Fuga de honestidad: El fenómeno que afecta la productividad donde reinan los tramposos

La fuga de cerebros ha sido desde hace décadas una calamidad para las regiones deprimidas pero ahora los investigadores también le están poniendo atención a la llamada "fuga de honestidad".

Comprendo que una persona honesta desee migrar a un lugar en el que se respete el orden y las leyes. Me considero una persona honrada y si tuviera la posibilidad de emigrar a cualquier lugar del mundo, sin duda elegiría vivir en Dinamarca, Noruega, Finlandia o Nueva Zelandia, los países con las mejores puntuaciones en el Índice de Percepción de la Corrupción de Amnistía Internacional.

Ya conocía el término “fuga de cerebros” cuando salí de mi país por primera vez a los 23 años. En ese momento sabía que al emigrar estaba privando a Venezuela de un capital humano necesario para su desarrollo y que, además, no estaba retornando la enorme inversión que el país había hecho en mí al financiar el 100 por ciento de mi educación universitaria.

Lo que nunca había considerado es que no sólo estaba dejando a mi país sin un profesional calificado, sino que también le estaba arrebatando a una ciudadana honesta.

“La fuga de honestidad” es un fenómeno que en el que personas honestas tienden a migrar hacia zonas honestas, privando a sus lugares de origen de capital humano, según una investigación de Massimo Anelli, Andrea Ichino y Tommaso Colussi publicada en The Journal of Law and Economics.

Los académicos sugieren en el estudio “Rule Breaking, Honesty and Migration" que la fuga de los honestos tiene efectos perjudiciales sobre la productividad, el crecimiento y la calidad de los políticos de sus lugares de origen.

Para comenzar a rastrear el problema de las conductas sociales tramposas, los investigadores pusieron la lupa en una costumbre practicada hasta la década de 1960 por muchos padres italianos con hijos nacidos en diciembre, de mentir sobre la fecha de nacimiento y registrarlos como niños nacidos en enero.

En Italia y en España, ese datos es esencial para la escolaridad de los niños porque se toma en cuenta el año de nacimiento para asignar el grado al que asistirá el infante. Al mentir sobre el mes de nacimiento retrasaban un año el ingreso a la educación primaria y hacían que sus hijos fueran los mayores de su curso y no los menores, además de retrasar un año el cumplimiento del servicio militar.

Esto generaba una disminución inexplicable de los nacimientos registrados en el último mes del año y un aumento anormal de las inscripciones en la primera semana de enero.

Anelli, profesor del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Bocconi, y los coautores explicaron que esa trampa se distribuía de manera desigual. En algunos distritos italianos el engaño en la fecha de nacimiento estaba particularmente extendido, especialmente en aquellos que desarrollaron importantes características institucionales bajo el Reino de las Dos Sicilias.

El Reino de las Dos Sicilias fue un estado que existió en el sur de Italia desde 1816 hasta 1861, que unificó los territorios del Reino de Nápoles y el Reino de Sicilia bajo la Casa de Borbón, y que estuvo plagado de pobreza y corrupción.

Los hallazgos

Los investigadores analizaron las variaciones locales en los nacimientos registrados como indicador de honestidad. Uno de los datos curiosos del estudio es que los ciudadanos que emigran desde un territorio con un alto índice de trampas tienen menos probabilidades de tener un certificado de nacimiento falso en comparación con aquellos que permanecieron en su territorio natal.

Esto apuntaría a que las personas honestas tienen más probabilidades de migrar hacia distritos donde se hacen menos trampas. A largo plazo, esto produce cambios en el nivel promedio de honestidad de un territorio y se correlaciona con niveles más bajos de capital humano, productividad y crecimiento de los ingresos.

Otro hallazgo relevante es que la disminución de la honestidad se correlaciona significativamente con una menor calidad de la clase política. Es muy probable que personas con partidas de nacimiento trucadas sean electas como alcaldes y otros cargos públicos en los municipios que sufrieron una gran fuga de honestidad.

Los municipios que perdieron muchas personas honestas también tienen más probabilidades de que sus ciudadanos sean despedidos por delitos graves como corrupción o incluso participación en formas de crimen organizado.

En términos de desempeño económico, la fuga de honestidad se correlaciona con puntajes significativamente más bajos de crecimiento de los ingresos, valor agregado de las empresas y productividad laboral, según el estudio.

Yo me pregunto si los resultados de esas investigaciones se pueden extrapolar a otras naciones y si en mi país natal existen regiones más corruptas que han obligado a los honestos a migrar.

La falsificación de fechas de nacimiento de los niños nacidos en diciembre nunca fue una práctica común entre los venezolanos porque no había una motivación para hacerlo. La norma es que los niños entran a la educación primaria si tienen 7 años cumplidos para la fecha en que inicia el año escolar.

Pero eso no nos salva de ser un país de deshonestos. Hay pocos lugares más corruptos que Venezuela, al ocupar el puesto 177 de los 180 países incluidos en el ranking de la corrupción de Transparencia Internacional.

Es imposible decir que los siete millones de venezolanos que hemos migrado en las últimas dos décadas somos personas honestas, porque hay evidencia de que también han salido legiones de malhechores y hemos exportado bandas de crimen organizado.

Pero igual me quedo con la inquietud de que con mi partida, y la de tantos otros venezolanos honestos, se ha debilitado el tejido social necesario para retomar el camino de la productividad y el crecimiento económico cuando mejore la situación política.

Fuente: PHYS, University of Chicago, Transparency

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