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El crimen impune de "Poli" Armentano: cómo fueron las últimas horas del rey de la noche porteña en los 90

Contratos millonarios, amistades con famosos y políticos poderosos, deudas y el miedo a un trágico final. Todo eso se combinaba en la acelerada vida de Leopoldo "Poli" Armentano, el empresario que con sólo 37 años ocupó el trono del Rey de la Noche porteña y fue asesinado de un tiro en la cabeza. Y, a 29 años del crimen, no hay culpables.

La lista de imputados incluyó a Guillermo Coppola, representante histórico de Diego Armando Maradona y amigo íntimo de Armentano. Fue con él y con Ramón Hernández, secretario privado del entonces presidente Carlos Saúl Menem, que "Poli" compartió su última cena.

Las hipótesis incluyeron conflictos amorosos, disputas por la venta de droga en sus boliches y hasta la presunta venganza de un narcotraficante al que Armentano le debía plata.

Sin embargo, tras pasar por decenas de jueces, el expediente se archivó. Nunca se sabrá quién mató al hombre que conocía los secretos del jet set.

"Poli" Armentano, el Rey de la Noche porteña

El desembarco de Armentano en las ligas mayores del negocio nocturno fue a finales de los ‘80, con "Trumps", el boliche que manejó durante cinco años. Allí forjó los contactos que le permitieron seducir inversores para inaugurar "El Cielo", la discoteca que rápidamente se convirtió en la nueva meca para ricos y famosos.

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Ubicado en Costanera, el reservado de "El Cielo" era el lugar buscado por todo aquel que aspirara a ser considerado VIP. Las revistas más importantes contaban quiénes tenían acceso a ese pequeño olimpo de la farándula. Nadie se lo quería perder.

Zulemita Menem era habitué del El Cielo, el boliche VIP de "Poli" Armentano

Algunos morían por una foto y otros preferían menos exposición. Pero todos reclamaban su lugar. Amigos de "Poli" que había tenido enfrentamientos con Carlos Menem Junior, hijo del ex presidente, a quien no le gustaba que lo hicieran esperar en la puerta para ingresar. Su hermana Zulemita también decía presente.

Armentano disfrutaba del éxito. "A la mañana tuve las fotos de los personajes del año de la revista Gente y a la tarde firmé un contrato de sponsorización de Brahma. ¿Te das cuenta? Un palo verde. Y esto es sólo el inicio", le contaba a su psicólogo, Roberto Ábalos, durante una sesión.

El diálogo fue reconstruido por el propio analista en el manuscrito de un libro que nunca fue publicado y quedó archivado dentro de expediente que investigó el crimen.

En ese mismo texto, revelado por Clarín en 2021, Ábalos también relata el otro costado del empresario que arrasaba con todo: los miedos a que le plantaran droga en su auto para perjudicarlo, el temor a haberse contagiado SIDA durante un viaje y los sueños de una tranquila vida en familia que distaban mucho de su realidad.

El éxito, pasadizo directo al poder

La amistad entre Armentano y Coppola comenzó a forjarse en "Trumps". El representante de Maradona era cliente frecuente del boliche y un atractivo para cualquiera que buscara que su negocio se llenara de famosos. Lo acompañaban futbolistas, modelos, actrices y políticos.

Ese vínculo le permitió a "Poli" extender su red de contactos, llegando hasta importantes lugares de poder. Eso explica que la noche del 19 de abril de 1994, horas antes de que lo mataran, cenara en el restaurante Mirasol junto a Coppola, Ramón Hernández, un ex suboficial de la Policía de la Rioja que se convirtió el secretario privado de Menem, y Guillermo Armentano, jefe de la custodia presidencial.

Un sicario le disparó a quemarropa a "Poli" Armentano, quien murió dos días después en el Hospital Fernández.

Un mozo declaró que le pareció ver que los comensales discutían, aunque no pudo identificar qué estaban diciendo.

Armentano se fue cerca de las 2 de la madrugada del 20 de abril rumbo a "Trumps" junto a Coppola y dos horas más tardes emprendió la vuelta a su casa. Dejó estacionado su auto BMW en una cochera del Automóvil Club Argentino (ACA) y camino los cien metros que lo separaban de su departamento, ubicado en Demaría 4719, en Palermo.

Unos pasos antes de llegar al edificio, fue sorprendido por un sicario que le disparó a quemarropa. No le robaron nada. El empresario llegó como pudo hasta la puerta de su departamento, donde cayó desplomado. El balazo le había impacto en la cabeza.

Murió dos días después en el Hospital Fernández, sin poder revelar si había visto la cara del asesino.

Un juez polémico y las sospechas sobre Coppola

La causa cayó en manos de Franscisco Trovato, un juez con alto perfil mediático. El caso le permitió ser entrevistado por revistas para las que posó en su lujosa casa y hasta fue fotografiado bailando con la vedette Silvia Suller.

El magistrado imputó a Coppola, quien declaró en tribunales durante largas horas y desmintió al encargado del edificio de "Poli". El testigo había asegurado que el representante retiró cosas del departamento de la víctima antes de que llegaran los investigadores.

La causa por el crimen cayó en manos de Franscisco Trovato, un juez con alto perfil mediático

Las sospechas en torno al representante de Maradona fueron alimentadas incluso por la familia de Armentano. "Guillermo es un pulpo que no me puedo sacar de encima. A toda costa quiere que le de puntos en ‘El Cielo’ y yo no quiero. Si ahora que no tiene nada siempre mete la cuchara, si tuviera algo no lo podría frenar", habría reconocido "Poli" durante un diálogo con Blanca, su mamá, según contó la mujer tras el asesinato.

La charla, aseguró Blanca, daba a entender que las diferencias estaban marcadas por la venta de drogas en los boliches: "No te preocupes mamá, no es nada que no pueda resolver. Tenemos ideas muy distintas de cómo llevar los negocios. Vos sabés que yo nunca ganaría un peso con algo que tarde o temprano llegaría a mi sobrino, que es lo que yo más quiero".

Esa hipótesis, repetida tiempo después por la hermana de la víctima, sostiene que la discusión en la última cena podría estar vinculada a la expansión que tenía planeada Armentano, con un nuevo boliche en la Costanera que prometía revolucionar la noche porteña.

Coppola desmintió que hubiera existido una pelea durante esa comida, negó vínculos con la venta de drogas y aseguró que Trovato utilizó su nombre para salir en las revistas.

Dos años después del asesinato, en medio de acusaciones de corrupción, el juez fue destituido y condenado por beneficiar a una empresa constructora a la que debía investigar. La coima fue un imponente vestidor de 19.000 dólares.

Otras pistas del crimen: deudas, traiciones y la venganzas

Entre los apuntados por el crimen también figuraron Daniel Bellini, dueño del boliche Pinar de Rocha y luego fue condenado por matar a su novia, y Gustavo Leanis, socio junto a Armentano en la fallida apertura del restaurante Amapola.

La amistad entre Armentano y Coppola comenzó a forjarse en el boliche "Trumps"

Leanis fue detenido en Inglaterra por narcotráfico y desde allí reclamaba un dinero adeudado. Envío cartas y emisarios pero no obtuvo respuestas. "¿Cómo sé que realmente es él quien me está pidiendo la guita?", se justificaba "Poli".

Amigos de Armentano sostuvieron que Leanis, cansado de no tener respuestas y enojado por una supuesta traición del empresario, había mandado a "apretar" a su socio. A los encargados de esa tarea se les había ido la mano.

La versión fue aportada por un informante de la Policía Federal identificado como "Pilu", quien aseguró que escuchó a dos conocidos suyos confesar que iban a matar a Armentano. "Lo vamos a mandar al Cielo y lo vamos a festejar a Trumps", fue la frase que recreó.

Con esa información fueron detenidos Walter Melián y Adrián Araujo, dos ex agentes penitenciarios de Córdoba. Ambos fueron procesados, pero finalmente recibieron la falta de mérito.

La causa naufragó durante años por los despachos de al menos 20 jueces que subrogaron el juzgado de Trovato tras su destitución. La última que tuvo en sus manos el expediente fue Mirta López, quien en mayo de 2008 sobreseyó a todos los imputados y ordenó el archivo de la causa.

Una búsqueda desesperada que lo acercó al trágico final

"Estoy tratando de agrandarme con una opción nueva, dar paso a pasito, porque a mí nunca nadie me regaló nada. Va a ser una explosión muy grande en la noche de Buenos Aires cuando lo dé a conocer. Creo que va a ser antes y después de esto", explicaba Armentano días antes de su muerte, en una entrevista televisiva.

La última obsesión de Poli Armentano era manejar las tres discotecas más importantes de la costanera

Quienes trataron con él esos días contaron que su última obsesión era manejar las tres discotecas más importantes de la costanera. Quería que nadie le pudiera disputar el trono que tanto le había costado conseguir, aunque sospechaba que en ese camino podía estar cosechando enemigos.

"Me asusta que por envidia me quieran complicar en algo feo, para joderme", le había confesado a su analista en la última sesión.

Pensaba que podían plantarle droga en su auto para acusarlo de narcotráfico. Nunca imaginó que el ataque sería un balazo mortal.

"Yo quiero despedirlo como siempre fue. Hoy logró que todo el mundo hablara de él. Ser tapa de revista, que lo proclamaran rey y que va al camino de todos los días que es El Cielo", resumió Coppola durante el entierro, parado en la puerta de la bóveda familiar, con anteojos negros, ante el llanto de familiares y amigos.