Yahoo Finanzas No ser ‘progre’ es un atractivo comercial para algunos negocios
Jonathan Isaac es delantero en el Magic de Orlando de la NBA, pero quizá es más conocido como alguien que decidió no protestar por la brutalidad policial contra los afroestadounidenses durante un verano de activismo generalizado por la injusticia racial.
Isaac, quien es negro, convirtió ese momento singular de julio de 2020 —cuando decidió no unirse a muchos otros jugadores de la NBA que se arrodillaron durante el himno nacional al comienzo de la liga en un esquema tipo “burbuja” motivado por la COVID-19 en Orlando, Florida— en una plataforma como activista político conservador. En 2022, habló en un mitin de nacionalistas cristianos y estadounidenses antivacunas y escribió un libro sobre por qué no se unió a la protesta. Este año, emprendió Unitus, una empresa de ropa centrada en “fe, familia y libertad”.
“Quería que mis valores estuvieran representados en el mercado, sobre todo en el sector de la moda deportiva e informal”, comentó Isaac en una entrevista.
Todo es político
Antes, la mayoría de las empresas hacían todo lo posible para evitar controversias políticas y, por extensión, el riesgo de alejar a clientes potenciales. Eso quedó en el pasado. Ahora, al parecer, todo es político en Estados Unidos, incluso el lugar donde compras calcetines y mallas.
Empresas como Anheuser-Busch y Target hace poco enfrentaron reacciones negativas de la derecha por decisiones de mercadotecnia y publicidad que se percibieron como un caballo de Troya liberal: Anheuser-Busch debido a la promoción de Bud Light por parte de una influente trans y Target por sus escaparates del mes del orgullo LGBTQ.
Unitus forma parte de un número cada vez mayor de empresas —desde tiendas minoristas de ropa hasta negocios de atención a mascotas— que intentan atraer a quienes reculan al ver que el mundo empresarial estadounidense insiste en impulsar una agenda progresista y liberal. Unitus está presente en PublicSq., un mercado en línea que promueve empresas que llama “provida”, “profamilia” y “prolibertad”. PublicSq. inició sus operaciones en julio de 2022 y ahora tiene más de 65.000 pequeños negocios en su plataforma, y notó un repunte en esas cifras tras las polémicas de Bud Light y Target.
La plataforma ofrece un tipo de “descanso agradable y refrescante” de las empresas que han expresado posturas más progresistas, señaló Michael Seifert, fundador y director ejecutivo de PublicSq., y mencionó a compañías como Target, Ben & Jerry’s y Bank of America.
Desde que Donald Trump fue elegido presidente en 2016, grandes empresas han enfrentado un escrutinio intensificado —tanto de posibles clientes como de sus propios empleados— con respecto a sus valores. Esto incluye todo, desde las reacciones públicas de las compañías ante políticas como la prohibición de inmigración proveniente de varios países de mayoría musulmana que impuso Trump hasta las donaciones políticas de las empresas o de sus altos directivos.
A su vez, muchas empresas hicieron declaraciones públicas en apoyo a la diversidad y la inclusión. En 2018, Nike se asoció para una campaña publicitaria con el exjugador de la NFL Colin Kaepernick, quien había iniciado un movimiento de atletas que se arrodillaban para protestar por la brutalidad policial contra los estadounidenses negros. Luego de que un policía de Minneapolis asesinó a George Floyd en 2020, muchas empresas destinaron apoyos financieros y publicaron declaraciones de solidaridad con el movimiento Black Lives Matter. En 2022, varias corporaciones opusieron resistencia a una propuesta de ley en Florida cuyos detractores consideraban anti-LGBTQ+.
Tracy Rank-Christman, profesora de Mercadotecnia en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, dijo que la tendencia hacia la izquierda de algunas empresas importantes podría estar alejando a quienes tienen ideas más conservadoras.
“Algunos de estos consumidores, en esencia, están boicoteando o criticando a las marcas que adoptan actitudes que no se alinean con sus valores”, afirmó Rank-Christman, que estudia la psicología del consumidor.
Kevin Jones es gerente de Tiny Dog, un negocio de comercio electrónico de suministros para mascotas, junto con su esposa, Myra, en Kingsport, Tennessee. Jones dijo en una entrevista que tenía planeado trabajar con otro proveedor de suministros para mascotas en el estado para ampliar su negocio, pero que se había retractado luego de que le preguntó cuál era su postura sobre “todo eso de la agenda progre”. Aseguró que esa experiencia fue la que lo convenció de entrar a PublicSq. y vender productos para mascotas a personas que compartían sus valores.
El sitio web de Tiny Dog no presenta ningún mensaje político ni social, pero Jones sostiene que su empresa no “atiende a personas con estilos de vida alternativos”. También mencionó que Tiny Dog había tenido un aumento significativo de interés desde que se unió a PublicSq.
Ventas y/o valores
Otros miembros de la plataforma no se consideran necesariamente conservadores ni preferentes de una ideología política específica. Mike Ritland, que fundó una empresa que vende mercancía y entrenamiento para perros y está en PublicSq., dijo que no consideraba que su empresa fuera “antiliberal”, aunque la plataforma se autodenominara como tal. Indicó que él solo quería una manera de incrementar sus ventas.
Pero a las empresas que atienden a consumidores que comparten sus valores conservadores, no les importa si alejan a compradores más liberales o a quienes simplemente no quieren ver la leyenda: “Cerveza estadounidense 100 por ciento libre de progres” cuando abren una cerveza fría, como es el caso de Ultra Right Beer.
A corto plazo, estas empresas saben que están incursionando en un nicho de mercado, dijo CB Bhattacharya, profesor de la Escuela de Negocios Katz en la Universidad de Pittsburgh. No les preocupa tanto maximizar sus ganancias sino defender sus valores. Por ejemplo, para una empresa que tiene un interés genuino en atender a consumidores que se oponen al aborto, es posible que las utilidades no sean una prioridad.
“Aunque solo sean republicanos contra demócratas, ya están dividiendo el mercado por la mitad, diciendo: ‘Ni siquiera nos importan los demócratas’”, puntualizó Bhattacharya.
Pero el cálculo para saber si estas empresas serán sostenibles a largo plazo es más complicado. Una empresa cuyo modelo de negocio depende de consumidores políticamente desafectos está sujeta tanto a cambios constantes en el terreno político como a problemas en la cadena de suministro.
Isaac, por su lado, espera que Unitus se convierta en líder en la producción de indumentaria elegante y cómoda que promueva sus valores fundamentales: “Fe, familia y libertad”, que, según piensa, están “bajo ataque” por parte de las corporaciones de la cultura dominante.
“Para mí, Unitus le da a la gente el valor de decir: ‘No, yo defiendo estos valores. Estos valores son importantes para mí. Y, ahora, puedo vestirlos de una manera estilizada y de alta calidad’”, concluyó Isaac.
c.2023 The New York Times Company
