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El premio a un juguete tecnológico sexual que desató la polémica

Stand promocional de la empresa Lora DiCarlo en el que se promueve Ose, un estimulador sexual robótico en el Consumer Electronics Show (CES) celebrado en Las Vegas en enero de 2019. Foto: GLENN CHAPMAN/AFP/Getty Images.
Stand promocional de la empresa Lora DiCarlo en el que se promueve Ose, un estimulador sexual robótico en el Consumer Electronics Show (CES) celebrado en Las Vegas en enero de 2019. Foto: GLENN CHAPMAN/AFP/Getty Images.

Pocas cosas son más frustrantes que ganar un premio y que no te lo quieran entregar. Y si este premio tiene que ver con una convención tan importante como la CES (Consumer Electronics Association), e involucra, además, un juguete sexual, la controversia está garantizada.

El pasado octubre, los propietarios de Lora DiCarlo se quedaron sorprendidos cuando se les dijo que su masajeador personal de manos libres, el Osé, ganaría un Premio a la Innovación en la categoría de robótica y drones. La empresa, nueva en el sector, quedó atónita cuando se le informó semanas después de que le retiraron el premio.

Lora DiCarlo esperaba llegar a la convención anual de la CES, que se realiza cada enero en Las Vegas, con el aval del reconocimiento, pero en cambio se vio arrastrada a la polémica.

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Al rescindir inicialmente el premio, la organización que patrocina el programa, la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA por sus siglas en inglés), había citado una cláusula en los términos y condiciones que descalificaban los productos considerados "inmorales, obscenos, indecentes, profanos o no en consonancia con la imagen de la CTA". Los representantes de la asociación dijeron más tarde que el dispositivo no encajaba en ninguna categoría de producto.

The CES logo is shown at the Las Vegas Convention Center as workers prepare for 2019 CES in Las Vegas, Nevada, U.S. January 6, 2019. REUTERS/Steve Marcus
The CES logo is shown at the Las Vegas Convention Center as workers prepare for 2019 CES in Las Vegas, Nevada, U.S. January 6, 2019. REUTERS/Steve Marcus

En una carta abierta que provocó una protesta el primer día de la conferencia en enero, la fundadora y directora ejecutiva de la compañía Lora DiCarlo, Lora Haddock, acusó a la muestra de tener "un doble estándar obvio cuando se trata de sexualidad y salud sexual", porque ya había presentado una muñeca sexual y pornografía de realidad virtual.

No es el primer traspiés de la CES en materia de igualdad. En 2018, fue criticada por no incluir inicialmente a ninguna oradora principal por segundo año consecutivo y por permitir modelos promocionales mujeres para atraer a los asistentes.

Por aquello de que más vale tarde que nunca, esta semana la CES rectificó y concedió el premio.

"Nos dimos cuenta de que no lo manejamos bien", dijo Jean Foster, vicepresidenta de mercadotecnia y comunicaciones de la asociación, en una entrevista telefónica con The New York Times.

Foster admitió que los funcionarios de la asociación reconocieron que habían aplicado de manera desigual las reglas que prohibían a las compañías de tecnología sexual. Agregó que el programa estaba revisando una serie de prácticas relacionadas con la tecnología sexual, el género y la inclusión.

Osé es un juguete sexual fabricado con silicona de grado médico y diseñado para provocar simultáneamente orgasmos vaginales y del clítoris. No vibra, sino que hace un movimiento desde el interior del cuerpo, dice la compañía. También se puede programar para adaptarse a las preferencias de un usuario.

Según Lora DiCarlo está destinado a cualquier persona con la anatomía adecuada, independientemente de la identidad de género de nacimiento.

Estará disponible en el otoño, con un precio tentativo de $ 290.

Haddock dijo que la compañía tenía patentes pendientes relacionadas con robótica, biomimética e ingeniería del dispositivo, y esperaba integrar sensores y reactividad en la próxima iteración.

La compañía también anunció esta semana que había obtenido $ 2 millones adicionales en financiamiento, lo que elevó su total recaudado a $ 3.2 millones. Es posible que la publicidad a causa de la controversia haya terminado ayudándola en su recaudación.