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El modelo Dia% llega al fútbol: Las marcas propias de camisetas salen a la cancha

Tras la finalización del contrato con Under Armour, Estudiantes de La Plata decidió lanzar su propia marca, bautizada con el nombre de Ruge, para vestir al equipo de Primera División
Tras la finalización del contrato con Under Armour, Estudiantes de La Plata decidió lanzar su propia marca, bautizada con el nombre de Ruge, para vestir al equipo de Primera División

La avanzada de las marcas propias llegó al fútbol. La tendencia que ya es habitual en las góndolas de los supermercados, ahora puso un pie en el negocio del fútbol. Después de que la norteamericana Under Armour les comunicara su decisión de abandonar el país, Estudiantes de La Plata anunció el lanzamiento de Ruge, una marca propia que se convirtió en la indumentaria oficial del club, incluyendo la camiseta del equipo que dirige Ricardo Zielinski.

Si bien en el fútbol argentino ya existían algunos antecedentes, la decisión de Estudiantes puede ser un caso testigo, ya que se trata de un plan más ambicioso desde el punto de vista de marketing que tiene como objetivo final que Ruge se convierta en una marca masiva, que trascienda el público de hinchas pincharratas.

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Para llevar adelante el proyecto, Estudiantes se asoció con Mateu Sports, una cadena de locales de indumentaria deportiva con base en La Plata, que se encargará de los contratos de producción de las camisetas y de la comercialización. “En 2022, el primer año de Ruge, vamos a estar vistiendo a todo el fútbol del club. En 2023 vamos a trabajar con la indumentaria y las colecciones para todas las disciplinas, para el colegio y para los empleados”, explicó el directivo Martín Carbonari, cuando se presentó oficialmente el proyecto de la marca propia Ruge.

Estudiantes no es el único equipo con una marca propia en Primera División. Gimnasia de La Plata y Rosario Central tienen su línea de indumentaria para las divisiones inferiores y otras disciplinas deportivas, que no incluyen al fútbol profesional.

Por su parte, en el Nacional B (la segunda categoría del fútbol argentino), Atlético de Rafaela está siguiendo los mismos pasos. El equipo de la crema presentó esta temporada su marca propia, bautizada AR. “Luego de analizar distintas alternativas, se resolvió avanzar en el desarrollo de la marca propia, AR, con la finalidad de potenciar la identificación e imagen del club”, explicó el club santafecino a través de un comunicado.

El uso de marcas propias es una práctica en ascenso a nivel mundial, especialmente en algunas plazas como la brasileña. En la actualidad, más una docena de clubes del fútbol de ese país decidieron desarrollar su propia línea de indumentaria, incluyendo varios equipos que militan en el Brasileirao (la primera división de Brasil) como Goiás, Ceará, Coritiba y Juventude.

El diseño de la casaca titular de Boca
adidas


Boca es uno de los pocos equipos argentinos que logró cerrar un acuerdo millonario -en este caso con Adidas- para vestir a sus jugadores (adidas/)

A nivel local ya existían unos antecedentes previos a Ruge. A fines de los 90, Racing presentó su marca La Academia, que fue utilizada durante unos meses tras la rescisión del contrato que tenía el club con Topper. Algo parecido le sucedió a San Lorenzo, que en la transición entre los acuerdos que cerró con New Balance y Signia, en 1999 creó su propia marca, con el nombre del club.

Empobrecimiento

Detrás de este tipo de decisiones confluyen factores económicos y operativos. Excepto los equipos grandes que negocian contratos millonarios, la mayoría de los clubes acuerdan utilizar una marca a cambio de la provisión de camisetas para sus primeros equipos y, eventualmente, para las divisiones inferiores.

Al no existir un desembolso económico, crece la tentación de un club por probar suerte con una marca propia. A lo que se suma que muchas veces las empresas de indumentaria tienen problemas para cumplir con la entrega de camisetas por problemas de producción. Precisamente este argumento es el que utilizó Huracán para rescindir el contrato que tenía con la firma china Peak y empezar a usar en los últimos partidos una camiseta genérica, sin marca.

Más allá de las razones, esta avanzada de las marcas propias puede ser vista como un signo más del momento complicado que atraviesa el fútbol argentino, al que le cuesta cada vez más atraer a grandes empresas privadas y está cada vez más dependiente de los aportes de los gobiernos nacionales o provinciales.

“Lo que viene pasando acá es que se volvió un mercado poco relevante, los salarios en dólares quedaron por el piso y para peor hay serias restricciones para importar insumos de calidad”, señaló Eugenio Palópoli, periodista y editor y autor de los libros La historia de las marcas deportivas y Camisetas legendarias del fútbol argentino. “Nike le dejó a Adidas el contrato con Boca porque se retiró en general de la región, por eso Adidas se queda con la trifecta: AFA, Boca y River. Los otros tres grandes se quedaron con lo que tenían y el resto se reparte entre las licencias de marcas de segunda línea de afuera o las nacionales, todas con una confección de calidad muy floja: telas básicas, cuellos y puños de la misma tela que el resto de la prenda”, agregó el especialista.

Tiempo de cambio

Otra muestra del empobrecimiento que vive el fútbol argentino es la irrupción de marcas que visten a equipos de la primera división pero que son poco conocidas por el gran público. Del total de 28 equipos que participan de la Copa de la Liga Profesional, Adidas solo viste a Boca y River, mientras que Nike únicamente se quedó con San Lorenzo, Puma juega con Independiente y Umbro con Argentinos Juniors, Atlético Tucumán y Rosario Central.

La lista de marcas internacionales presentes en las camisetas argentinas se completa con una segunda línea de empresas europeas como las italianas Kappa (Aldosivi, Racing, Unión, Vélez y Tigre), Givova (Newell’s, Talleres de Córdoba) y Errea (Lanús), la española Kelme (Colón, Platense) y la danesa Hummel (Gimnasia de La Plata).

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Por su parte, hay varios equipos de la Primera división que se tienen que contentar con cerrar acuerdos de sponsoreo con empresas locales -en gran parte, pymes textiles, que fueron ocupando los lugares que dejaron vacíos las marcas internacionales que iniciaron su retirada del fútbol argentino, como Under Armour, Peak o Le Coq Sportif, en muchos casos empujadas por los problemas para importar.

La avanzada nacional incluye a nombres como las rosarinas Athix que viste a Banfield y Fiume Sports (Godoy Cruz), la pergaminense Coach que juega con Sarmiento en Primera (All Boys es su carta fuerte en el Nacional) o la santiagueña Adhoc que acompaña al club de su provincia, Central Córdoba.