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Cómo Toy Story 2 casi no llega a estrenarse por un backup malogrado, y cómo se salvó gracias a una madre

Toy Story 2 se estrenó en noviembre de 1999, pero casi se pierde por un backup mal hecho
Toy Story 2 se estrenó en noviembre de 1999, pero casi se pierde por un backup mal hecho - Créditos: @Shutterstock

Una de las mejores secuelas de la historia casi no llega a estrenarse (y miles de chicos en todo el planeta jamás hubieran encontrado consuelo). La continuación de Toy Story, una de las películas que cambió la historia de la animación, estuvo a punto de cancelarse luego de 10 meses de arduo trabajo en Pixar por un simple error de comando y por no prestarle la suficiente importancia al backup.

A través de una serie de tuits que se volvieron virales rápidamente, el Director de Machine Learning de Wikimedia, Chris Albon (@chrisalbon), contó en febrero la historia por la que Andy y sus muñecos Woody, Buzz Lightyear y sus amigos podrían haberse quedado sin una segunda parte. Hay que recordar que todavía faltaba la entrada en este mundo de Jessie; conocer la verdadera historia sobre el origen del valiente vaquero, que parecía ver condenado sus días a ser expuesto en un museo, y la relación de Buzz con Zorg, entre otras cosas. En Pixar estaban trabajando desde hacía bastante tiempo en la secuela (Toy Story 2), cuando un error de programación borró todo el trabajo de meses.

Un comando fatal

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Según confirmó unos años después el Director Técnico de la película, Oren Jacob, cuando el trabajo estaba ya bastante avanzado, una de las 150 personas que trabajaba en el proyecto escribió en su computadora el comando fatal: rm -r -f *. En Linux/Unix eso significa eliminar archivos y/o carpetas. Claro, el tema es que si la carpeta contiene archivos esenciales, todo se puede venir abajo como un castillo de naipes. Básicamente, la orden dada por alguien que tenía los mismos permisos de usuario que el resto de los involucrados en el proyecto eliminaba todo el sistema compartido de archivos.

Mientras los directores ejecutivos miraban impávidos como todas las carpetas con los diseños de los personajes, y todos los archivos de la película, se iba borrando de sus pantallas, en sus propias narices, se lanzó frenéticamente la orden de desenchufar todos los servidores, pero ya era tarde…

Por una simple imprudencia, entonces, se borraron archivos y carpetas esenciales para poder seguir adelante con la película. Alrededor de un 90% de la obra (hecha íntegramente por pixeles generados por computadora) ya no estaba disponible, unos 90 millones de dólares tirados a la basura en solo segundos.

Un backup inexacto

Al recurrir a la copia de seguridad, los desesperados miembros del equipo se dieron cuenta que solo se habían resguardado 4 GB (para la época, una cantidad exorbitante) de los 10 GB que ya ocupaba el proyecto, y que todavía no estaba terminado…

Antes que nada, es necesario un poco de contexto: corría el año 1998 y las únicas nubes conocidas eran las del cielo. Las copias de seguridad existían, sí, pero se hacían en servidores locales o en dispositivos de almacenamiento externos. Su capacidad era bastante limitada, aunque servían para su propósito. Pero al llegar al límite de 4 GB, las copias nuevas se guardaban pisando la anterior, por lo que solo quedaba lo más nuevo.

Claro, nadie pensaba que pudiera ocurrir una catástrofe que pusiera en jaque a una producción de millones de dólares y que serviría para tomar conciencia de que era necesario cambiar la forma de hacer los backups.

Para dar aún un marco de referencia, todos quienes tenían acceso al código de programación con el que se estaba creando Toy Story 2 tenían los mismos niveles de permisos. La compañía fundada por Steve Jobs luego de ser despedido de su propia casa (sí, claro, Apple) basaba su forma de trabajo con la filosofía tan particular que él imponía a cada emprendimiento que llevaba a cabo.

Galyn Susman trabajando, a fin de siglo pasado, en modelos de los personajes de Toy Story
Galyn Susman trabajando, a fin de siglo pasado, en modelos de los personajes de Toy Story - Créditos: @Gentileza Pixar

Una madre abnegada

Mientras todos se agarraban la cabeza en Pixar, lanzaban órdenes para que todos ayudaran a resolver el problema y empezaban a temer la conocida ira de Steve Jobs (que en este caso hubiese estado más que justificada, aunque según contó en repetidas oportunidades Jacob, se lo tomó con mucha más calma que lo que era habitual en él), a alguien se le encendió la lamparita y se acordó de la heroína de esta historia: Galyn Susman.

La directora técnica de la película había sido madre poco tiempo antes del desastre (de su hijo Eli), pero seguía trabajando desde su hogar. Es así como le instalaron una computadora con varias herramientas de animación y muchos discos externos, ya que ella recibía periódicamente los archivos del proyecto para luego agregar su trabajo. En su disco duro tenía una copia de todo el proyecto, desde el principio y hasta un par de semanas previas al desastre. En ese momento, esa computadora pasó a valer millones de dólares para Pixar.

Una workstation de Silicon Graphics similar a la que Susman tenía en su casa; por ese entonces, los equipos de SGI eran el estándar para hacer animación 3D
Una workstation de Silicon Graphics similar a la que Susman tenía en su casa; por ese entonces, los equipos de SGI eran el estándar para hacer animación 3D

La computadora fue llevada a las instalaciones de la empresa envuelta en frazadas y en un auto que no superó los 50 kilómetros por hora, para evitar cualquier accidente o frenada que pudiese afectar al disco que, sin que nadie que vio pasar a ese auto a tan lenta velocidad lo supiera, llevaba un auténtico tesoro oculto, tal como relatan los ingenieros de la compañía en The Next Web.

Al recurrir al backup de Susman, todos respiraron con algo de calma: si bien no estaban los archivos actualizados al día, solo era necesario recuperar dos semanas de trabajo. Por supuesto, mejor eso que empezar nuevamente todo desde cero. Luego de trabajar sin descanso durante un fin de semana en turnos de más de 10 horas, la copia se transformó en el nuevo y actualizado original. En total fueron unos cien mil archivos que tuvieron que recuperar y comparar con los que tenían antes.

Angus MacLane, director y guionista de Lightyear, y Galyn Susman, productora de la peícula, en junio de este año
Angus MacLane, director y guionista de Lightyear, y Galyn Susman, productora de la peícula, en junio de este año - Créditos: @VALERIE MACON

De Toy Story a Lightyear

En 1999, Toy Story 2 llegó finalmente a los cines de todo el mundo, aunque con un diseño diferente: gran parte de la película fue rehecha posteriormente, porque no estaban conformes con el resultado. Susman es la productora de Lightyear, película que se estrenó hace un par de semanas y que intentó -sin demasiado éxito- extender la saga de Toy Story. También fue productora de Ratatouille y participó en las otras Toy Story, en Cars 3 y en Monsters, Inc., entre otras películas de Pixar.

Si bien no hubo caza de brujas en Pixar para hallar al o a la culpable de la eliminación masiva de archivos, porque se prefirió solucionar el problema y seguir adelante rápidamente, el hecho sí provocó algunos cambios significativos: se cambió la política de cómo se hacían las copias de resguardo, se empezaron a restringir permisos a la hora de acceder a determinadas carpetas o archivos para evitar que ya sea por un error de tipeo, por alguna acción intencional o por cualquier otro motivo, fuera posible dar tan fácilmente por tierra con un trabajo de varios millones y muchos meses de desarrollo.