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Claves para convertir una idea en un éxito de negocios

De repente, llega el momento Eureka: nos invade una idea que nos resulta brillante, nos damos cuenta de que aparentemente a nadie se le había ocurrido antes y nos sentimos listos para transformarla en un negocio potencialmente multimillonario.

Pero los hechos demuestran que la idea sola no alcanza: Startup Genome, la principal consultora de investigación del mundo enfocada en emprendimientos innovadores, ofrece números letales: el 90% de las nuevas ideas falla por completo a la hora de ser implementadas.

¿Existe algún mecanismo para formar parte del 10% restante? Si bien es cierto que las recetas mágicas o las fórmulas infalibles no tienen lugar aquí, también hay una serie de pasos que no pueden obviarse si el objetivo es maximizar las probabilidades de éxito.

Entre el momento en que la idea se concibe y en que sale al mercado como una app, un producto, un servicio o una nueva manera de hacer las cosas dentro de una organización hay numerosas etapas intermedias.

Maximizar las chances de éxito

En primer lugar, el emprendedor debe tomar consciencia de que no siempre se trata de un proceso rápido o sencillo. A veces, las noticias y los posteos en redes sobre millonarias rondas de capital exitosas dan la falsa idea de una fácil accesibilidad. Pero la realidad marca que hasta alcanzar su máximo potencial, una idea puede estar madurando incluso durante años.

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Por eso, es importante que además de haber nacido de un momento de inspiración o de análisis del mercado, el emprendedor se sienta desafiado intelectualmente por su proyecto: esto le permitirá mantenerse motivado y no bajar los brazos ante una primera negativa.

Martina Massa, Comunicaciones Making Sense
Martina Massa, Comunicaciones Making Sense

Martina Massa, Marketing & Communications Manager de Making Sense

En ese sentido, el experto en la aplicación de nuevas tecnologías para escalar o desarrollar empresas Antony Brydon, sostuvo en la primera edición del podcast Beyond Alchemy (que puede escucharse en Más allá de la alquimia Podcast de makingsense.com), que la probabilidad de éxito se incrementa si el objetivo de la idea cumple con las tres ‘i’: interesante, importante, inminente".

Antes de que la idea se convierta en un negocio real habrá que atravesar al menos otras dos etapas.

La primera, conseguir los fondos o los recursos para cubrir el proceso de desarrollo. Aquí es clave saber explicar la idea: cuanto más sencilla sea, más fácil será convencer a terceros de su potencial.

Por eso, más allá de la documentación formal que haya que presentar, se recomienda el desarrollo de tres elementos: una "declaración de posicionamiento" (detalle de la idea en una o dos oraciones que incluyan la audiencia y el punto de dolor que se intenta resolver), la "descripción del producto" (en uno o dos párrafos) y una definición del modelo de negocios completo que pueda caber en una página.

Por último, la etapa de validación y las pruebas constituyen un paso crítico en el proceso. No alcanza con intuir que tenemos algo importante entre manos: necesitamos además atravesar un proceso iterativo y de refinamiento que nos garantice que estamos en la dirección correcta, que nuestro producto efectivamente resolverá una necesidad y que la herramienta que desarrollaremos será adoptada.

Intentar transformar una idea en un producto viable es un recorrido intenso, muchas veces frustrante, pero siempre emocionante. Si no damos nada por sobreentendido y estamos dispuestos a no bajar los brazos, nuestras chances de éxito mejoran significativamente.

*Martina Massa es Marketing & Communications Manager de Making Sense.