Limpiar los océanos suena genial, pero no sirve de nada si seguimos haciendo lo mismo
A la hora de pensar en los océanos, probablemente tenemos una imagen idílica de ellos. Una gran superficie de agua cristalina de un azul intenso en la que nadan delfines, ballenas y otras especies. Pero a esa instantánea tan perfecta hay que añadirle algo más: kilos y kilos de plásticos y otros residuos que se extienden mucho más allá de lo que alcanza la vista.
Hablamos de la gran mancha de basura del Pacífico, una concentración de desechos de 160.500 kilómetros cuadrados que se sitúa en el océano, entre California y Hawái. En ella se pueden encontrar todo tipo de productos: desde envases a cepillos de dientes, desde juguetes a latas de refresco.
La mayor parte de la basura acumulada procede de la industria pesquera, pero entre un 10% y un 20% del volumen total se remonta al tsunami de Japón en 2011. El motivo de esta acumulación en esta zona del mundo son las cinco enormes corrientes circulares giratorias de los océanos del planeta, que atraen la basura hacia el centro y la atrapan allí.
Esta realidad es muy perjudicial para el entorno y para toda la vida marina. Y es que los peces ingieren estos plásticos, incorporándolos a la cadena alimentaria. En última instancia, somos los humanos los que terminamos comiendo los residuos, ya presentes en los pescados que llegan a nuestras mesas.
Los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) reflejan que cada año llegan a los océanos al menos 14 millones de toneladas de plástico. Al mismo tiempo, hay organizaciones, como The Ocean Cleanup, que centran sus esfuerzos en limpiar la basura de las aguas.
Desde el año 2020 ha conseguido retirar 7,5 millones de toneladas de plástico y asegura que, con los recursos económicos suficientes, sería capaz de eliminar el 90% de estos residuos que se encuentran en la superficie marina. La manera en la que lo harían sería con grandes redes en forma de U y barreras flotando en el mar que permitieran interceptar la basura.
This was our 90th plastic extraction from the Great Pacific Garbage Patch and System 03’s last extraction this season. We’ll be back to continue the cleanup in the spring. pic.twitter.com/DXBNEshxGg
— The Ocean Cleanup (@TheOceanCleanup) November 21, 2023
Pese a su loable acción, que sin duda es positiva para los océanos, cabe preguntarse si tiene sentido seguir limpiando las aguas, mientras que se sigue acumulando más basura año tras año. Este esfuerzo de eliminar los residuos que ya están presentes debería ir acompañado por una iniciativa global que reduzca o elimine por completo la emisión de nuevos desechos con destino a los océanos. De lo contrario, ese gasto en tiempo y en recursos será completamente inútil.
Dicho de otro modo, si tu baño se está inundando por una tubería rota, lo lógico es que primero cierres la llave del agua antes de ponerte a recoger el líquido del suelo. Si lo haces en el orden inverso, nunca conseguirás ningún avance.
La labor de esta organización también ha sido criticada por otras como Oceancare (Suiza) o la Agencia de Investigación Ambiental, tal y como cuenta DW. Ambas consideran que la limpieza del océano lo único que hace es distraer en la lucha por detener la llegada de más basura. Además, consideran que las tecnologías usadas son muy contaminantes y afectan a la vida marina.
También los investigadores denuncian que los productores de plástico están detrás de campañas similares con el objetivo de desviar la atención sobre el verdadero problema, que es precisamente la producción a gran escala de este tipo de materiales.
Mientras tanto, la situación sigue empeorando y se estima que en 2050 es posible que en el mar haya más peso del plástico que de los peces. Y si no se toman medidas, para 2060, los desechos se triplicarían a nivel mundial, según los datos de la OCDE.
Un sombrío panorama que la retirada de una parte de los plásticos no va a evitar, ya que serán reemplazados por otros plásticos que también deberán ser retirados. Por tanto, limpiar los océanos está muy bien, pero mientras que no se produzcan medidas destinadas a reducir la producción, no avanzaremos nada. El tiempo apremia.
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