Cómo sanear nuestras cuentas para hacer más asequible la ‘cuesta de enero’

Ahorrar es posible. Sí, también para ti. Y en enero, con su maldita cuesta, no es solo un deseo: es una obligación. Los excesos en gastos navideños y las rebajas, que dan el golpe de gracia, dejan las carteras tiritando.

Pero que no cunda el pánico: hay soluciones. Basta con cambiar una serie de hábitos y costumbres cotidianas haciendo buenas elecciones en el día a día. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrece una serie de acciones con las que, al cabo de un año, el bolsillo puede notar un ahorro de entre 2.500 o 3.000 euros. O incluso más, si te empleas a fondo.

Lo primero es reducir la inversión en planes de ocio, en bares y restaurantes y en la compra de productos textiles. Realmente es bastante fácil. Al fin y al cabo, lo normal es que todavía estés un poco saturado de reuniones sociales con familia y amigos y de comilonas. También es muy probable que los Reyes Magos ya hayan renovado tu armario, con tanta ropa que te dé para sobrevivir a una era glacial. Así que, hasta primavera, deberías olvidarte de pisar tiendas de moda.

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Otro paso importante es revisar los contratos de gas, luz, teléfono, internet y los seguros. Lo mejor es echar un vistazo a cualquiera de las webs que comparan compañías y precios; seguramente encontrarán tarifas más competitivas que la tuya. El cambio de compañía o la renegociación de tu congtrato puede llevar un poco de tiempo, pero generará un pequeño ahorro que a lo largo de un año supondrá un pico.

A la hora de hacer la compra, lo ideal es empezar a hacerlo diariamente. Una de las principales desventajas de hacer grandes aprovisionamientos es la tentación de adquirir cosas extra y gastar más de lo debido. También hay que evitar que las cosas caduquen. Estar atentos a los productos que hay en el frigorífico o despensa y priorizar su consumo. Elegir bien es fundamental. Los consumidores pueden ahorrar una media de 947 euros al año en la cesta de la compra, según compren en el supermercado más caro o en el más barato de la ciudad. Además, diversificar la compra eligiendo los productos más baratos en diferentes tiendas o mercados incrementa más todavía esa cifra. En determinados productos muy poco perecederos y que consumas a menudo puede ser buena idea comprar en mayor cantidad, si están en oferta.

Vender los regalos navideños no deseados es una tendencia bautizada con el término anglosajón re-gifting que cada vez gana más adeptos en España, según la cadena de compraventa de objetos de segunda mano Cash Converters. Si te ves muy apurado y no te queda más que calderilla en tu cartera, desde luego una buena solución es vender esa tablet que te ha traído Papa Noel y que, aunque te hizo mucha ilusión, sabes que no vas a usar más de diez veces al año. O ese jarrón chino horrible que te regaló tu suegra. Es tu momento para deshacerte de él. No hay mal que por bien no venga. ¡Qué mejor excusa!

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