Los desaparecidos de la primera guerra en Nagorno Karabaj, herida sin cerrar

Edilli (Azerbaiyán), 5 oct (EFE)- El hallazgo reciente de tres fosas comunes en la localidad azerbaiyana de Edilli, recuperada por Bakú en 2020, es un paso más en el largo proceso del esclarecimiento del destino de los desaparecidos de la primera guerra en Nagorno Karabaj que busca cerrar una herida abierta hace tres décadas.

La jefa del departamento de medicina forense del Ministerio de Sanidad azerbaiyano, Nurana Guséinova, explicó a Efe durante un viaje al Karabaj organizado por el Ministerio de Exteriores de Azerbaiyán para medios internacionales que en las tres fosas fueron hallados al menos 18 cadáveres, presuntamente militares.

"Esto se evidencia por los fragmentos descubiertos de ropa, zapatos, insignias de cinturones de soldados", explicó la analista, según la cual las tumbas fueron halladas durante excavaciones llevadas a cabo entre el 14 y el 28 de septiembre apenas a un kilómetro de Edilli.

La localidad estuvo casi tres décadas en la llamada "zona de contención" controlada por Armenia tras ganar la primera guerra de Nagorno Karabaj en la década de 1990, y recuperada por Azerbaiyán en 2020 tras 40 días de combates.

Todavía quedan por definir las circunstancias de la muerte de estos soldados, señaló Guséinova, al barajar las posibilidades de que fueran fusilados junto a la fosa, o asesinados en otro lugar.

"Tendremos una idea más clara sobre el destino de estas personas tras el peritaje", indicó, al señalar que en febrero de este año fueron hallados también los restos de siete personas, presuntamente civiles, cuyo proceso de identificación aún no ha concluido.

IDENTIFICAR A LOS DESAPARECIDOS, UN TEMA HUMANITARIO

Durante la primera guerra de Nagorno Karabaj entre Azerbaiyán y Armenia desaparecieron más de 4.500 personas, entre las cuales había cerca de 4.000 azeríes y unos 500 armenios, comentó a Efe el defensor de derechos humanos azerbaiyano Rasul Jafárov.

"En el marco de la solución definitiva del conflicto entre Azerbaiyán y Armenia deben ser definidos también los mecanismos para solucionar los temas humanitarios, incluyendo el establecimiento del destino de los desaparecidos", indicó.

Según el activista, que dirige el Club de Derechos Humanos de Bakú, "muchas de las personas que han perdido la esperanza de ver alguna vez vivos a sus familiares sueñan con al menos hallar sus tumbas y despedirlos con honores".

APOYO DE LA CRUZ ROJA INTERNACIONAL

La búsqueda cuenta con el apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que desde 1992 atiende los problemas humanitarios generados por el conflicto azerbaiyano-armenio, explicó a Efe la jefa de relaciones públicas de la representación del CICR en Bakú, Ilaha Guséinova.

"Las oficinas (de la Cruz Roja) de Bakú y Bardá registraron 3.800 desparecidos" del total de 4.500, señaló, al destacar que en Ereván y Jankendi (nombre azerbaiyano de Stepanakert, capital de Nagorno Karabaj) existen oficinas del CICR que llevan a cabo el mismo trabajo con los desaparecidos armenios.

Guséinova explicó que se recopiló una información detallada sobre los desaparecidos, desde el momento en que fueron vistos por última vez hasta la recopilación de materiales biológicos de más de 10.000 familiares, que permitirá a los expertos identificar las muestras genéticas.

"Esto significa que durante una exhumación futura de restos humanos contaremos con información para su identificación", aseguró.

BÚSQUEDA DE DESAPARECIDOS, UN TRABAJO ARDUO

Es un trabajo arduo, basado en los testimonios de prisioneros de guerra y rehenes azerbaiyanos que lograron retornar tras la primera guerra de Nagorno Karabaj, explicó a Efe un representante de la comisión estatal de prisioneros de guerra y desaparecidos de Azerbaiyán, Namik Eféndiyev.

"En base a declaraciones de testigos y otras informaciones se estableció que los prisioneros y rehenes eran trasladados a Edilli de los territorios circundantes. Aquí había un punto de distribución desde el cual los enviaban después a otras partes de Nagorno Karabaj y Armenia", explicó.

Según Eféndiyev, los armenios obligaban a los prisioneros de guerra que quedaban en la localidad a trabajar en la reparación de carreteras con adoquines extraídos de casas azerbaiyanas destruidas durante el conflicto.

El conflicto entre Azerbaiyán y Armenia comenzó en 1988 cuando el enclave de Nagorno Karabaj, en territorio azerbaiyano, y poblado en su mayoría por armenios, se levantó para pedir su incorporación a Armenia.

Las tensiones desembocaron en una cruenta guerra que, entre 1992 y 1994, provocó la muerte de más de 30.000 personas y se saldó con la victoria armenia.

Farid Gajramánov

(c) Agencia EFE