Yahoo Finanzas El mezcal es cosa de mujeres: cómo ellas están transformando esta bebida ancestral
Las mujeres están dando un paso al frente en prácticamente todas las parcelas de la vida, también en la producción del mezcal. La historia ha querido arrebatarles este reconocimiento que se han ganado a pulso, porque en ellas descansa el peso de la cultura y la tradición que se asocia a esta bebida milenaria proveniente del agave. Sin embargo, en los últimos siglos, beber mezcal (cualquier bebida alcohólica de alta graduación, en realidad) ha sido entendido como una cosa de hombres. La literatura, las películas, el arte, el patriarcado se han encargado de incrustar en el imaginario colectivo la idea de que solo ellos disfrutan del acto pausado de ingerir alcohol, al calor de una charla, entre amigos, en comunidad… Y bajo esa creencia, las mujeres también han sido relegadas del acto de elaborarlo. Hasta ahora.
Solo en Oaxaca, cuna del mezcal, las mujeres ya representan, como mínimo, el 35,3% de la fuerza laboral en la industria y están presentes en todos los escalafones de la cadena productiva. Son responsables de la siembra, de la investigación científica para impulsar su desarrollo, son propietarias de las tierras, administradoras de los palenques; son las que produce los destilados, las que catan el producto final para perfeccionarlo... Esto es lo que se desprende de una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2019. Un dato muy significativo que evidencia que la participación femenina en la elaboración del mezcal es un hecho indiscutible. ¿El problema? Que en el 38% de los casos su trabajo no está remunerado.
Para salvar las brechas de género que todavía se ciernen sobre esta industria, 200 maestras mezcaleras han unido fuerzas para visibilizar su labor, tan necesaria como histórica. Juntas forman la Asociación de Mujeres del Mezcal y Maguey de México (AMPMMA), fundada hace cuatro años. Desde esta plataforma colectiva brindan, no solo brindan acompañamiento a otras mujeres vinculadas al mezcal, sino transferencia de conocimiento, capacitación y asesoría. “Caminamos juntas, aprendemos de todas y fortalecemos la cadena de destilados en México con la finalidad de ofrecer productos artesanales de calidad. Porque en cada botella van los sueños de muchas familias”, explica Jeiry Toribo Jiménez, química, bióloga y productora del municipio de Acapulco, a DW.
La producción del mezcal ha experimentado en menos de una década un aumento meteórico. Si en 2014 alcanzaba apenas los 1,5 millones de litros de producción el año, el volumen en 2023 se establece en algo más de 8 millones, según cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México. Oaxaca es el productor nacional número uno, con 6,9 millones de litros anuales. El mercado internacional continúa siendo el principal destinatario de esta bebida, con 6,4 millones de litros exportados a través de 331 marcas comerciales. A Estados Unidos van a parar 5,5 millones de litros del total producido.
El impacto de la industria del mezcal en México se traduce en un aumento de puestos de trabajo y de oportunidades. De hecho, cada vez más mujeres jóvenes están incursionando en la industria con sus pequeñas marcas y emprendimientos, incidiendo así en la tecnificación de la producción y en su valor de marca. Son mujeres que, no solo garantizan el relevo generacional, sino que trasladan los conocimientos formales que adquieren en sus respectivas carreras universitarias en mejorar la calidad y desarrollo de la bebida de agave por antonomasia.
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Paloma Rivera es una de ellas. Su relación con el mezcal empezó cuando estudiaba dirección de empresas en Ciudad de México. A partir de un trabajo de investigación, empezó a tener contacto con mezcaleros y pequeños productores del territorio. Fue el punto de partida para que se animara a comercializar su mezcal y organizar eventos para su promoción. Su historia forma parte del libro ‘Miradas femeninas desde el mezcal’. Un documento que recoge los testimonios de ocho mujeres que están transformando la industria a través de sus saberes y su profundo amor por esta bebida ancestral que avanza a pasos agigantados gracias a los aportes femeninos. Aunque, como en todo, falta mucho por avanzar, el camino ya está trazado.
