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Depreciación enmascara vulnerabilidad del superpeso

Alejandro Werner, director fundador del Instituto para las Américas en la George Washington University. Foto: Especial

La depreciación del peso frente al dólar “enmascara” una tendencia más amplia que involucra el debilitamiento de la economía mexicana, así como el reconocimiento de vulnerabilidades advirtió Alejandro Werner, director fundador del Instituto para las Américas en la George Washington University.

El peso mexicano había sido, hasta antes del 2 de junio, la moneda de los mercados emergentes que más se había fortalecido desde la pandemia de Covid-19, lo que generó un amplio debate entre economistas sobre su sostenibilidad.

En un análisis, divulgado por el think tank estadounidense, Peterson Institute for International Economics, sostuvieron que desde su nivel más débil durante la pandemia, el peso mexicano se había apreciado aproximadamente 30% en términos nominales.

“La gran apreciación del peso se había convertido en un factor de vulnerabilidad para la balanza de pagos”.

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De acuerdo con el análisis, titulado “Remesas y política monetaria restrictiva han ayudado a mantener fuerte al peso mexicano”, el déficit de cuenta corriente alcanzado en los últimos tres años, que ha rondado 1% del PIB,  es una métrica inferior a la trayectoria sostenible de una economía como México, que tradicionalmente arroja déficits de 1.6 puntos del Producto.

Estrategas del think tanks Saver, ya habían advertido que este tamaño de déficit en cuenta corriente se habían convertido en la foto de un momento en el tiempo que estaba sostenida en factores de una sola vez, como es la fortaleza del peso.

En el análisis, Werner cita al ex economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Robin Brooks, para advertir que el peso fuerte había generado un gran deterioro en la cuenta corriente subyacente.

Y citando de nuevo a Brooks, que también fue economista y estratega en Goldman Sachs, Werner admitió que “el peso es muy vulnerable si agregamos al contexto la posibilidad de que gane Donald Trump las elecciones (en Estados Unidos) en noviembre”.

Superpeso y restricción monetaria

Según el análisis de Werner, que contó con las observaciones de dos ex consejeros económicos del FMI, Olivier Blanchard y Maurice Obstfeld, “la fortaleza del peso refleja el aumento de las remesas, el efecto del muy amplio diferencial de la tasa de interés de política monetaria frente a la tasa de fondos federales, la gran cantidad de reservas internacionales mantenidas por Banco de México, un nivel históricamente bajo del riesgo país y las expectativas de que el nearshoring favorecerá al país”.

Por tanto, “la fortaleza del peso es también consecuencia de remesas y de una política monetaria muy restrictiva”.

El diferencial de tasas que guarda México con Estados Unidos es el más alto en la historia, de 550 puntos.

Restricción y su impacto económico

Comentó que desde el sector real se pueden distinguir algunas señales de que la combinación de tasas de interés muy altas y una moneda fuerte está frenando el crecimiento.

Esto lo explicó apoyándose en el hecho de que México se ha recuperado más lentamente que otras economías latinoamericanas tras la pandemia.

Entonces, consideró que tanto el empleo como la producción en México podrían beneficiarse de una moneda más débil.

Werner, quien fuera también responsable de dirigir el Departamento del Hemisferio Occidental, en el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre el 2013 y el 2021, reconoció que la fortaleza del peso tiene un importante sustento en el flujo de remesas.

De hecho, explicó que desde el 2016, las transferencias en dólares que envían los trabajadores desplazados desde Estados Unidos hacia México, se han incrementado en una proporción de 3% del PIB.

Este flujo consistente de dólares en forma de remesas también se ha vuelto un factor de vulnerabilidad para la cuenta corriente, suponiendo cambios en el dinamismo de estas transferencias.

A medida que nos acercamos a la segunda mitad del año, “algunos de estos factores están comenzando a cambiar o a ser cuestionados por los participantes del mercado de capitales, lo que lleva a un debilitamiento del peso”, insistió.

yolanda.morales@eleconomista.mx