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Palos de golf y esquíes: suman nuevos productos que tendrán más trabas y crean un “radar de importadores”

El ministro Sergio Massa intenta cuidar las reservas del Banco Central
El ministro Sergio Massa intenta cuidar las reservas del Banco Central - Créditos: @Santiago Filipuzzi

La promesa de Sergio Massa de cuidar los dólares que fueron cosechados por el tipo de cambio diferencial con el que se benefició a los sojeros ya comenzó. La secretaría de Comercio sumó miles de nuevas trabas para bienes terminados -también hay de capital e intermedios- que regirán desde hoy. En sintonía, la Aduana creó un “radar” para hacer un seguimiento más fino de los importadores en busca de ralentizar la sobrefacturación que promueve la brecha cambiaria.

Sin embargo, el sistema de trazabilidad de las importaciones, que el ministro de Economía prometió dos semanas atrás a la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA) no se conocerá hoy, pero sí en estos días, contaron a LA NACION fuentes oficiales al tanto de ese diseño. Ese nuevo mecanismo, además de un “ordenamiento”, tendrá la misión de “volver abstractas” las cautelares que usan los importadores y con las que sortean los obstáculos oficiales para comprar en el exterior. Carlos Castagneto, titular de la AFIP y otro de los encargados del diseño del sistema, se encuentra afuera del país.

La cartera que dirige el economista Matías Tombolini publicó ayer en el Boletín Oficial la resolución 26 en la que pasa miles de licencias automáticas (LA) a no automáticas (LNA), lo que implica una nueva “traba” (la necesidad de otro permiso, el de Comercio) para poder acceder al bien. El importador del producto que aparece en el listado oficial ya debía tener además el visto bueno del Banco Central (BCRA) para poder hacer los pagos en dólares de la mercadería.

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En el Gobierno indicaron que el total de las importaciones que se pasan a LNA representan unos US$9508 millones al 30 de agosto de este año. Entre los importadores alertaron que hay insumos y bienes de capital que golpearán a la industria y estimaron que más de la mitad de las compras al exterior total ya quedaron bajo el paraguas de LNA. En la UIA reconocieron que hay insumos y bienes de capital, y dijeron que analizarán la lista en detalle.

“Que, a partir del análisis de la actual situación económica y productiva, se estima que existen innumerables Licencias para la Importación que no representan necesidad ni urgencia para su ingreso al país”, afirmaron los considerandos similares a los que ya se conocieron en agosto pasado, cuando Tombolini pasó 34 posiciones arancelarias a LNA. Esta vez, según estimaron en el sector, serían muchas más. Más precisamente, se habrían traspasado unas 2678 posiciones arancelarias, a lo que se suma la eliminación de 61 aclaraciones, según especificaron expertos en comercio exterior a este medio. Con este cambio, las posiciones bajo LNA pasaron a ser 4192.

“Estamos ordenando y priorizando a los sectores productivos”, dijeron a LA NACION desde Comercio y agregaron que esta medida acompaña los pedidos que hicieron al Gobierno desde varias cámaras.

“Que sin resultar taxativa su enumeración, resulta pertinente señalar que elementos como hidrolavadoras, palos de golf, esquíes y patines de hielo, son algunas de las licencias que ameritan el cambio propiciado en la presente resolución”, enumeró la resolución de Comercio. En esa dependencia sumaron también a las pelotitas de golf; freidoras y cacerolas; pilas; hidrolavadoras; lámparas led; encendedores; destructoras de documentos hasta destructores de billete; impresoras; netbook; estufas; motores de barco fuera de borda e infladores de bicicleta.

Pero según el anexo aparecen muchos más productos, entre ellos insumos y bienes de capital. A los mencionados, por ejemplo, se suman: carne porcina, y varios congelados; chocolates, preparaciones alimenticias diversas; productos químicos, pinturas, bolsos, mochilas, carteras; papel y cartón; tejidos de seda; hilados de lana; hilo de coser; algodón; calzados; manufacturas de fundición y hierro; radiadores; tubos flexibles de metal común; turbinas y ruedas hidráulicas: taladros; aparatos de grabación o reproducción de sonido; vehículos automotores; remolques; cámaras y proyectores cinematográficos; aparatos y material para revelado automático de película fotográfica, película cinematográfica (filme) o papel fotográfico en rollo o para impresión automática de películas reveladas en rollos de papel fotográfico; instrumentos para óptica; contadores de gas; aparatos de relojería; armas; juguetes (entre ellos, rompecabezas); cierres relámpago; pañales para bebés, pelotas de tenis; guitarras, arpas y violines, despertadores eléctricos, mesas y máquinas de dibujar.

Los importadores estimaron a LA NACION que, entre los textiles, se incluyeron a todas las fibras; que, entre los plásticos, aparece mucha materia prima; y que está “lleno” de máquinas. “Hay gente muy preocupada, porque le pega fuerte a la industria. Las licencias no automáticas ya son más de la mitad del nomenclador arancelario”, estimaron.

“Que esta nueva regulación apunta a fortalecer las operaciones de importación que requieren los sectores productivos para sostener y/o aumentar los niveles de producción y de empleo”, cerró la justificación de Comercio.

La semana pasada, Massa celebró el “éxito” del dólar soja y llamó a cuidar los dólares que se habían conseguido a través del tipo de cambio diferencial. En esa conferencia, adelantó que tomaría nuevas medidas para resguardar las divisas que ahora integraban las alicaídas reservas del BCRA.

Radar de importadores

Por otro lado, la Aduana, que dirige Guillermo Michel, creó un radar (de hecho el instrumento se llama RADAR) para importadores. Se trata de una especie de base de datos centralizada, según contaron, para tener en un mismo lugar denuncias administrativas, penales, entre otras, sobre importadores. “Eso nos va a permitir crear un perfil de riesgo de cada importador”, explicaron fuentes oficiales de la Aduana.

“Corresponde profundizar las acciones de control relacionadas al valor de mercaderías de importación y de exportación a fin de verificar que el precio declarado concuerde con los usuales en la rama de la industria o comercio y con los de mercaderías idénticas o similares comparables, con el fin de detectar desviaciones en los valores declarados”, indican los considerandos de la norma publicada en el Boletín, que tiene más detalles en su anexo.

La Aduana trabaja fuertemente en intentar desarticular operaciones de sobrefacturación de importaciones, fenómenos que nacen de la dinámica que genera la propia brecha cambiaria, cercana al 100%. Ese incentivo negativo impacta en el resultado comercial en momentos en que el Gobierno se le dificulta hacerse de dólares, más allá de las divisas que llegaron de forma extraordinaria gracias al dólar soja.

Dos semanas atrás, los industriales de la UIA le habían reclamado a Massa por mayores controles a “bienes suntuarios”. En la reunión en la sede fabril se habló más específicamente de bienes terminados. Esos controles llegaron hoy. En ese encuentro, Massa buscó sumar apoyo para lo que podría ser un dólar turista más caro. Allí dijo que el BCRA pierde US$800 millones por mes por las compras con tarjeta en el exterior y el turismo emisivo, que ahora crecerá con el mundial de fútbol que comienza en noviembre.