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Perlas que llegan a valer millones: ¿por qué son tan caras?

Las perlas siguen estando de moda como símbolo de elegancia y sofisticación. En la Gala del Met de 2018, inspirada en la Iglesia Católica, Uma Thurman llevó un traje con más de 3.000 perlas blancas cosidas y el traje inspirado en el Papa de Rihanna estaba incrustado en perlas.

Un pendiente con perla que perteneció a la reina Maria Antonieta, decapitada por la revolución francesa, es la pieza con perlas más cara de la historia: se subastó a finales de 2018 por 36 millones de dólares (32 millones de euros al cambio actual). Además de tener diamantes incrustados, el collar estaba hecho de perla natural, toda una rareza.

Fotografía de archivo del 12 de octubre de 2012 del pendiente de perla y diamante de la reina María Antonieta del siglo XVIII, exhibido en Sotheby’s en Nueva York. (AP Foto/Richard Drew, Archivo)
Fotografía de archivo del 12 de octubre de 2012 del pendiente de perla y diamante de la reina María Antonieta del siglo XVIII, exhibido en Sotheby’s en Nueva York. (AP Foto/Richard Drew, Archivo)

Las perlas naturales se forman cuando algún tipo de irritante, generalmente un organismo pequeño, penetra en la concha de un molusco como una ostra o un mejillón. Para protegerse, el molusco comienza a atacar al “invasor” con nácar, el mismo material que recubre la capa interna de su caparazón. Así comienza la formación de una perla natural, un proceso que puede tomar entre 5 y 20 años si el molusco se encuentra en agua salada. Si se halla en agua dulce, toma de 1 a 6 años.

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Las perlas cultivadas datan de alrededor del año 500 DC en China. No fue hasta 1893 que el japonés Kōkichi Mikimoto simplificó el proceso y creó perlas perfectamente redondas.

Con las perlas cultivadas, el proceso es idéntico, excepto que el elemento irritante es colocado intencionalmente por un ser humano. Concretamente, quienes cultivan perlas insertan un pedazo de tejido de molusco, llamado tejido donante, en la concha de la ostra donde quieren que crezca la perla. Esto desencadena la respuesta de defensa de la ostra y comienza a recubrir ese trozo de tejido con nácar. El proceso suele tomar de dos semanas a tres meses, dependiendo de varios factores.

Rihanna con su espectacular vestido lleno de perlas durante la celebración de la Gala MET 2018. REUTERS/Eduardo Munoz
Rihanna con su espectacular vestido lleno de perlas durante la celebración de la Gala MET 2018. REUTERS/Eduardo Munoz

Como es de esperar, la gran mayoría de las perlas en el mercado son cultivadas. El Instituto Gemológico de EEUU usa rayos X para determinar si una perla es natural o está cultivada, explicó a Business Insider Tom Moses, experto del instituto.

El tamaño de la perla depende en gran medida del tamaño del molusco. Ciertas ostras crecen más que otras y pueden, por lo tanto, hacer perlas más grandes. Por ejemplo, las perlas del Mar del Sur y las perlas negras de Tahití pueden alcanzar un diámetro de alrededor de 15 o 16 milímetros. El tamaño hace que estas dos variedades sean las más valiosas. Las perlas cultivadas del Mar del Sur se venden hasta por 32.000 dólares.

Algunas difieren en el color, y eso nuevamente se debe al tipo de molusco. Junto con el tamaño y el color, la forma y la superficie de una perla pueden tener un impacto en su valor. Cuanto más redondo y suave, mejor. Y también se tiene en cuenta el brillo. La calidad del lustre de una perla está influenciada por las capas de nácar que recubren el centro.

De modo que no te quepan dudas: las perlas son caras, y por un buen motivo.