iowa.

“Yo me quedé en Miami, vivíamos en un hotel en Biscayne Boulevard. Eramos 87 niños, y monseñor Bryan Walsh vivía con nosotros”, recordó Chirino, que describe al artífice de Pedro Pan como “un héroe, muy entregado a sus niños”.

“Nos trataron muy bien, íbamos a la [escuela] La Salle y todos los meses nos compraban ropa en el Sears que estaba donde hoy está el Arsht Center. Todos los viernes nos daban $1.50 para gastos personales, que rendían muchísimo”, rememoró.

$75, un dineral para un teenager cubano

Los juegos con la batería le sirvieron a Chirino para conseguirse su primer gig. Un grupo de amigos de La Salle quería formar una banda de rock. Necesitaban un baterista, y Chirino afirmó que sabía tocar, aunque nunca se había parado frente a un instrumento de verdad. Su temeridad dio resultado y Chirino convenció al grupo para que tocaran una pieza que él conocía.

Wipe Out tenía un ‘solito’ que yo había practicado”, dijo Chirino, que en esa época se ganó el “Willy” de cariño con que hoy se le conoce. Hasta entonces sus allegados lo llaman Wifre –su nombre es Wifredo, como el pintor Wifredo Lam–, y fue uno de los amigos del grupo que empezó a decirle “Willy” y se quedó.

Con el grupo de La Salle también consiguió que lo vieran tocar y le ofrecieran grabar un tema sobre el Día de las Madres en La Fabulosa, una de las estaciones de radio pioneras del exilio.

Willy Chirino contó cómo surgió su pasión por la música en Cuba y la ‘bendición’ de contar con una carrera de 50 años en Estados Unidos, en la que ha podido ganarse la vida haciendo lo que le apasiona.
Willy Chirino contó cómo surgió su pasión por la música en Cuba y la ‘bendición’ de contar con una carrera de 50 años en Estados Unidos, en la que ha podido ganarse la vida haciendo lo que le apasiona.

Pero luego vino lo mejor, le hicieron una oferta para tocar en un club en Alton Road, en Miami Beach, por $75 a la semana, que era un dineral para un joven acabado de llegar de Cuba cuyos padres no hablaban inglés.

El trabajo de noche consumía casi todas sus energías. Se acostaba a las 3 o 4 de la mañana para luego levantarse temprano e ir a las clases de High School, pero no podía dejarlo. El dinero que ganaba se había hecho imprescindible para la supervivencia de su familia, dijo Chirino, que aprendió a tocar otros instrumentos para garantizar que siempre tendría trabajo.

Cinco décadas de disfrutar la música

El otro día alguien le dijo a Chirino que “seguro no habían sido fáciles” sus 50 años de carrera, pero para él, que profesionalmente siempre ha sido músico, es una bendición.

“La bendición más grande que puede tener un ser humano es vivir de lo que ama, por eso en el colegio me quedaba dormido y por la noche estaba disfrutando lo que hacía”, apuntó.

“Escribir canciones, tocar y recibir el cariño de la gente” por cinco décadas, es fácil, dice Chirino, que todavía espera “la musa” de noche, cuando no suenan los teléfonos y todo está tranquilo.

“Lissette y yo vivimos de noche. Todas mis canciones han sido escritas de noche”, reconoció.

Willy Chirino y Lissette en la Casa Blanca en el 2008, frente a una audiencia presidida por el entonces presidente George W. Bush. Chirino cantó su himno ‘Nuestro día ya viene llegando’.
Willy Chirino y Lissette en la Casa Blanca en el 2008, frente a una audiencia presidida por el entonces presidente George W. Bush. Chirino cantó su himno ‘Nuestro día ya viene llegando’.

Además de la inspiración, a sus 75 años Chirino conserva intacta la figura, al punto que todos los trajes que están en la muestra le sirven, menos la gabardina color crema que usó para su boda con Lissette, dijo al caminar la muestra con la prensa.

Natalia Crujeiras, directora ejecutiva de HistoryMiami Museum, resaltó la trayectoria musical de Chirino, “admirable en todo sentido”, y su significación para la comunidad como “un artista que ha logrado trascender países y generaciones”.

“Ha conectado con cubanos de la isla y de Miami brindándoles esperanza en su lucha por la libertad”, señaló Crujeiras, que compartió además la emoción que le mostró un chofer de Uber, un joven cubano, que la llevó a finales de octubre a la inauguración del mural dedicado a Chirino, en la Calle Ocho y la avenida 18.

“Eso prueba su capacidad de conexión con las generaciones que siguen llegando”, concluyó Crujeiras.

Willy Chirino: 50 Years of Music se inaugura el 27 de enero (ese día la entrada es gratis) y se extiende hasta el 10 de septiembre, en 101 W Flagler St. historymiami.org.