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¿Bonos, acciones, dólares o pesos?: las claves para invertir en un año de elecciones

Aunque no deberíamos esperar el comienzo de un año, para analizar o replantear nuestros objetivos, la realidad es que muchas veces nos suele suceder. Los balances son una de las razones. Qué funcionó, qué no, qué sorprendió y qué esperamos para este año, suelen ser una pregunta común en cada uno de nosotros. Pero metas a cumplir (viejas o nuevas) suelen obligarnos a ser prolijos en nuestra planificación financiera, y acá el primer paso es entender cuál es el contexto local e internacional que enfrentamos, y que lógicamente (como segundo paso) nos llevará a adecuar nuestras estrategias.

Inversiones 2023: ¿cómo se presenta el contexto internacional?

Empecemos, de hecho, por el plano internacional. No hay dudas que en el último año hemos vivido uno de los mayores ajustes en lo monetario de la historia. En consecuencia, como inversores la primera pregunta clave es si este accionar darán como resultado una recesión -y en especial, de que magnitud y extensa podrá ser esta-.

En ese sentido, debemos ser sinceros. La curva de rendimientos de los Bonos del Tesoro ya descuenta una recesión con 46,5% de probabilidad aproximadamente, y el temor bajo este dato está puesto en las expectativas de ganancias en las empresas.

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Si estas todavía no se ajustaron lo suficiente, el Equity no sería del todo conveniente. Esto no implica que existan excepciones, y acá podemos mencionar al sector energético y el industrial, para el cual el consenso prevé un crecimiento interanual de sus ganancias en torno al 63% y 38,5%, respectivamente.

En paralelo, la inflación parece haber hecho un pico, y de hecho, el dato de diciembre (5,1%) lo permitiría en parte validar. Puntualmente, el índice de precios se desaceleró respecto a noviembre, y el registro interanual finalmente perforó el 7% -al ubicarse en 6,5%, en línea con lo estimado-.

Ante la baja de la inflación, la FED decidió mantener las tasas en el mismo nivel.
Ante la baja de la inflación, la FED decidió mantener las tasas en el mismo nivel.

Ante la baja de la inflación, la FED decidió mantener las tasas en el mismo nivel.

En consecuencia, ¿por qué es un buen dato? Básicamente, porque si la inflación persiste en su tendencia bajista, la FED podría suavizar su tono hawkish, mitigando los riesgos de una recesión fuerte en Estados Unidos que hablamos al comienzo de la nota.

Sin ir mas lejos, y en este marco, el próximo evento a seguir de cerca será la reunión de la FED de principios de febrero. En donde, aunque falta digerir unos días este  último dato, el  mercado tiene la esperanza de que este número auspicioso incline la balanza hacia un incremento de sólo 25 puntos.

En conclusión, para aquellos conservadores (y producto de que la incertidumbre no se despejará de un día para otro), sugerimos una cartera con un 40 % en FCI exterior (que inviertan, principalmente,  en soberanos y  monedas), un 20% en FCI exterior de Bonos Corporativos (Investment Grade) de corto o mediano plazo, solo 10% en el CEDEAR de SPY para reducir la exposición a Equity y el restante 30% en CEDEARs High Dividends -priorizando acá los del segmento energético e industrial-. 

En tanto, si el perfil es un poco más agresivo, y pensando en el largo plazo, una alternativa podría ser sumar a nuestra cartera el Cedear de ETF que replica el desempeño del MSCI Emerging Markets Index (EEM) y posee acciones de capitalización grande y mediana de mercados emergentes, como Brasil y China, entre otros.

Y combinar esta exposición también con FCI de Bonos corporativos, también de buen riesgo de crédito. En concreto, una cartera con un 30% en el Cedear de ETFS EEM, 20% en FCI Exterior (Investment Grade), 40% en Cedear de ETFS SPY y el restante 10% en el Cedear de ETFS QQQ. No obstante, vale recordar que la volatilidad potencial podrá (con alta probabilidad) ser alta.

Dólares, inflación y elecciones: esto hay que tener en cuenta para invertir en Argentina

Ahora bien, en el segmento local nos encontramos con un panorama distinto. Y una de las tantas preguntas que pueden surgir es si llegó el momento de contemplar el trade electoral.

Con sus medidas, Massa parece estar logrando una leve desaceleración de la inflación
Con sus medidas, Massa parece estar logrando una leve desaceleración de la inflación

Con sus medidas, Massa parece estar logrando una leve desaceleración de la inflación. Aunque las elecciones puden influir.

La respuesta, no obstante, no es fácil. Si bien la historia y la reacción de los activos financieros en otros momentos nos pueden dar una guía (y hasta una sensación de optimismo), no hay que minimizar los desafíos que tiene la economía por delante -en particular, por el exceso de pesos que se ve venir próximamente-.

La eventual salida del CEPO, que ayudaría a compensar el mercado cambiario presenta un riesgo alto para la deuda en pesos y a sus tenedores. En una primera instancia, podríamos inclinarnos hacia una estrategia defensiva en instrumentos de moneda local, disminuyendo la exposición directa o indirecta a un posible golpe en esta clase de instrumentos.

En este marco, podrían sumarse posiciones en bonos soberanos y acciones y, en menor medida, deuda corporativa. Esto último dado que, a los precios actuales, es posible que el upside en estos títulos sea prácticamente nulo. Por otro lado, si hablamos de los dólares financieros, hay que entender que la mayor presión o no a observar dependerá en gran parte del resultado electoral.

En esta coyuntura, para un perfil conservador, recomendamos ser cautos con la exposición al riesgo local y privilegiar buenos créditos. Por ende, mantenemos dolarizadas un 90% de la cartera, dejando solo un 10% para títulos en pesos. Ahora bien, en concreto ese 90% mencionado, podría conformarse por un 80 % de Bonos Corporativos y Bonos Provinciales en USD (de buena calidad crediticia) y un 10% en Bonos Soberanos en dólares.

Por otro lado, si estamos dispuestos a asumir riesgos, podremos optar por instrumentos más volátiles, pero con un mayor upside potencial en caso de un escenario constructivo/optimista hacia adelante en este 2023. En este caso, la cartera se confeccionará con un 35% de Bonos Provinciales en dólares, 30% en Acciones y CEDEARs, 25% en Bonos Soberanos en dólares y el restante 10% en Bonos en pesos. De esta manera el porcentaje en dólares quedaría en el orden del 60%, versus el 90% del que hablábamos en el caso de un inversor conservador

En conclusión, podemos decir que 2023 promete ser un año interesante para el mercado y con muchas oportunidades para los que quieran asumir riesgos. Por ende, el primer punto es conocerse como inversor, para no quedar en una posición con la que uno no se sienta cómodo.