El panorama de Meta se empieza a despejar
Los primeros tres trimestres del año pasado fueron nefastos para Mark Zuckerberg. En julio de 2022, su imperio de redes sociales, Meta, anunció la primera disminución de ingresos trimestrales de su historia. Y tres meses después, tuvo que anunciar otra caída de ingresos. Los inversores desconfiaban del costosísimo giro de la empresa, de un lucrativo negocio de publicidad hacia el incierto mundo del metaverso, al que Zuckerberg estaba volcando US$10.000 millones al año. Para noviembre, Meta había perdido alrededor del 60% de su valor de mercado en comparación con el pico de 1,1 billones alcanzado en agosto de 2021, cuando la pandemia de Covid nos obligó a pasar gran parte de nuestra vida diaria online. Poco después, la empresa despidió a 11.000 empleados, casi el 13% de su plantel. Mientras tanto, tenía que frenar a los organismos antimonopolio y también a TikTok, un rival que demostró ser mucho más apto para captar la atención de los usuarios que anteriores competidores como Snap o Pinterest, y esa atención, además, redundaba en millones de dólares en publicidad.
La relación entre la inteligencia artificial y los humanos
El 1 de febrero de este año Zuckerberg informó otra caída de la facturación durante el último trimestre de 2022, en este caso del 4,5% interanual. Pero la caída fue menor de lo que se esperaba. La empresa también difundió un pronóstico optimista para el trimestre en curso, donde espera que los ingresos alcancen los US$28.500 millones. Esa cifra representaría más que los primeros tres trimestres de 2021, antes de que Apple introdujera en sus dispositivos reglas de privacidad que hacen mucho más difícil que los anunciantes puedan rastrear los gustos e intereses de los usuarios cuando navegan por internet. Zuckerberg también prometió que los costos de la empresa se están encarrilando, y que Meta sería “más proactiva en el recorte de proyectos que no rinden o que ya no son cruciales”. La empresa también dijo que haría otra recompra de acciones por valor de US$40.000 millones. Y como frutilla del postre, ese mismo día un tribunal de California desestimó una demanda de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos para impedir que Meta comprara Within, la desarrolladora de una aplicación de fitness de realidad virtual muy popular.
Los inversores recibieron estas noticias con los pulgares para arriba. El precio de las acciones de Meta, que ya había subido más del 70% en los tres meses anteriores, saltó otro 20% en pocas horas, llevando la capitalización de mercado de la empresa a los US$484.000 mil millones. Tanto Squint como la compañía, que habían sido prácticamente relegadas de las filas de las grandes tecnológicas, están de regreso.
¿Durará la buena racha? Zuckerberg tiene buenas razones para sentir un prudente optimismo. Para empezar, Meta ya ideó la forma de esquivar la configuración de privacidad de Apple. Además, sus capacidades de inteligencia artificial están mejorando, tanto en el laboratorio como en el mundo real, y específicamente en el mundo de Reels y sus algoritmos para mostrar videos cortos en Facebook e Instagram, las dos grandes usinas de ganancias de Meta. Según los informes, tanto Facebook como Instagram se están volviendo más inteligentes para fidelizar a sus usuarios. TikTok, propiedad de una empresa china, está bajo un escrutinio cada vez mayor de los organismos reguladores de Estados Unidos, donde muchos políticos piden que la popular aplicación directamente sea prohibida. Hasta Apple ha elogiado indirectamente la visión de Zuckerberg para el metaverso, con el desarrollo de sus propios cascos de realidad virtual.
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Por supuesto que hay mucho margen para que las cosas se compliquen. El gasto en publicidad digital, antes un ingreso a prueba de recesión, ahora se ha vuelto más cíclico, y el actual ciclo económico precisamente va para abajo. Y aunque los mercados de Meta en Occidente logren evitar una recesión, es probable que los anunciantes igual controlen su gasto en publicidad. En Estados Unidos, a pesar de cierto grado de apoyo de demócratas y republicanos para prohibir TikTok, la parálisis política en el Congreso implica que la aprobación de una legislación al respecto sea prácticamente imposible en un futuro cercano. A pesar de su victoria en la Justicia por la compra de Within, Meta enfrenta otros desafíos más graves de los entes reguladores, tanto en Estados Unidos —donde otra demanda de la Comisión Federal de Comercio pide directamente su disolución— como en Europa, donde le están dando las puntadas finales a nuevas y estrictas reglas para las grandes plataformas digitales. Para colmo, son pocas las personas desesperadas por migrar al metaverso. A fines del año pasado, se reportó que Horizon Worlds, la principal apuesta de la empresa en el metaverso, estaba perdiendo usuarios. Zuckerberg no está fuera de peligro, pero al menos ya no parece estar perdido en medio de la selva.
(Traducción de Jaime Arrambide)