Fondos de tus reuniones en Zoom: trucos para proyectar una mejor imagen (y lo que nunca debes hacer)
La pandemia de COVID-19 ha transformado por completo las interacciones sociales y profesionales, trasladándolas de las salas de conferencias a plataformas de videoconferencia como Zoom o Microsoft Teams. Un cambio cultural que parece que llegó para quedarse y por cuestiones evidentes: no son necesarias salas para llevar a cabo una reunión ni tampoco habrá excusas para saltárselas. Ahora bien, ¿tenemos bien controlado el escenario y la imagen que proyectamos en esas reuniones virtuales?
Investigaciones recientes de la Universidad de Durham en el Reino Unido, y corroboradas por otros estudios, muestran que el fondo que elegimos en nuestras videoconferencias afecta de forma significativa las primeras impresiones que generamos. Este fenómeno ofrece una ventana hacia la psicología de la percepción humana en entornos digitales, impactando desde procesos de selección laboral hasta decisiones judiciales.
Y no restes importancia a este asunto, puesto que la primera impresión puntúa, y mucho. La plataforma Zoom destaca en su blog que un estudio ha revelado que basta con una décima de segundo para que el interlocutor se haga una idea de la persona que tiene enfrente. ¿Cómo es esto posible? La retina humana capta de forma instantánea lo que tiene delante y el cerebro se encarga de dibujar un patrón comprensible. Dicho de otra manera, se nos etiqueta en tiempo récord: “sucio”, “desordenado”, “informal”, o, por el contrario, “profesional”, “eficaz”…
Ya sabes, todo esto se mueve en segundo plano.
Detrás del Fondo
La investigación sugiere que los fondos de las videollamadas están cobrando la importancia que en otro tiempo tenía la vestimenta formal en reuniones presenciales.
Según la misma, estanterías con libros o plantas hacen que una persona sea percibida como más confiable y competente. En contrapartida, fondos desordenados, borrosos o demasiado peculiares pueden generar desconfianza.
En la escala de valores, las plantas, se sitúan en primera posición como añadido al fondo: al conectarnos con la naturaleza, transmiten serenidad y confianza; los libros, por su parte, se asocian culturalmente con inteligencia y cultura. Este fenómeno se conoce como “efecto halo”, donde la presencia de ciertos elementos positivos lleva a una valoración global también positiva.
Por otro lado, mostrar partes de la vivienda en un contexto laboral ha sido calificado como "poco profesional" en los estudios. Esto se refuerza con la percepción negativa que genera el hecho de tener un dormitorio como fondo durante la videollamada. Olvida lo de llevarte el portátil a la cocina y menos pasearte con él por la casa mientras celebras una reunión.
Más allá del fondo: la importancia del lenguaje no verbal
El estudio también señala que las expresiones faciales tienen un peso significativo en cómo somos percibidos. Sonreír durante una videollamada incrementa la percepción de confianza y competencia. Además, de forma quizás sorprendente, las mujeres tienden a ser vistas como más fiables y competentes independientemente del fondo utilizado.
Estos hallazgos tienen implicancias que van más allá del simple acto de elegir un fondo para una videollamada. Afectan la toma de decisiones en entornos profesionales y está llegando también a los juzgados, donde cada vez las videoconferencias son más comunes. Se espera que el 75 % de las reuniones empresariales se realizarán vía videoconferencia en 2024, lo que subraya la importancia de este fenómeno.
Elegir el fondo adecuado en una videollamada puede ser tan crucial como la elección de la vestimenta en una entrevista de trabajo presencial. Con el auge de las tecnologías de comunicación digital, comprender los matices psicológicos detrás de nuestras elecciones visuales se vuelve esencial para navegar con éxito en la nueva normalidad.
El informe "Why are first impressions important? Top 5 breakdown", elaborado por Jennifer Clark, subraya la trascendencia crítica de las primeras impresiones en la configuración de la relación entre un cliente y una marca. El documento expone que la inicial interacción con una marca no solo actúa como un barómetro para futuras relaciones, sino que también tiene un efecto multiplicador en términos de promoción boca a boca. De hecho, si la empresa logra causar una primera impresión positiva, se establece una alta probabilidad —del 72 %— de que el cliente se convierta en un promotor de la marca, recomendándola a seis o más personas. Asimismo, ese primer contacto exitoso sienta las bases para una lealtad sostenible. Sin embargo, si el inicio es desfavorable, el esfuerzo requerido para rectificar esa imagen negativa es considerablemente mayor.
Además, Clark explora fenómenos psicológicos asociados a las primeras impresiones, como el "efecto halo". Este sesgo cognitivo permite que una única característica positiva actúe como catalizador para que los individuos formulen juicios globales beneficiosos sobre la marca. Pero la autora también advierte sobre su antónimo, el "error de atribución fundamental", que lleva a las personas a hacer inferencias negativas basadas en experiencias aisladas. Por ejemplo, un tiempo de espera excesivo podría llevar al cliente a deducir que la empresa no valora la atención al cliente. En resumen, el estudio no solo confirma que las primeras impresiones ejercen un rol significativo, sino que también penetran profundamente en la psique del cliente, moldeando su percepción global de la marca.
En resumen, para proyectar una imagen de persona fiable y competencia en una videoconferencia, es recomendable optar por fondos que incluyan elementos como libros o plantas y mantener una actitud positiva durante la videollamada.