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La hora de la verdad de las Apple Store: comenzó batalla por creación de sindicatos

Los compañeros de trabajo Sydney Rhodes, a la izquierda, que lidera un esfuerzo para sindicalizar la tienda de Apple en el centro comercial Cumberland, y Derrick Bowles, quien se puso en contacto con la Communications Workers of America para saber qué haría falta para organizarse, en Atlanta, el 22 de mayo de 2022. (Melissa Golden/The New York Times)

ATLANTA — La frustración de Sydney Rhodes aumentaba. Sentada ante la mesa de conferencias de un hotel ubicado enfrente de la tienda de Apple donde trabajaba en Atlanta, escuchaba mientras su jefe le sugería a una decena de colegas que deberían estar agradecidos de que les pagaran más que a otros empleados de ventas al por menor.

Ese fue uno de los argumentos que su jefe expuso este mes en una reunión externa antes de que la tienda votara sobre la afiliación al sindicato Communications Workers of America. Rhodes, organizadora sindical de 26 años, consideraba insuficientes los casi 4 dólares más por hora que pagaba Apple en relación con otras tiendas.

Antes de un ascenso reciente, ella se mantenía alternando entre un trabajo a tiempo parcial ayudando a los clientes con los iPhones, un segundo trabajo repartiendo paquetes de Amazon y un tercer turno cargando cajas en FedEx. Había defendido el sindicato porque pensaba que podría aumentar el salario por hora y las oportunidades de trabajar a tiempo completo para una plantilla que en su mayoría laboraba medio tiempo.

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En abril, el activismo de Rhodes ayudó a obtener el apoyo del 70 por ciento de los más de 100 trabajadores de la tienda para una elección sindical. Pero cuando su jefe hizo presión durante una cena en el Hotel Sheraton, pudo percibir que ese apoyo empezaba a debilitarse.

“Cada vez que alguien me preguntaba algo”, dijo, “lo acompañaba con una opinión sobre los sindicatos que para nada era aplicable en nuestro caso”.

Sindicalización en aumento

Los intercambios llegaron al corazón de una contienda con implicaciones para unas 272 tiendas de Apple en Estados Unidos. Dos décadas después de redefinir el comercio minorista con una arquitectura elegante y un servicio de asistencia técnica de conserjería, Apple se enfrenta a la última tendencia del sector: los sindicatos.

La sindicalización ha ido en aumento en Starbucks, REI y Dollar General a medida que los empleados sienten la presión de la inflación y se cansan de los riesgos ocasionados por la pandemia. Las tensiones desatadas por esas fuerzas también han agitado el sector tecnológico, lo que ha ayudado a los empleados alentados por un mercado laboral restringido a conseguir el apoyo de los sindicatos en la industria de los videojuegos y en un almacén de Amazon en Staten Island, en Nueva York.

Se esperaba que Rhodes y sus compañeros fueran los primeros de la tienda de Apple en votar este jueves si se afiliaban a un sindicato. Pero para finales de la semana pasada, suspendieron la votación. Todavía se espera que las tiendas de Apple en Towson, Maryland, y la Gran Terminal Central de Nueva York celebren votaciones en las próximas semanas y más de dos docenas más manifestaron su interés en sindicalizarse, según los líderes sindicales.

El movimiento sindical preocupa a los ejecutivos de Apple, que se esfuerzan por fomentar el amor por la marca entre los empleados y los clientes. Los sindicatos podrían poner fin a 20 años dedicados a pulir la marca Apple con vendedores alegres que ofrecen teléfonos de 1000 dólares; la empresa también sugirió que podrían aumentar los costos de operación y dificultar la introducción de nuevos productos.

Sydney Rhodes, quien lidera un esfuerzo para sindicalizar la tienda de Apple en Cumberland Mall, en Atlanta, el 22 de mayo de 2022. (Melissa Golden/The New York Times)
Sydney Rhodes, quien lidera un esfuerzo para sindicalizar la tienda de Apple en Cumberland Mall, en Atlanta, el 22 de mayo de 2022. (Melissa Golden/The New York Times)

Pone freno

Apple contrató a Littler Mendelson, un bufete de abogados laborales, para frenar la presión sindical. También facilitó a los gerentes de las tiendas argumentos como que la sindicalización podría dar lugar a menos ascensos y a un horario inflexible, como ya informó Vice. Y la semana pasada, sus dirigentes instaron a los empleados a no sindicalizarse y dijeron que aumentarían los salarios de 20 a 22 dólares la hora.

“Me preocupa lo que significaría poner a otra organización en medio de nuestra relación, una organización que no tiene un conocimiento arraigado de Apple o de nuestro negocio”, dijo Deirdre O'Brien, vicepresidenta sénior de ventas minoristas al por menor de Apple, en un video enviado a buena parte de los 65.000 empleados de las tiendas de la compañía. El video ya había sido publicado por The Verge

Josh Rosenstock, un vocero de Apple, declinó una solicitud de entrevista con O’Brien y Alex Burrus, gerente de la tienda de Cumberland Mall, que está a unos 16 kilómetros del centro de Atlanta. Y los empleados indecisos o en contra del impulso sindical se mostraron reacios a hablar con The New York Times.

En un comunicado, Rosenstock dijo que la empresa ofrecía bastantes prestaciones a los empleados de la tienda, como atención médica, pago de estudios y permisos familiares. “Valoramos mucho todo lo que aportan a Apple”, añadió.

Por su parte, Apple ha combatido la presión sindical aun cuando los pedidos en línea disminuyen la importancia de sus tiendas. Alrededor del 6 por ciento de las ventas de Apple proceden de sus establecimientos minoristas, casi la mitad de lo que era antes de la pandemia, según Loup Ventures, una empresa especializada en la investigación tecnológica.

A pesar de que la importancia financiera de las tiendas es cada vez menor, los empleados como Rhodes las consideran la conexión física de Apple con el resto del mundo. Ella comenzó a trabajar en Apple porque le encantaban sus productos. Compró su primer iPhone a los 16 años con el dinero que ganó trabajando en McDonald’s. Se obsesionó con la empresa y estaba al tanto de eventos de productos que duraban horas para alimentar un creciente interés en “la forma en que trabajaban”.

En 2018, impresionó a un técnico de la tienda con sus conocimientos sobre el Apple Watch, lo que llevó a un gerente a animarla a solicitar un trabajo en su ciudad natal, Louisville, Kentucky. Después se mudó a Atlanta y se trasladó a la tienda del centro comercial Cumberland, ubicada entre un Bath & Body Works y una joyería Pandora.

Una Apple Store /Ren Yong/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)
Una Apple Store /Ren Yong/SOPA Images/LightRocket via Getty Images) (SOPA Images via Getty Images)

Cuando llegó la pandemia Rhodes agradeció que la empresa fuera de las primeras en enviar a sus trabajadores a casa. Los empleados del centro comercial de Cumberland cobraron su sueldo durante varios meses sin trabajar, afirmó Frank Howard, el gerente de la tienda en ese momento. Más tarde, Apple les envió una computadora y les pidió que prestaran servicios de venta y asistencia técnica a distancia.

Su regreso a la tienda tras la llegada de las vacunas contra el coronavirus provocó frustraciones con la dirección. Apple dejó de exigir el uso de cubrebocas al personal y a los clientes justo antes de Navidad y varios trabajadores se vacunaron contra la COVID-19, según explicaron Rhodes y otro organizador sindical.

“Pasamos por la COVID-19 y ustedes ganaron mucho dinero”, dijo Rhodes refiriéndose a Apple, que aumentó sus ganancias a los 95.000 millones de dólares en su año fiscal 2021, un 71 por ciento más que su último año fiscal antes de la pandemia. “¿Por qué no nos podrían pagar más?”.

Derrick Bowles, quien trabaja con Rhodes en Atlanta, estaba escuchando un pódcast sobre la iniciativa sindical en el almacén de Amazon en Bessemer, Alabama. Los aumentos salariales en su puesto como técnico experto tenían un límite del 2 por ciento, insuficiente para seguir el ritmo de la inflación. Tras calcular que ganaba 15 centavos menos por hora después de la inflación, se puso en contacto con Communications Workers of America y empezó a organizar una campaña sindical.

Al principio, Rhodes se mostraba escéptica, pero acabó aceptando la idea de sindicalizarse, relató. Acaba de ser ascendida a un puesto de trabajo a tiempo completo, con un salario de 26 dólares por hora, pero solo después de que se marchara una compañera con 14 años de experiencia. La mayoría de sus compañeros trabajaban medio tiempo, menos de 30 horas a la semana. Pensó que el sindicato podría ayudar a crear más oportunidades para trabajar a tiempo completo.

Exigencias

Redactaron una carta en la que se planteaban objetivos como una remuneración justa, oportunidades de desarrollo profesional, mejores prestaciones y una mayor participación en las políticas de seguridad relacionadas con la COVID-19. Hicieron una encuesta entre el personal sobre si debían celebrar una votación para sindicarse y obtuvieron el doble de apoyo que necesitaban. Después, Bowles distribuyó pulseras rojas que decían “Stronger Together”.

En mayo, los gerentes de la tienda aumentaron su contraofensiva y colocaron en la sala de receso una carta de un empleado de la tienda de la Gran Terminal Central que expresaba su oposición a los sindicatos, dijo Bowles.

“No somos un almacén de Amazon que no tuvo licencia por enfermedad ni descansos para ir al baño durante la pandemia”, escribió el empleado. “No somos un Starbucks con poco personal”. Escribió que entendía las peticiones de “más dinero” pero que “nada con un sindicato está garantizado”.

Los gerentes también incluyeron comentarios contra el sindicato en sus reuniones informativas matutinas con el personal, según una queja presentada ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales. En una declaración a los periodistas sobre las reuniones, Bowles dijo que Apple estaba “inclinando la balanza”.

En los días previos a la votación, un brote de COVID-19 se extendió entre algunos empleados del centro comercial Cumberland, dijo Rhodes. Apple, que no hizo comentarios sobre el brote, exigió el uso de cubrebocas en la tienda. Rhodes esperaba que el incidente recordara a los compañeros el valor que podía ofrecer un sindicato al darles voz en las decisiones relacionadas con su salud.

Menos de 24 horas después, el comité organizador del sindicato decidió suspender la votación. En un comunicado, el sindicato culpó a la campaña de Apple de crear un ambiente de miedo y coacción. Bowles dijo que no había abandonado sus esfuerzos.

© 2022 The New York Times Company

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