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Los lugares más afectados por los teletrabajadores que se mudan a distintas zonas del país

Durante la pandemia, las personas que trabajaban desde casa se mudaron mucho más que antes… y también mucho más que otros trabajadores.
Durante la pandemia, las personas que trabajaban desde casa se mudaron mucho más que antes… y también mucho más que otros trabajadores.

En épocas prepandémicas, los pocos estadounidenses que trabajaban desde casa parecían estar relativamente establecidos en ese esquema.

Estos trabajadores se mudaban menos que otros. Lo cierto es que quizá tenían menos motivos para hacerlo: alguien que en 2018 tenía uno de esos empleos poco comunes que le permitían realizar con regularidad su trabajo desde casa y su vida se había ajustado a esa situación afortunada, ¿por qué pensaría en mudarse a un lugar nuevo?

El crecimiento abrupto y la naturaleza cambiante del teletrabajo en años recientes ha acabado con este patrón, según un análisis de datos migratorios del censo. Durante la pandemia, las personas que trabajaban desde casa se mudaron mucho más que antes… y también mucho más que otros trabajadores.

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Esta creciente movilidad se vio impulsada por trabajadores a distancia que buscaban nuevas viviendas en las mismas áreas metropolitanas, pero también por una ola de teletrabajadores interesados en mudarse a otras partes del país. En los primeros dos años de la pandemia, 1 de cada 4 trabajadores que se mudaron a una distancia considerable trabajaba desde una nueva casa (una escala de migración remota nunca antes vista).

En los dos años previos a la pandemia, por ejemplo, aproximadamente 20.000 teletrabajadores se mudaron del área metropolitana de San Francisco. En contraste, durante 2020 y 2021, se mudaron 110.000.

En esos años prepandémicos, alrededor de 40.000 personas que trabajaban desde casa se mudaron fuera del área metropolitana de Nueva York. Pero luego, en dos años, se fueron 200.000.

Como el teletrabajo se hizo más común, también muchos trabajadores se mudaron a estos lugares. No obstante, en el caso de Nueva York, San Francisco, Washington y Los Ángeles, se fueron muchos más trabajadores a distancia de los que llegaron. En contraste, en Austin, Texas; Denver; Dallas y Nashville, Tennessee el flujo neto de teletrabajadores fue de entrada.

Ese mismo patrón se identificó en un análisis anterior que mostró que más trabajadores con nivel de escolaridad universitario emigraban de las zonas más caras del país para ir a áreas metropolitanas importantes relativamente más asequibles. Durante la pandemia, el trabajo a distancia ayudó a acelerar ese cambio. Por cada diez trabajadores que se fueron durante la pandemia del área metropolitana de San Francisco y San José, cuatro trabajaban a distancia en su nueva casa. De cada diez trabajadores que se mudaron a Austin, tres trabajaban a distancia ahí.

Las personas que trabajan desde casa y pueden mudarse así por lo regular tienen mayores ingresos. De hecho, a mayor ingreso, es más probable que esa persona trabaje desde casa, y este patrón se pronunció mucho más durante la pandemia.

Esto quiere decir que los hogares con mayores ingresos están en mejor posición para aprovechar la posibilidad que les da el teletrabajo de mudarse a comunidades más asequibles (ya sea más lejos en los suburbios o en otra parte del país). Por otra parte, para los lugares caros que han perdido trabajadores a distancia, esto significa que han perdido cada vez más contribuciones fiscales y poder de consumo asociado con quienes tienen mayores ingresos.

¿A dónde se fueron los teletrabajadores?

En general, la migración del teletrabajo ha afectado a dos tipos de lugares en particular: a áreas metropolitanas importantes en las que la economía local está orientada hacia el tipo de empleo que puede realizarse desde casa y a destinos vacacionales más pequeños que les prometen a quienes pueden vivir en cualquier parte una gran calidad de vida.

En la primera categoría, el área de la Bahía, Washington, Austin, Denver y Nueva York ocupan un lugar alto en la clasificación de áreas metropolitanas con más empleos propicios para el teletrabajo (hay muchos desarrolladores de software y analistas de gestión, pero no tantos operadores de maquinaria para minería o personas dedicadas a la explotación forestal). En los datos sobre migración, estos lugares atrajeron y perdieron teletrabajadores en grandes cantidades durante la pandemia, aunque el efecto neto de esa agitación varió de un área metropolitana a otra.

En los lugares más pequeños y pintorescos donde la gente vacaciona que también sobresalen en los datos, se han mudado más teletrabajadores de lo esperado considerando la configuración de la economía local y la escala total de migración ahí.

Este segundo grupo incluye a comunidades dentro y en los alrededores de Ocean City, Nueva Jersey; Cabo Cod, Massachusetts; y el área metropolitana de Salisbury, en Maryland, donde se encuentran destinos de playa de Maryland y Delaware populares entre los vacacionistas del área de Washington.

¿Salir de las zonas habitadas o abandonar el área por completo?

Este análisis se basó en una pregunta incluida en la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense en la que se le preguntaba a los encuestados si “usualmente” habían ido al trabajo en la semana previa, ya sea en automóvil, autobús, metro, transbordador… o si habían trabajado desde casa. Los teletrabajadores identificados de esta manera pueden ser desde trabajadores con un esquema híbrido cuyo principal lugar de trabajo es su casa hasta personas que de manera permanente trabajan desde casa y trabajadores independientes que no tienen una oficina cercana a la cual ir. Estas cifras quizá no incluyan a personas que solo trabajan uno o dos días a la semana desde casa, o incluso menos.

La forma precisa de teletrabajo es muy importante para los patrones que marcan a dónde se mudan las personas. Es posible que alguien que trabaja desde casa, pero debe visitar la oficina en algunas ocasiones, se mude fuera de las zonas habitadas de la misma área metropolitana (como sugieren que ha sucedido las investigaciones realizadas durante la pandemia). Alguien que nunca tiene que ir a la oficina tendrá la libertad de mudarse a cualquier lugar del país.

Un motivo por el que la movilidad de los teletrabajadores aumentó durante la pandemia fue que a muchas personas se les dio al mismo tiempo y por primera vez esa opción. La naturaleza del trabajo a distancia también cambió. Antes, esa frase podía hacerte pensar en las contadas personas que podían trabajar desde casa tres días por semana, pero ahora, para muchos trabajadores profesionales de clase media significa que la ubicación de su casa y la de su trabajo pueden ser totalmente distintas.

“Quienes trabajaban desde casa antes de la pandemia no se parecen nada a las personas que trabajan desde casa en la actualidad”, explicó Nicholas Bloom, economista de la Universidad de Stanford que estudia el teletrabajo. Quienes trabajaban desde casa antes de la pandemia en general aceptaban una pequeña reducción en su salario a cambio de la flexibilidad, señaló. Era más usual que se tratara de mujeres y personas con la responsabilidad de cuidar a la familia, con discapacidades u otras circunstancias por las que debían trabajar desde casa.

Durante la pandemia, esa flexibilidad inusual se convirtió en un beneficio esperado para muchos más trabajadores. Además, este creciente y cambiante conjunto de trabajadores a distancia se combinó con un cambiante mercado laboral en el que hacer entrevistas en línea (y discretamente desde casa) para una vacante se volvió más fácil.

“Todo esto favorece el aumento de la tasa de movilidad”, afirmó Bloom.

c.2023 The New York Times Company