Anuncios
U.S. markets closed
  • S&P 500

    5,099.96
    +51.54 (+1.02%)
     
  • Dow Jones

    38,239.66
    +153.86 (+0.40%)
     
  • Nasdaq

    15,927.90
    +316.14 (+2.03%)
     
  • Russell 2000

    2,002.00
    +20.88 (+1.05%)
     
  • Petróleo

    83.66
    +0.09 (+0.11%)
     
  • Oro

    2,349.60
    +7.10 (+0.30%)
     
  • Plata

    27.23
    -0.13 (-0.47%)
     
  • dólar/euro

    1.0699
    -0.0034 (-0.32%)
     
  • Bono a 10 años

    4.6690
    -0.0370 (-0.79%)
     
  • dólar/libra

    1.2494
    -0.0017 (-0.13%)
     
  • yen/dólar

    158.2960
    +2.7160 (+1.75%)
     
  • Bitcoin USD

    62,671.24
    -1,300.38 (-2.03%)
     
  • CMC Crypto 200

    1,316.15
    -80.38 (-5.76%)
     
  • FTSE 100

    8,139.83
    +60.97 (+0.75%)
     
  • Nikkei 225

    37,934.76
    +306.28 (+0.81%)
     

El infierno que vivieron los trabajadores afroamericanos de una planta de General Motors

Los empleados de raza negra de una planta de General Motors (GM) en el corazón de Ohio tuvieron que soportar una avalancha de expresiones racistas, verbales o escritas, así como desaires y amenazas. No ocurrió hace años, sino en el apenas concluido 2018.

Hasta hubo uno a quien le colocaron una soga en forma de horca en su puesto de trabajo en la planta Powertrain en Toledo para que se acobardara y abandonara la empresa.

Ahora, ocho trabajadores de la planta han presentado una demanda contra General Motors, con el argumento de que los responsables de la fábrica, como relata un reporte de CNN, hicieron poco o nada por detener el racismo.

Uno de los demandantes es Marcus Boyd, quien trabajaba como supervisor, pero con el agravante del color de su piel, lo que empeoraba la relación con sus subordinados, desde la manera en que muchos lo miraban, hasta como se expresaron a espaldas suyas.

PUBLICIDAD

De acuerdo con su relato, varios de los empleados a su cargo no siguieron sus órdenes y, cuando él se alejaba, uno de ellos usó un epíteto racial que en Estados Unidos tiene gravísimas connotaciones racistas.

Empleado de una planta de GM en Toledo, Ohio, en 2011. (AP Photo/Rick Osentoski)
Empleado de una planta de GM en Toledo, Ohio, en 2011. (AP Photo/Rick Osentoski)

Cuando les reportó el incidente a sus superiores, dice Boyd que le dijeron: “Agradece que estás aquí. Ahora lidia con eso”.

“Antes, te habrían enterrado con una pala”, le recordó otro de quienes dirigían la planta.

Como era el único supervisor de piel negra en la instalación, el trabajo se hizo cada vez más difícil con cientos de trabajadores. Hasta que él mismo entendió que los implicados usaban códigos para llamarlo. Le decían “Dan”, que es un acrónimo de “negro idiota”, según sus siglas en inglés.

En otro momento, cuenta CNN, una mujer blanca que había sido vista caminando con él descubrió que en la caja de su pizza habían escrito la frase “amante de negros”.

Cuando esta agresión llegó a oídos de los responsables de la fábrica donde se fabrican componentes para varios vehículos Chevrolet, Buick, GMC y Cadillac, estos le dijeron a Boyd y su amiga que lo manejaran ellos solos.

La imagen de la horca que un trabajador negro encontró en la factoría de GM. Fuente de la imagen: captura de pantalla de un video de la cadena <span>WXYZ-Detroit</span>.
La imagen de la horca que un trabajador negro encontró en la factoría de GM. Fuente de la imagen: captura de pantalla de un video de la cadena WXYZ-Detroit.

En un incidente mucho más grave, un miembro de su equipo levantó una pesada pieza y hizo como si se la fuera a lanzar. Tras denunciar la agresión, el empleado fue castigado con el retiro de un día de salario.

“Tienen gente de alto rango y altos cargos sindicales que trabajan juntos para proteger a los empleados… que son blancos”, lamentó Boyd.

A este hombre solo le quedaba suplicarle a Dios que lo protegiera.

“Solía tener que orar -reconoce ahora-. Literalmente: ‘Señor, protégeme’”.

“Fue como estar en guerra”, agregó.

Para él y para otro colega negro, Derrick Brooks, quien había sido infante de marina, resultó una prueba difícil. Cada vez que los dos se reencontraban o se llamaban al celular, se decían “Tengo tus seis”, que como se expresan entre sí los soldados para hacerle saber al otro que le están cuidando la espalda.

Una horca en la factoría

Todo empeoró cuando Brooks encontró una soga en forma de horca pendiendo del techo de su área de trabajo. Estaba claro, querían intimidarlo.

Esta horca y las otras tantas que se colgaron en la planta fueron reportadas a las altas instancias de la General Motors. Pero no hubo ninguna respuesta contundente.

Por ello Boyd y sus otros ocho colegas negros llevaron a juicio a la compañía por permitir una “atmósfera subyacente de odio racial violento e intimidación”.

GM no quiso responder a las preguntas de CNN, aunque hizo público un comunicado.

“Todos los días se espera que todos en General Motors mantengan una serie de valores que son parte integral del tejido de nuestra cultura -se lee en el documento. La discriminación y el acoso no son aceptables y [están] en marcado contraste con la forma en que esperamos que las personas se presenten en el trabajo”.

“La gente del sindicato protege a los empleados sin importar raza, o etnia”, dijo Dennis Earl, presidente del sindicato local.

Imagen de la entrada a la factoría de GM en la que han ocurrido los sucesos. Foto: <span>WEWS-Cleveland</span>
Imagen de la entrada a la factoría de GM en la que han ocurrido los sucesos. Foto: WEWS-Cleveland

Para Earl, que es blanco y lleva 34 años en la planta, “no se trata de afirmaciones motivadas por motivos raciales”. El líder sindical obviamente no deseó tener en cuenta a los trabajadores blancos que suelen portar camisetas con símbolos nazis debajo de sus overoles.

Tanto Brooks como Boyd optaron por pedir la baja de la compañía; ambos estudian, se superan y trabajan en otros sectores. Pero todavía no creen que a estas alturas de la historia siga vigente el racismo, y mucho menos en General Motors, una de las compañías más antiguas de Estados Unidos, con peso vital en la economía de Estados Unidos.

Ahora esperan que el tribunal dicte los procedimientos y las políticas para abordar este tipo de incidentes de acoso racial, y que dé paso los compense por el estrés sufrido.

Mientras, General Motors asegura que varios empleados han sido despedidos tras un control antidiscriminación y antiacoso, y que ha contratado a un experto en caligrafía para analizar los grafitis.

Del autor de las horcas colgadas en la planta, no se ha tenido noticia. Ni siquiera se conoce su identidad.

Artículos relacionados que te pueden interesar:

¿Los niños de hoy son menos racistas que sus abuelos? Una investigadora ofrece singulares respuestas

Demanda a su jefe por hacerla trabajar los domingo y gana 21 millones de dólares