Las 25 playas emblemáticas que perderá Latinoamérica en los próximos años por la contaminación (y dos están en México)
Las costas más turísticas de Latinoamérica se verán afectadas por la crecida de los océanos. Un total de 25 playas perderán hasta 260 metros antes de 2100
La paradisíaca playa Akumal en la Riviera Maya (México) desaparecerá en el próximo siglo. Su costa se está reduciendo más de tres metros anualmente como consecuencia del cambio climático, según datos de la Comisión Europea analizados por la web especializada Hawaiian Islands. Se trata del área más afectada en la región, donde también figuran otras 24 localidades turísticas.
La Akunal habrá perdido en el año 2100 un total de 265 metros, que quedarán hundidos por la crecida del océano. La situación es crítica. Ya hoy –advierten los analistas– algunos edificios en Quintana Roo comienzan a recibir el choque directo de las olas: “Un aumento del nivel del mar de sólo unos pocos centímetros significaría caos. Todas las playas frente a los desarrollos urbanos probablemente desaparecerían a menos que se tomen medidas drásticas de restauración de playas”.
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Fuera de la región, es la playa Landmark (Nigeria) la más afectada en el mundo, con retrocediendo 918 metros en los próximos 70 años. Le sigue Mackenzie (Chipre), con 660 metros menos; Spiaggia (Italia), 514 metros; y Kuakata (Bangladesh), por 361 metros.
Las playas que se reducirán en la región
Akumal (Cancún, México) 265.9 m
Morro Branco (Beberibe, Brasil) 224.6 m
Veracruz (Ciudad de Panamá, Panamá) 202.4 m
Norte (Isla Mujeres, México) 171,6 m
Avellana (Tamarindo, Costa Rica) 170,6 m
Dos Carneiros (Tamandaré, Brasil) 166,4 m
Porto de Galinhas (Ipojuca, Brasil) 145,1 m
Ponta Negra (Natal, Brasil) 141,5 m
Sirena (Cayo Largo, Cuba) 134,8 m
Muro Alto (Ipojuca, Brasil) 132,5 m
Santa Clara (Río Hato, Panamá) 116,9 m
Chipipe (Salinas, Ecuador) 110,3 m
Vadero (Varadero, Cuba) 100,9 m
Varadeo (Huanchaco, Perú) 107,8 m
Montañita (Montañita, Ecuador) 102,6 m
El Doradillo (Puerto Madryn, Argentina) 100,5 m
Paraíso (Cayo Largo, Cuba) 95 m
Jaco (Jaco, Costa Rica) 89 m
Samara (Guanacaste, Costa Rica) 84 m
Praia do Gunga (Roteiro, Brasil) 63,3 m
El Yaque (Nueva Esparta, Venezuela) 62,3 m
Roja (Paracas, Perú) 49 m
Copacabana (Río de Janeiro, Brasil) 47,3 m
La Viuda (Punta del Diablo, Uruguay) 42,7 m
Pinamar (Pinamar, Argentina) 41,5 m
Consecuencias catastróficas
Además del grave daño al ecosistema, el alza en los niveles del océano afectará a decenas de personas que habitan en estas áreas. En Brasil –donde por su extensa costa se ubican las playas más vulnerables de América del Sur– se estima que el agua acabe con el hogar de más de 600 mil personas: “las inundaciones pueden alterar drásticamente los ecosistemas de la selva amazónica, que absorbe una cuarta parte del CO2 de toda la superficie terrestre de la Tierra”.
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El informe recuerda que Ecuador reportó olas “2,6 metros por encima de lo normal” a inicios de 2023, lo que causo inundaciones y destruyó embarcaciones. “Si bien la costa de Playa de Chipipe podría retroceder 110,3 m antes de finales de siglo, es probable que la magnitud de los daños aumente drásticamente mucho antes de esa fecha”, advierten.
Los investigadores de la Comisión Europea que cita el informe recuerdan que existen controvertidos proyectos para “recuperar” y aislar tierras del mar, pero no será suficientes para detener la erosión de las playas. Afirman que los sistemas de drenaje inadecuados y el crecimiento urbano descontrolado aumentan los efectos de las inundaciones. Solo será efectiva la real reducción de los gases de efecto invernadero: “Una reducción moderada de gases de efecto invernadero podrían evitar el 40% del retroceso de la costa”.